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Manuel Broseta, en un acto institucional. Manuel Lloret
ETA: 30 aniversario del asesinato de Manuel Broseta en Valencia | Manuel Broseta, la esperanza truncada

Manuel Broseta, la esperanza truncada

Protagonista. Fue un símbolo de concordia democrática, por eso ETA lo asesinó

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Viernes, 14 de enero 2022, 02:54

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Se cumplen 30 años del asesinato del profesor Manuel Broseta y se impone una evocación, un recuerdo emotivo, de la figura del que fue, durante dos décadas brillantes, profesor, maestro, consejero, senador, secretario de Estado y, sobre todo, motor de toda suerte de iniciativas cívicas y democráticas que articularon la Transición a la democracia, primero, y una convivencia conciliadora después. Sin Broseta es imposible entender cómo fue el cambio político en la Comunitat Valenciana y también en España. Sin su quehacer, es inútil vislumbrar cómo se alcanzó la preautonomía valenciana en 1978 y cómo en 1982 -este año se cumplirán cuatro décadas- se fraguó el Estatuto que garantiza la autonomía política de los valencianos.

Observar el papel clave de Manuel Broseta, y su asesinato en enero de 1992, lleva a una primera y elemental conclusión. ETA, enemiga de la convivencia, elegía a sus víctimas con la maldad calculada del daño superior. Cuando mató a un profesor que cruzaba el Paseo al Mar para ir a una de sus clases, quería eliminar un símbolo reconocido y truncar a la vez una esperanza.

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Y aunque la maldad terrorista fue muchas veces indiscriminada en su victimario, también se puede anotar el mismo perfil selectivo, el de causar un gran daño a la democracia, cuando asesinó al valenciano Francisco Tomás y Valiente, presidente del Tribunal Constitucional, en 1996, y al tirotear en el año 2000 al profesor y ex ministro Ernest Lluch, íntimamente vinculado a la Universidad de Valencia.

Broseta en LAS PROVINCIAS

Imposible trazar en estas líneas una completa biografía del profesor Manuel Broseta Pont, nacido en Banyeres en 1932. Licenciado en Derecho en 1955 y doctor en 1959. En 1964, con 32 años, fue catedrático de Derecho Mercantil en una Facultad, la de Económicas, que muy pronto empezó a ser motor de inquietudes ciudadanas, cívicas y políticas. En esa cátedra habría de distinguirse hasta su muerte como maestro de grandes especialistas y profesores, entre los que destaca Carmen Alborch, ministra de Cultura con el paso de los años.

La primera aparición del profesor en nuestras páginas fue en 1967, a raíz de su gestión al frente del estudio Prevasa, un encargo multidisciplinar de la Caja de Ahorros que analizó las expectativas de la economía valenciana al hilo de los planes de Desarrollo. Años después, en 1973, Manuel Broseta comenzó a publicar artículos en LAS PROVINCIAS dentro de una etapa en la que el periódico esponjó sus contenidos y se abrió a nuevos colaboradores que trajeron la voz de la Universidad y la de no pocos aspirantes a un tiempo de cambio que debía traer necesarias libertades.

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En esos primeros años de la Transición, cuando LAS PROVINCIAS promovió una doble campaña en favor de que el cauce viejo del Turia fuera zona verde y que se detuviera la urbanización del Saler, Manuel Broseta se mostró siempre activo promotor de actividades culturales y políticas donde la libertad y el reconocimiento de la personalidad valenciana fueran ejes de futuro. En ese sentido, cabe destacar su papel asesor del presidente Albiñana en la instauración (1978) de la preautonomía y, más tarde, en 1982, su papel de secretario de Estado para las comunidad autónomas, como impulsor de acuerdos y asesor en la redacción final del Estatuto valenciano.

Al caer asesinado en 1992, Manuel Broseta, que llevaba diez años dedicado a la docencia y a su despacho profesional, estaba meditando un hipotético regreso a la vida política. Se especulaba en torno a sus posibilidades como aspirante a la alcaldía o a la Generalidad. En todo caso, en esos diez años dio sobrados ejemplos de su gran capacidad para propiciar conciliación.

El Club de Encuentro, que hoy lleva su nombre, fue una creación suya, en 1986: valencianos de todas las ideas se dieron cita para propiciar un foro de opiniones diversas donde la sociedad civil ejerciera el diálogo.

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