Giner e Hilari, maestros de nuevo cuño

La consecución del Trofeu Mestres ha supuesto que Giner e Hilari estrenen su palmarés en lo que se refiere a los cuatro grandes títulos de la pilota profesional, entre los que también se encuentran la Lliga, la Copa y el Individual. Para el tercer componente del equipo, Nacho, el del sábado también fue su primer entorchado como 'maestro' aunque el de Beniparrell ya ha saboreado en diferentes ocasiones las mieles del triunfo tanto en la Lliga como en la Copa.

Ganar el pasado sábado en Pelayo es la guinda que ha permitido culminar un gran año de la mejor manera. El de Giner ha sido el de la consolidación. Su irrupción llegó en la temporada 2020 justo después del confinamiento. «Cuando surgió el Covid y dejamos de jugar me impliqué como nunca antes en el tema de la preparación. Cambié mis hábitos alimenticios y comencé a realizar unos entrenamientos mucho más específicos y exigentes. Subí siete u ocho kilos de masa muscular y cuando nos pusimos a jugar lo noté una barbaridad porque me cansaba mucho menos y jugaba más relajado. Eso también me permitió mejorar la técnica y tener más nivel», explica.

En el curso que ahora toca a su fin, el joven de Murla ha sido capaz de mantenerse y afianzarse como primera figura, aunque él no llegue a verse como tal pese a convertirse en un fijo de los carteles más relevantes y rozar con los dedos el título de la Lliga, en la que fue finalista. «No me considero primera figura pero sí que ya estoy en la rueda profesional y que puedo jugar cualquier partida ante cualquier rival. Todos sabemos lo que rendimos cada uno y a mí me da la impresión de que me tienen bien valorado. El Mestres ha sido un ejemplo a la vez que una satisfacción. Solamente hay sitio para cuatro restos y yo he sido uno de ellos; que me hayan escogido como uno de los cuatro que mejor han estado este año ha sido muy grande para mí», dice Giner.

El caso de Hilari es diferente. El de Beniparrell aún está por madurar, se está haciendo. En el Mestres ocupó la plaza que la organización se reserva para premiar la evolución de algún joven aspirante a figura. «Cuando me comunicaron que iba a jugar me puse un poco nervioso ya que es el trofeo en el que están los pilotaris que han ganado los campeonatos o han llegado a las finales. Es decir, están los mejores. Eso me impuso un poco, pero ha sido un honor participar y ganarlo con dos excelentes compañeros como Giner y Nacho. Ya llevo varios años jugando en el trinquet y al final el trabajo se paga. Se me están ofreciendo oportunidades e intento aprovecharlas. Estoy muy agradecido por el hecho de cada vez vayan contando más conmigo», apunta el joven de Beniparrell.

Giner ya genera expectación cuando se anuncia en un trinquet. La gente quiere verle y a la afición de la Marina la tiene enamorada. «Eso sabe a gloria, no hay nada que pueda compararse. Ver el trinquet lleno de gente y que está enchufada cuando haces un quinze o una jugada complicada es una sensación indescriptible y algo que no se puede pagar con dinero. Creo que gusto a la afición porque siempre doy el cien por cien, por las ganas de ganar y de superarme. Siempre salgo motivado y con la intención de que el público se lo pase bien», afirma el escaleter de Murla.

De Hilari también se habla muy bien en el trinquet, a la espera de su confirmación en un futuro no muy lejano. «Estar con los pilotaris de este nivel es una pasada. A veces alucino porque sé lo complicado que es jugar así y en ese momento me doy cuenta que todavía me queda para llegar. La gran diferencia es la velocidad a la que se juega; es abismal. Pero tengo mucha ilusión por hacerme un hueco. Incluso sueño con ganar un Individual, como Grau. Para ello debo seguir trabajando, incluso más de lo que lo estoy haciendo. Y sobre todo quiero adquirir confianza, que es otra de las cosas que me sorprende de los pilotaris de la primera fila. Parece que siempre están tranquilos y convencidos de que van a ganar. Esa es una de las cosas que más debo trabajar, la psicología, creer más en mis posibilidades», señala Hilari.

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