Un instante de la ópera en Bayreuth. LP
CRÍTICA

Bayreuth 2025, por encima de su propia leyenda

El regreso de Thielemann al Festival tras dos años de ausencia no defrauda las expectativas

Viernes, 8 de agosto 2025, 17:25

Si hay un director que ha marcado la historia del Festival de Bayreuth en este primer cuarto de siglo es Christian Thielemann. Por eso, su ... vuelta tras dos años de ausencia había despertado todas las expectativas en un público que lo adora. A eso hay que unir el regreso para interpretar Lohengrin del gran tenor polaco Piotr Beczala y lo cierto es que ninguno de los dos defraudó.

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Juntos supieron hacer magia a lo largo de toda la velada; pero, especialmente, en 'In fermen Land' consiguieron llevar hasta el externo la emoción. Beczala comenzó cantando su célebre monólogo casi como un susurro que impecablemente proyectado llegaba hasta el último rincón de la sala. Fue coloreando su canto con medias voces y sfumature, para poco a poco ir creciendo hasta que su broncínea voz terminó por colmar de belleza y emoción el mítico teatro. Fue la culminación de una magistral interpretación que hace de él uno de los grandes Lohengrin de la historia.

Por su parte, también Chritian Thielemann es uno de los mejores intérpretes que ha conocido esta ópera. La tiene tan interiorizada que la música surge de sus manos con fluidez y naturalidad, como un todo orgánico desde las partes más líricas y delicadas, hasta las más heroicas. A sus órdenes la orquesta y el coro suenan como instrumentos ideales. En definitiva,

Thielemann volvió a estar por encima de su propio mito. El reparto se completó con un elenco lleno de irregularidades. Mika Kares fue un Heinrich de voz plena en el centro, autoridad vocal y cierto carisma, con lo que firmó una excelente interpretación. Michael Kupfer-Radecky fue un Heraldo algo altivo y siniestro pero sustentado sobre un sólido canto. Mina Lisa Värelä demostró tener medios vocales para defender el papel de Ortrud. Destacó especialmente en el acto segundo, aunque en su intervención final no controló bien del todo su poderoso instrumento. Elza van den Heever fue una Elsa irregular, con una voz sin esmalte, emisión dura y vibrato disruptivo. Pese a todo, en su interpretación se colaron frases buenas, especialmente en el dúo con Ortrud. Por último, no entiendo cómo Bayreuth sigue contando con Olafur Sigurdanson cuya voz se muestra destrozada. Su Telramund solo merece ser olvidado.

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También merece ser olvidada la producción dirigida por Yuval Sharon. En un clásico ejemplo de actitud iconoclasta (muy propia y, a veces acertada, en Bayreuth), convierte a los personajes en insectos atraídos por la electricidad. El combate entre Lohengrin y Telramund volando sobre la escena provocó la risa lógica de parte del público. Además, estéticamente parecía una antigualla con telones pintados al estilo clásico como buscando un efecto decadente. Por último, tampoco hubo ningún matiz revelador en el desarrollo de los personajes y la trama.

Pero todas estas irregularidades no impidieron que un público entusiasta despidiese aplaudiendo en pie la función. La adoración por Thielemann y el áurico canto de Beczala parecieron eclipsar los puntos débiles de la función.

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MÚSICA

- Wagner, 'Lohengrin'

- P. Beczala, M. Kares, E. van den Heever, M. L. Värelä, O. Sigurdanson, M. Kupfer-Radecky.

- Orquesta y coro del Festival de Bayreuth. Ch. Thielemann, director musical. Y. Sharon, director de escena.

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