El proyecto valenciano que ha rehabilitado 200 viviendas y se marca como objetivo llegar a 5.000 en cinco años
VibeX transforma edificios en ruina en hogares modernos y busca impulsar un nuevo modelo de inversión responsable
En la Comunitat Valenciana hay una cifra que asusta: faltan más de 164.000 viviendas según CaixaBank Research. En la provincia de Valencia, el déficit ... acumulado entre 2021 y 2024 asciende a más de 60.000; en Alicante supera las 86.000, y en Castellón roza las 18.200. No es de extrañar, por tanto, que el precio de la vivienda siga escalando sin freno. La construcción no ha dado abasto, la oferta es insuficiente y las familias se encuentran atrapadas entre alquileres inasumibles e hipotecas cada vez más caras.
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En ese escenario, un emprendedor valenciano ha decidido aplicar la mentalidad startup —rápida, ambiciosa y orientada al impacto— al mundo inmobiliario. Su nombre es Diego Moya, y el proyecto que pilota, VibeX, ha conseguido rehabilitar en apenas dos años más de 200 viviendas en Valencia, Medellín y Dubái, y se ha fijado un objetivo tan ambicioso como preciso: alcanzar las 5.000 en un plazo máximo de cinco años. «Nuestro impacto fue ver si conseguimos hacer una primera fase de 500 viviendas y una segunda fase de hasta 5.000. Eso básicamente era para intentar solucionar el 10 o el 15% del problema de la vivienda en Valencia», explica Moya en conversación con este medio. Y añade con convicción: «Si en Valencia faltan entre 35.000 y 50.000 viviendas, ¿por qué no intentamos juntarnos entre inversores y generar un impacto real?».
La historia de VibeX arranca de una forma curiosa. Tras vender Entrenarme, la startup de fitness digital, Moya comenzó a recibir peticiones de antiguos conocidos que querían aprender a invertir. La pandemia había disparado la preocupación por las finanzas personales y muchos buscaban compañía en sus primeros movimientos. Arrancó con algo muy sencillo: comprar edificios inacabados, esos 'work in progress' que los bancos atesoraban como activos tóxicos, o lotes de pisos en ruina. «El primer lote que compramos fue al Banco Popular, de las últimas rebajas que tenía. Compramos 11 pisos de golpe», recuerda. Poco a poco, amigos y cercanos se iban sumando al proyecto, interesados no solo en rentabilizar su dinero sino también en ganar conocimientofinanciero.
Ese germen se transformó en lo que hoy es VibeX, un ecosistema con tres ramas: la pata inmobiliaria (VibeX Homes), la educativa (VibeX Academy) y la de comunidad (World Club), un club exclusivo de inversores internacionales. «El problema principal de España es que hay muy poca cultura financiera. La banca privada te gestiona fondos, pero no te ayuda con inmobiliaria, deuda ni fiscalidad. Nosotros somos un complemento potente a la banca privada», sostiene Moya.
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A lo largo de 2025, VibeX cerrará con más de 200 pisos rehabilitados y entregados en Valencia, Medellín y Dubái. Y sus planes inmediatos son muy claros: «El año que viene esperamos, ojalá en España, hacer mínimo 300 viviendas, más lo que hagamos en Medellín y en Dubái. Eso nos pondría ya en más de 600», asegura. Los números, sin embargo, son solo la superficie de un reto mucho más complejo: lidiar con la maraña burocrática, los retrasos en las licencias y la lenta liberación de suelo. «Me encantaría conseguir 5.000 en cinco años, pero soy consciente de que antes lo voy a lograr en Dubái o en Medellín que en Valencia», se sincera el emprendedor.
«Si en Valencia faltan entre 35.000 y 50.000 viviendas, ¿por qué no intentamos juntarnos entre inversores y generar un impacto real?»
Diego Moya
Mientras tanto, VibeX avanza con una estrategia pragmática: recuperar viviendas en ruina en lugar de promover obra nueva. La lógica es doble: por un lado, regenerar el parque existente y evitar la especulación con el suelo, y por otro, reducir los plazos. «Con un 'work in progress' conseguimos la misma rentabilidad en un año que con una promoción nueva en tres años», apunta Moya. Además, esa rehabilitación tiene un componente ambiental evidente. «En Valencia hemos visto pinadas destruidas por nuevas urbanizaciones, mientras que en Medellín respetan la selva y en Dubái generan ecosistemas verdes con lagos y zonas ajardinadas. Nosotros queremos apostar más por rehabilitar que por arrasar suelos».
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Aunque Moya rehúye la idea de vivir de subvenciones, el proyecto tiene una clara dimensión social. Parte de la apuesta consiste en ofrecer pisos totalmente reformados, nuevos y amueblados a precios competitivos, frente al parque de viviendas antiguas que domina el mercado. «La mayoría de gente en Valencia alquila pisos de la abuela, la oferta en Idealista o Fotocasa es muy mala. Nosotros cogemos viviendas en ruinas y las dejamos perfectas», asegura.
Valencia, Medellín y Dubái: un triángulo estratégico
La expansión internacional no es casual. Cada ciudad elegida responde a un déficit habitacional estructural. «En Medellín faltan 80.000 viviendas. En Valencia más de 35.000. En Dubái la demanda es tan fuerte que es imposible que se cubra a corto plazo», explica Diego Moya. La compañía rastrea mercados donde haya escasez real de vivienda y donde el inversor medio aún pueda entrar con tickets razonables. Por ejemplo, descartaron Miami porque los precios estaban ya saturados y República Dominicana porque «la falta de oferta aún no es crítica». El futuro de VibeX pasa por seguir escalando con la agilidad de una startup pero con el músculo de la inversión inmobiliaria. Su hoja de ruta es clara: 300 viviendas nuevas en 2025 solo en Valencia, superar las 600 rehabilitadas a finales del próximo año entre España y Latinoamérica, 5.000 pisos en cinco años como meta intermedia, impactar a 3.000 inversores internacionales en ese mismo plazo... Moya concluye con un axioma que parece heredado del mundo startup: «En el mundo del emprendimiento, si generas impacto, el dinero llega solo. Aquí pasa lo mismo: si devolvemos al mercado vivienda en condiciones y ayudamos a los inversores a crecer, la rentabilidad es inevitable».
Pero VibeX no es solo ladrillo. Su otra gran innovación es el modelo de acompañamiento al inversor. El foco está en un perfil muy concreto: particulares con un capital entre 500.000 y 10 millones de euros. Es un segmento al que Moya bautiza como 'pre Family Office', desatendido por la banca y sin estructura propia para gestionar su patrimonio. «Con medio millón, un millón o tres millones, estás solo. Como mucho con una administrativa. A partir de 10 millones ya tienes tu equipo. Pero en ese tramo intermedio nadie te ayuda», resume. La solución de VibeX pasa por formarlos, acompañarlos y, finalmente, invitarlos a coinvertir en proyectos de rehabilitación.
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Los números vuelven a ser reveladores: «Más de un 30% de las inversiones que diagnosticamos tienen menos de un 3% bruto de rentabilidad. Eso es insostenible. Nosotros invertimos mínimo al 6-7% neto», sostiene. Y pone ejemplos: una alumna que entró con 1,5 millones de patrimonio ha multiplicado por tres en ocho meses tras asesoría e inversión con VibeX. De momento, más de 250 inversores ya han pasado por sus programas y este año cerrarán con 1.400 participantes en formaciones como la Capital Growth Experience, un macroevento en Madrid que reunirá a más de 1.000 asistentes con nombres como José Elías, Mario Conde o altos directivos de la banca.
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