Sankofa, comunidad y diálogo entre culturas en Patraix
Actividades sociales, asambleas vecinales, talleres, cursos, presentaciones de libros, exposiciones artísticas e incluso conciertos
En el barrio de Patraix se encuentra Sankofa, un pequeño y acogedor local que une el pasado con el presente de una forma bella: busca proteger la memoria de las calles de Patraix y, al mismo tiempo, integrar a diferentes culturas con la nuestra a través de la labor que desempeña. ¿Qué es lo que hacen allí? Actividades sociales, asambleas vecinales, talleres, cursos, presentaciones de libros, exposiciones artísticas e incluso conciertos. Sankofa es un lugar en el que, vayas cuando vayas, siempre habrá algo organizado.
¿El objetivo? Pep Beltrán, uno de los responsables del espacio, lo explica. Devolver la soberanía del barrio a sus vecinos para «recuperar el espacio público como lugar de encuentro y no solo de tránsito». Un ejemplo que define muy bien su labor es que, de vez en cuando, piden al ayuntamiento cortar la calle donde se ubica el espacio durante un día. Entonces sacan sofás, mesas, organizan comidas y conciertos con músicos. La última vez que lo hicieron se juntaron allí sesenta personas de diferentes culturas. «Los saharauis trajeron comida de allí y nosotros hicimos arroz amb fesols i naps», cuenta Beltrán.
El valor de estas iniciativas no está tan solo en el disfrute genuino del propio encuentro (que también), sino en el diálogo que gracias a Sankofa se desarrolla entre culturas, que, según dice Beltrán, «siempre acaba en vínculo». Trabajar de esta manera permite «derribar muros mentales». Normalmente, explica el responsable de Sankofa, «los miedos están ahí porque no se conoce al otro y lo ves raro y peligroso». Sin embargo, cuando ese vínculo se establece, «se construye comunidad», añade.
Al local puede acudir cualquier colectivo y organizar sus propios eventos sin ningún coste. Siempre y cuando sean inclusivos, claro está. Esto garantiza un lugar seguro para asociaciones y grupos sociales que, en muchos casos, carecen de él.
El problema de Sankofa
Todo esto está muy bien, pero ahora Sankofa se enfrenta a un problema que podría acabar con su labor. El local donde se encuentra está en venta y, si los miembros del espacio no recaudan 30.000 euros antes de mediados del próximo mes de enero, el espacio podría venderse a cualquier comprador. Beltrán teme que Sankofa acabe convertido en un piso de alquiler turístico, como tantos otros locales de Valencia.
Mientras tanto, Sankofa no recibe ningún tipo de subvención. Todo se mantiene con las aportaciones voluntarias de la gente. Recaudan alrededor de mil euros al mes, lo que les da lo justo para pagar el alquiler y los gastos. Beltrán considera que espacios como este son «fundamentales» para la ciudad de Valencia. Explica que nuestra cultura, la valenciana, se ha basado siempre en la generosidad y la hospitalidad entre vecinos, y que ahora, «por influencia anglosajona», hemos virado hacia «la cultura de la transacción». Sankofa, en este sentido, no busca ganar dinero, porque no se basa en la rentabilidad económica, como casi todo en la sociedad actual. Se basa en la rentabilidad social y comunitaria. «Desde la óptica social, hay muchísimas cosas que hacemos que son imprescindibles. ¡Y solo cuestan un poco de dinero! Aunque vayan a pérdidas, son muy rentables», sentencia.
Este reportaje ha sido realizado por LAS PROVINCIAS y Caixa Popular, la entidad cooperativa, valenciana, con valores sociales y solidarios. Una banca diferente que destaca por la gestión ética y profesional y por su solvencia. Una cooperativa que crece generando riqueza local, ocupaciones estables y con una sensibilidad social diferente a otras entidades. La principal entidad financiera valenciana se convierte en un ejemplo práctico de cómo la banca puede contribuir a una economía más justa y equitativa mediante los valores de la Economía Social.