El coronel Vicente León, con una maqueta del helicóptero de Perejil. Torres

El piloto de la misión de Perejil

HISTORIAS VALENCIANAS ·

Uno de los miltares que recuperó el islote y llevó a los prisioneros es hoy el director del Museo de Historia Militar de Valencia

Viernes, 1 de octubre 2021, 00:09

«Al alba y con viento duro de levante...». El altisonante discurso informativo del exministro de Defensa Federico Trillo nos trae la memoria televisiva de ... aquella 'miniguerra' entre España y Marruecos que fue el conflicto del islote de Perejil. Casi dos décadas han pasado ya de aquel episodio difusamente explicado, última contienda bélica de nuestro país en defensa de su territorio.

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Y lo que pocos saben es el curioso nexo valenciano de aquella crisis. Uno de los pilotos de helicóptero que participó en la 'reconquista' y captura de los invasores marroquíes es hoy el militar al frente del Museo de Historia Militar de Valencia, el coronel Vicente León Zafra.

El mando, de 60 años y nacido en Jaén, gestó su vocación militar tras nacer en un cuartel de la Guardia Civil, cuerpo al que perteneció su abuelo. Ingresó en las Fuerzas Armadas hace cuatro décadas y la invasión de Perejil le pilló con 40 años, cuando era comandante del Batallón de Helicópteros de Maniobra II, con base en Bétera. Fue el 11 de julio de 2020 cuando un grupo de militares marroquíes se establecieron en el islote. «Ese mismo día ya nos pusieron en alerta», recuerda el coronel, casado y padre de una hija.

«La operación se llevó con gran secreto. A nuestras mujeres les mentimos y les dijimos que estábamos en unas maniobras»

La movilización significaba trasladar doce helicópteros a la base alicantina de Rabasa, donde están los 'boinas verdes' de Operaciones Especiales. León pilotaba un Cougar con capacidad para 15 especialistas de asalto. «Pasamos allí varios días organizando la posible intervención. Nuestras mujeres no sabían dónde estábamos. La operación se gestó con gran secreto y les dijimos que habíamos salido a unas maniobras. Mi esposa ya se enteró cuando el islote fue recuperado y los ocupantes, capturados», rememora el coronel.

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Facinas, viento y peligro

Tras viajes preparativos en bases andaluzas, la intervención militar comenzó el 17 de julio. «Procedan a la operación Romeo Sierra», escuchó por el móvil satelital en boca del presidente Aznar. Fue a las 5 horas, con los pilotos, tripulación y equipos de asalto reunidos en Facinas (Cádiz).

Entre compañeros. El piloto León (en el centro, de pie), rodeado por el resto de tripulantes de aeronaves de la operación. LP

«Tuvimos problemas por el fuerte viento y el procedimiento de despegue fue arriesgado. Finalmente salimos siete helicópteros con 27 tripulantes y 53 compañeros de Operaciones Especiales», relata el militar. «Realmente, teníamos poca información. Yo no sabía si iba a regresar vivo y en esos 20 minutos de trayecto hasta Perejil me venían a la cabeza recuerdos de mi hija sin cesar».

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Las aspas giraban a cinco metros del mar. «Fuimos detectados por una patrullera marroquí. Intentó armar sus ametralladoras, pero una fragata española avanzó hacia la embarcación y desistieron». Ya en Perejil se encontraron sólo con media docena de invasores en el islote. «El terreno pedregoso impedía el aterrizaje y los soldados tuvieron que saltar. Uno de ellos sufrió una seria lesión». Además, «el viento empujó a un helicóptero hacia mí. La pericia del capitán Bernal, a bordo, impidió una colisión».

Pese a los muchos sobresaltos, todo salió bien. Aquello es ya historia y a ella sigue aferrado aquel piloto de Perejil con 3.200 horas de vuelo, hoy custodio de los tesoros del Museo Histórico Militar. «Es un orgullo. Este museo es el segundo más importante de España e invito a todos los valencianos a conocerlo». León es historia de nuestra última guerra.

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