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Escenario del festival Holika en Calahorra.

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Escenario del festival Holika en Calahorra. LP

El negocio de los artistas falleros que no arde

Artesanos tradicionales obtienen más de la mitad de su facturación con trabajos externos. Empresas como Valua han multiplicado por diez sus ingresos por la tematización de festivales, parques, hoteles y restaurantes

Sábado, 12 de julio 2025

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Atenea está naciendo en Benaguacil. El artista fallero Raúl Martínez, con las manos manchadas, sigue dando forma a la diosa griega de la sabiduría, la guerra y los oficios. Lo hace en las entrañas del taller ubicado en un polígono industrial de Camp de Túria. Valencia se encuentra en plena ola de calor, pero la producción no puede parar. Hay que enviar a Viena la enorme y bella figura, apoyada en una mesa y sostenida con una polea. No se trata de un ninot, aunque su aspecto y su proceso creativo digan que sí. La pieza tiene como destino el Congreso Europeo de Radiología. Y es que el negocio de los artesanos de la fiesta josefina está cada vez más diversificado. Una tendencia que se dispara de cara al verano con la celebración de los festivales musicales y las fiestas locales. También hay encargos de restaurantes, hoteles, discotecas, parques temáticos… En Benicalap, en la nave del célebre Manolo García, descansa una maqueta de la obra que se va a instalar en el desierto de Nevada con motivo del Burning Man. La profesión huye de la estacionalidad y se abre, cada vez más, a un mercado internacional. El talento forjado en el fuego de las cremaes atraviesa fronteras. Llegan encargos procedentes incluso de los Emiratos Árabes. Valua, la empresa que lidera esta revolución, ha multiplicado por diez su facturación en apenas cinco años.

«La pandemia fue un momento clave, porque desapareció la principal fuente de ingresos del artista fallero. Fue el momento de convertir una crisis en una oportunidad», destaca Xavi Serra, cofundador de Valua junto a Raúl Martínez y Damià Castaño. La joven empresa, que nació en 2020 a raíz de la iniciativa solidaria de Regala un Ninot, ha supuesto una bocanada de aire fresco para el gremio. Se dedica a la tematización de espacios, la decoración de eventos y la creación de figuras artísticas: «Planteamos la idea de catalización de la industria fallera para sacarla hacia otro tipo de proyectos. Se han hecho históricamente, pero no había ese aglutinador o esa empresa que fuese capaz de profesionalizar ese tipo de servicios». No hay que olvidar que el Gulliver que descansa en el viejo cauce del Turia vio la luz en el taller de Manolo Martín en 1990.

Toni Fornes, por ejemplo, fue uno de los pioneros en abrir el abanico. Actualmente, los monumentos de la plantà que llevan su firma sólo suponen entre el 30 y el 40 por ciento de su facturación anual. El resto son trabajos externos. «Hago dos o tres fallas porque me gustan. También me dedico a modelar para otros compañeros», cuenta mientras prepara carrozas para los Moros y Cristianos. Este año, además, ha creado el escenario de la discoteca Maná San Javier, en Murcia. «Ha sido como hacer una falla», admite. Para abordar esta faena, ha recurrido a la experiencia que acumuló en Tomorrowland, el festival de música electrónica más importante del mundo. Se celebra en Boom (Bélgica) y él participó en la construcción del escenario principal tanto en 2015 como en 2018.

Toni Fornes, frente al escenario de la discoteca Maná San Javier. LP

«A partir de la pandemia, mucha gente dijo: 'Sólo de las Fallas no se puede vivir'. Han tenido que reinventarse y buscar nuevos mercados. Pero yo estoy saliendo desde antes. Hace más de 20 años fui a hacer capacitaciones a Colombia, enseñando a los artesanos y artistas de allí cómo empleamos el corcho para hacer las Fallas para aplicarlo a sus carrozas, sus festivales y sus decorados», recuerda Fornes. Su primera formación al otro lado del charco se remonta a 2004.

Un punto de inflexión llegó en 2014, con la primera edición del archiconocido Medusa en Cullera. Se trata del mayor festival dance de España y, desde el principio, apostó por artistas falleros para dar vida a las escenografías. En 2022, la misión recayó en Manolo García padre.

«El 99 por ciento de mi faena no está relacionada con las Fallas. Con esto se gana más dinero. Las Fallas son una ruina para los artistas falleros. Se les está pagando lo mismo que hace 25 años. No son rentables». Contundentes palabras pronunciadas por el veterano Manolo García, quien actualmente se limita a ejercer como asesor de la empresa que puso en marcha, Volúmenes y Vareta MG.

El artista Manolo García, a la izquierda, en el taller situado en Ciutat Fallera. IVÁN ARLANDIS

García es un maestro de la vareta. Un sello inconfundible del que ha tomado el testigo su hijo, también Manolo. En las próximas semanas, ambos harán las maletas para aterrizar en el Burning Man, un singular festival creativo y cultural que se celebra cada año en el desierto de Nevada, en la ciudad de Black Rock.

El Burning Man, que tendrá lugar entre el 24 y 31 de agosto, se presenta como un movimiento único en el mundo. El arquitecto valenciano Miguel Arraiz, quien ya participó en 2016, repite este año con el diseño del monumento central del festival. Es un templo de la sanación y la conexión espiritual que incluirá cartas y fotografías restauradas tras la dana. Su construcción ocupará 18 días.

La obra, denominada 'Temple of the Deep', actuará como refugio para la reflexión. Y Manolo García padre e hijo se encargarán de crear la cúpula interior de vareta. Su especialidad.

Esta técnica tradicional, ejecutada a base de finas piezas de madera cortadas, ha caracterizado desde el principio las fallas que ha firmado: Ayuntamiento, Na Jordana, Nou Campanar... Y también ha querido trasladarla a buena parte de los proyectos que le han puesto encima de la mesa y que nada tienen que ver con la fiesta josefina.

Por ejemplo, en el lujoso hotel OKU Andalusia, en la Línea de la Concepción. «Esta es una de las cosas más complejas que hecho por la forma que tiene. Lo montamos hace un mes», comenta. La pieza, de 18 metros de largo, fue encargada por Fambuena Luminotecnia para decorar el techo.

Obras de Volúmenes y Vareta MG. El escenario de una entrega de premios en Fibes (Sevilla) fue un trabajo de Manolo García dirigido por Berta Sola para Vorwerk, Pionners. LP
Imagen principal - Obras de Volúmenes y Vareta MG. El escenario de una entrega de premios en Fibes (Sevilla) fue un trabajo de Manolo García dirigido por Berta Sola para Vorwerk, Pionners.
Imagen secundaria 1 - Obras de Volúmenes y Vareta MG. El escenario de una entrega de premios en Fibes (Sevilla) fue un trabajo de Manolo García dirigido por Berta Sola para Vorwerk, Pionners.
Imagen secundaria 2 - Obras de Volúmenes y Vareta MG. El escenario de una entrega de premios en Fibes (Sevilla) fue un trabajo de Manolo García dirigido por Berta Sola para Vorwerk, Pionners.

Manolo García también ha dejado su huella decorativa en exclusivos locales gastronómicos: la pastelería de Paco Torreblanca en Madrid, el Amazónico de la capital española, el restaurante Noor de Paco Morales en Córdoba, El Nacional de Barcelona... Por otro lado, la fiesta y la música le han abierto infinidad de puertas: la piscina del Medusa Beach Club, los eventos de Tomorrowland en Santa Coloma de Gramenet, el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria... Dentro de la Comunitat, se le puede reconocer en piezas de Terra Mítica, del Oceanogràfic o del trinquet de Pelayo.

«Nos hemos atrevido a salir del cascarón. El artista fallero ha sido muy ermitaño, muy de su taller. Y han encontrado otros puntos donde poder vender su producto. Mercado hay», subraya Toni Fornes. Para él, se abrió un mar de posibilidades en 2015, cuando le reclutó la empresa TAA para ejercer en Rumanía como escultor de cara diferentes eventos del planeta. Entre ellos, festivales como Tomorrowland o parques temáticos como el Ferrari World de Abu Dhabi: «Era lo mismo que una falla, pero con otro destino. En la decoración hay un boom y todo se hace con corcho». Sí cambian los recubrimientos, la capa final. El cartón piedra da paso a materiales como poliurea, fibra de vidrio o resina de poliéster. «También damos aplicaciones ignífugas», añade. Y en varias ocasiones, para la estructura, el hierro sustituye a la madera. Durabilidad y resistencia.

La nueva carroza del Entierro de la Sardina, creada por Fornes. LP

Dentro de su estrecha vinculación con Colombia, se siente especialmente orgulloso de haber montado la única falla perpetua del mundo. Se encuentra en la plaza del pueblo de Curití. La plantó en 2020: «Nos encargaron hacer algo novedoso para atraer el turismo al pueblo cuando se acabara la pandemia. Se hizo de fibra de vidrio, resina y hierro. Tiene una cascada con agua».

Precisamente, Fornes es uno de los artesanos en los que ha confiado en alguna ocasión Valua. «Tenemos una producción propia, pero también contamos con artistas falleros para llevar a cabo proyectos más grandes. Tenemos la capacidad de captación de proyectos. Podemos diseñarlos, ejecutarlos y llevarlos a un taller para que tenga esa producción y esa diversificación más allá del 'momento Fallas'», explica Xavi Serra.

Los cofundadores de Valua y algunos de sus proyectos. LP
Imagen principal - Los cofundadores de Valua y algunos de sus proyectos.
Imagen secundaria 1 - Los cofundadores de Valua y algunos de sus proyectos.
Imagen secundaria 2 - Los cofundadores de Valua y algunos de sus proyectos.

En el último año, el número de trabajadores de Valua ha pasado de tres a siete. Y cuenta con la colaboración de «15 o 20» talleres: «Hay mucha demanda de este tipo de proyectos. Tenemos clientes recurrentes de hoteles, parques de atracciones...». Fuera de España, Valua ya se ha hecho notar en París, Venezuela y Colombia: «Los restaurantes temáticos son una tendencia a nivel mundial».

En 2023, deslumbraron en Benidorm con la transformación de una casa de apuestas en un pub que representa una estación de tren victoriana: «Estamos presupuestando 20 o 25 proyectos al día». Tienen entre manos tematizaciones y decoraciones en Francia, Países Bajos, México… Incluso se encuentran en conversaciones sobre centros comerciales de Dubái.

El proyecto de mayor envergadura que ha llevado a cabo ha sido la escenografía del festival de Holika en Calahorra. Valua lo creó en 2024 y este año lo ha vuelto a instalar. Costó cerca de 200.000 euros y recayó en el taller de Pere Baenas. El presupuesto de la falla más cara actualmente, Convento Jerusalén, asciende a 250.000.

Otras creaciones de la empresa valenciana Valua. LP
Imagen principal - Otras creaciones de la empresa valenciana Valua.
Imagen secundaria 1 - Otras creaciones de la empresa valenciana Valua.
Imagen secundaria 2 - Otras creaciones de la empresa valenciana Valua.

En su catálogo, ocupan un lugar preferente las tres Supernenas del Primavera Sound: «La gente hacía cola para fotografiarse con ellas». También destacan los cascos gigantes del Gran Premio de Motociclismo de la Comunitat de 2024, que sobrevivieron a la dana.

Una especie de fallas que nacen para no quemarse nunca. Como la Testa di Moro del Hotel Mongibello en Ibiza. O la obra que atrae todas las miradas en un beach club del Grupo Salvaje en Puerto Banús: «Hicimos una mano de mono gigante que exprime una naranja y que realmente es una ducha. A nivel de Instagram, cada mes de agosto, más de 3.000 personas se hacen fotos con esa pieza».

Valua afronta la misión de «poner en valor la industria local para llevarla más allá y que tenga una economía sostenible». Ya lo dice Xavi Serra: «Desde Valencia para el mundo».

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