Lo que nos han enseñado ocho noches en vela con 'Midnights', de Taylor Swift
El nuevo disco de la cantante estadounidense demuestra por qué es, todavía quince años después, la mayor estrella del panorama pop
Esta es la historia de un viaje. De una experiencia, vaya: la que los fans de Taylor Swift vivimos desde hace una semana. Hace exactamente nueve días, amanecimos con el café en el sofá y el teléfono, la televisión o el ordenador preparado para escuchar 'Midnights', el último disco de la cantante de Pensilvania, que ha vuelto a demostrar por qué es una de las mayores artistas del momento. No lo digo yo: el disco ha roto todos los récords en Spotify y Apple Music, las dos plataformas de 'streaming' más importantes, y tiene una puntuación de 85 en Metacritic, que agrupa las críticas de medios especializados.
Este es, decimos, un viaje por ocho noches en vela, ocho noches en que escuchamos las 13 (o 20) canciones del disco para descubrir qué oculta el sonido pop y los sintetizadores de Swift y cuánto hay de la 'girl in the cabin' que deslumbró al mundo pandémico con su dos discos 'folklore' y 'evermore' y que vuelve ahora a su sonido más tradicional. Menos festivo, sí, pero igual de 'swiftie'.
Viernes
Hay muchas Taylor dentro de Taylor
Cuando salió 'Midnights', las seguidoras de Taylor Swift (millones en todo el mundo) se dividieron entre quienes lo amaron (amamos) y quienes lo odiaron. Más o menos. Las primeras éramos las que más tiempo llevamos escuchándola, mientras que las segundas eran las que se aficionaron a Swift por sus dos discos pandémicos, los maravillosos 'folklore' y 'evermore'. El de 'Midnights' es un sonido más pop, basado en sintetizadores, lejos del intimismo de los discos pandémicos y quizá más cerca a éxitos anteriores como 'Lover' o '1989' (el disco con el que más se le ha comparado). Pero la grandeza de Taylor Swift es que en sus manos cabe todo tipo de música: desde los temas que llenan estadios como 'You Belong With Me' o 'Shake It Off' hasta esos más íntimos como 'You're On Your Own Kid' o la increíble 'Would've, Could've, Should've'. Hay otras Taylor, pero están en esta.
Sábado
Lo bueno se hace esperar (hasta las 3 de la madrugada)
Porque esa es otra. ¿Qué se le pasó a Taylor Swift por la cabeza para tenernos tres horas llorando con nuestros gatos acurrucados en el regazo mientras la ciudad amanecía más allá de la ventana (el disco salió a las 6 de la mañana hora española) y de repente, a las 9 (las 3AM hora de Estados Unidos), sacar siete nuevas canciones, entre ellas las mejores del disco? La mente de la rubia es fascinante: literalmente dijo que eran descartes, que no formaban parte del viaje de 'Midnights'. Pero es que resulta que son las mejores: desde ese paseo por una pelea o por la ruptura de una buena amiga que es 'The Great War', pasando por la absolutamente brutal 'Bigger Than The Whole Sky' o la muy bailable 'Paris' antes de las más mediocres 'High Infidelity' o 'GLitch' para terminar con la maravilla que es 'Would've, Could've, Should've' y la menospreciada 'Dear Reader'.
Domingo
«Creo que oigo susurrar a Lana...»
La muy anticipada colaboración con Lana del Rey decepcionó a casi todas. En la esperada 'Snow On The Beach', a la cantante neoyorquina no se la oye más que de fondo, en unas armonías etéreas, y un poco en el estribillo. El sonido casi ingenuo de la melodía, que recuerda a los momentos más intimistas de 'evermore' o a la purpurina más o menos cuidada de 'Speak Now', su tercer disco, supuso una decepción, porque esperábamos algo más de una canción que lo tenía todo y parece quedarse a medio camino. Y eso que tiene frases como «la vida es emocionalmente abusiva» o «que quieras estar conmigo esta noche parece imposible», como que nieve en la playa. Taylor, tía.
Lunes
La vida es lo que pasa entre aspersores y cenizas frías
El lunes ya nos habíamos venida arribísima. Ya nos daban igual las críticas: teníamos asumido que probablemente era su mejor disco. Habíamos visto ya el videoclip de 'Anti-Hero', del que hablaremos más tarde, y habíamos llorado (vaya que si habíamos llorado). Algunas letras empezaron a calar con fuerza: es el caso del puente de 'You're On Your Own Kid', todo un viaje hasta la adolescencia que habla directamente a la soledad, algo que todos hemos sentido en algún que otro momento. Taylor Swift es una maestra con los puentes, que es la parte de la canción antes del último estribillo. El de 'YOYOK' es, probablemente, el mejor que ha escrito nunca, y eso es decir mucho porque es la autora de los de 'champagne problems' o 'Getaway Car'. La letra dice, de forma libre: «Entre las salpicaduras de los aspersores y las cenizas de la chimenea, di mi sangre, mi sudor y mis lágrimas por eso. Organicé fiestas y me maté de hambre como si me fuera a salvar el beso perfecto. Los chistes no eran graciosos, me llevé el dinero y mis amigos de casa no sabían qué decir. Miré alrededor vestida con una bata llena de sangre y vi algo que no puedo borrar. Se pasaron las páginas con puentes quemados, porque todo lo que pierdes es un paso que das. Así que haz las pulseras de la amistad, tómate un tiempo para disfrutarlo: no hay motivos para tener miedo». Es un puente que hace referencia a su vida profesional pero que podría ser, tranquilamente, la banda sonora de la generación que ha crecido con ella. Vaya, ya estoy llorando otra vez. TAYLOR, TÍA.
Martes
Brillar al entrar en una habitación
El martes fue el día en que descubrimos dos cosas: que el siguiente disco en ser regrabado es 'Speak Now' y que sólo hay una manera de bailar el estribillo de 'Bejeweled', su canción más 'Lover' y una oda a la autoestima. El videoclip de la canción, que nos sirvió para venirnos arriba, de nuevo, tras el bajón de 'YOYOK', estaba hecho para los fans, y vaya si lo estaba. Está repleto de mensajes ocultos que evidencian que el próximo disco en salir de la cámara es 'Speak Now' (ese ascensor con los colores y los 13 pisos... ¿en serio, rubia?). Además, evidencia que además de una gran cantante, es también una buena contadora de historias: ojo a la narrativa de La Cenicienta.
Miércoles
Quien tuvo, retuvo
'Midnights' es un disco que mantiene la capacidad de Taylor Swift de crear himnos. Quizá no al nivel de sus canciones más conocidas, pero todavía más que apreciables. En el tour que se espera que anuncie en próximos días, habrá que ver cómo reacciona la gente a 'Mastermind', 'Lavender Haze', 'Vigilante Shit' (¿hola, Taylor de 2017?) o 'Maroon'. Canción, por cierto, con la que Taylor nos ha contado ya que el amor es rojo, dorado o granate.
Jueves
'Paris' era una fiesta
El tema 'Paris', que sale de la edición de las 3AM, es quizá el que más recuerda a la Taylor más festiva. Ella misma reconoce que tiene canciones que escribe con un bolígrafo con purpurina y otras con pluma y tinta. Es una forma de hablar, claro, pero evidencia que esta artista completa es capaz de adaptarse a lo que le pida el cuerpo en cada momento. Y si una medianoche cualquiera le apetece hablar de un romance en París en 2003, cuando ella tenía 14 añazos, pues lo hace. Y crea una canción para bailar mientras pasas la aspiradora y tus gatos te miran sin entender qué está pasando. Basado en hechos reales. París era una fiesta, decía Hemingway: y eso que aún no había aparecido Swift.
Viernes
Nadie está libre de pisar algún que otro charco
Con 'Anti-Hero' parece que Taylor Swift ha cometido un error. Digo parece porque no está claro. En un momento del videoclip, la reina del pop se le ocurre subirse a una báscula en la que aparece la palabra 'fat' ('gorda'). En general, aunque hemos sabido entenderla, ha habido quien ha puesto el grito en el cielo por apuntar como algo negativo y algo que le fastidia la autoestima el exceso de peso. A Swift, que ya habló en el documental 'Miss Americana' de sus problemas con la apariencia corporal, se le ha invalidado su experiencia. En fin. Además, la letra usa la expresión «sexy babe» (algo así como «chicas buenorras»), que tampoco ha terminado de encajar. El tema tiene frases como «a veces me siento como si todo el mundo fuera sexy», «miraré directa al sol pero nunca al espejo» o «hola, soy yo, el problema, yo soy el problema». Si la mayor artista de la música tiene problemas de autoestima, no es de extrañar que nosotros los tengamos. PERO TAYLOR, TÍA, MUY FUERTE TÚ.