Afectados por la fauna salvaje recurrirán a la vía judicial para reclamar indemnizaciones
El agravamiento de los daños y la falta de medidas eficaces empuja a que los perjudicados demanden a las Administraciones
VICENTE LLADRÓ
VALENCIA.
Lunes, 7 de octubre 2024, 00:08
La superpoblación descontrolada de fauna salvaje sigue multiplicando los daños en todo tipo de cultivos e instalaciones agrarias, en todas las comarcas, sin que los miles de agricultores afectados vean actuaciones prácticas que acompañen a los frecuentes anuncios políticos de futuras soluciones, que ni acaban de plasmarse ni se espera que lleguen a tener efectividad real. De este modo, entre los perjudicados se extiende el convencimiento de que, ante tal falta de decisiones, deberán recurrir a la vía judicial para reclamar a las Administraciones responsables indemnizaciones que les compensen. Y en tal línea comienzan a anunciarse diversas actuaciones.
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La primera iniciativa en anunciarse ha partido de un numeroso grupo de agricultores muy perjudicados por los ataques de cabras montesas y jabalíes en el Valle de Ayora y la Canal de Navarrés, especialmente alrededor de la Muela de Cortes, espacio protegido como Reserva de Caza.
Según ha explicado Enrique Juan, portavoz de este grupo, los ataques de la numerosísima fauna salvaje están empujando a que los agricultores abandonen sus campos, ante la imposibilidad de hacer frente a los constantes desaguisados que sufren. Las huertas son destrozadas de continuo y los árboles de todo tipo (almendros, olivos, frutales...) son pasto de constantes mordeduras. Los animales se comen los frutos y después van a por las ramas y troncos, con lo que quedan improductivos; no es cuestión ya de algo ocasional o esporádico. Ni los vallados sirven para frenar las avalanchas: se cuelan escarbando por debajo, saltan por donde pueden o tumban las instalaciones acometiéndolas en manada. Los propietarios se ven impotentes ante tales avalanchas y no tienen ya esperanza en que la caza o cualquier otro tipo de medida pueda frenar tal proceso de deterioro. Lo que más se comenta en los pueblos de estas zonas es que hay una especie de estrategia consistente en dejar pasar el tiempo, a la espera de que la gente se aburra y lo deje, porque no hay de verdad intención política de controlar la tremenda sobrepoblación de la fauna salvaje que está multiplicando los destrozos.
Ante tal panorama, pues, la única opción que se vislumbra es la de acudir a la justicia. «Ya que nos empujan a que asumamos pérdidas o que dejemos los campos para que sean pasto de los animales, que nos paguen por ello, que los jueces determinen cómo se nos ha de indemnizar».
Porque, como cuenta Enrique Juan, «lo que no puede ser es que vengan los técnicos, periten los daños y nos den siete u ocho euros por un árbol que ya no producirá nunca más. Nosotros no tenemos por qué sufrir las consecuencias de todo esto en exclusiva; si la sociedad decide que ha de ser así y no hace nada más, que se nos compense con justicia».
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En las zonas de Cortes de Pallás, Ayora, Jalance, Jarafuel y Canal de Navarrés cada vez resulta más habitual observar cabras saltando por las calles y los tejados bajos y chocando con sus cuernos contra vehículos de la calle.
La desvergüenza con que actúan estos animales es proverbial y va en aumento. Han perdido el miedo. Los jabalíes se asustaban hasta hace poco; luego ya se quedaban quietos al paso de personas o vehículos; ahora llegan a hacer frente al tractor que pasa cerca y se quedan en posición desafiante si un agricultor intenta espantarlos. Lo siguiente es acometerle con serio peligro. Ya se cuentan casos así. Frente a todo ello, los agricultores de alrededor de la Reserva de la Muela de Cortes se están organizando para actuar y preparar una demanda colectiva ante la Generalitat, con la ayuda de los servicios jurídicos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja).
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Tras tal decisión, otros colectivos de diversas comarcas están siguiendo el ejemplo y se organizan para igual finalidad común: reclamar por vía judicial compensaciones adecuadas por lo que sufren sin remedio ni visos de que vaya a menos. Quizás mostrando mayor presión se puedan ver decisiones más efectivas.
Según informa La Unió Llauradora, ya se registran cuatro accidentes diarios de circulación causados por animales que se cruzan en las carreteras valencianas. Y en otro orden de cosas, es desesperanzador que las normas de algunos municipios obliguen a que las vallas para proteger los campos del ataque de conejos, deban tener huecos... por donde caben los conejos. Absurdo total.
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