

Secciones
Servicios
Destacamos
La lluvia que cayó en marzo, durante 21 días y sus noches, llegó como agua de mayo. Un episodio que trajo el pánico por lo que pudiera pasar con la dana del 29 de octubre todavía tierna, que llevó al cierre de colegios por alerta naranja a pesar de la división de opiniones de los padres, que aguó las Fallas y que, al final de la tormenta, no fue más que una lluvia muy beneficiosa para el campo y para los embalses de la Comunitat Valenciana, que viven uno de sus mejores momentos alejados de los fantasmas de la sequía.
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), en el ojo del huracán por su gestión de la dana del 29 de octubre, ha firmado un informe de lluvias en el que analiza las precipitaciones caídas entre el 1 y el 21 de marzo. «Aunque las intensidades puntuales no alcanzaron valores especialmente elevados, salvo en momentos y lugares muy concretos, el carácter persistente de estas lluvias dio lugar a acumulaciones pluviométricas muy significativas en la mayor parte del territorio. Únicamente quedaron al margen de este episodio las zonas de la Marina Baja y el Vinalopó», señala el informe de la CHJ.
El pluviómetro de Caroig, con 431 litros por metro cuadrado, fue el punto en el que más lluvia se recogió, según la medición del SAIH. El podio de las precipitaciones lo completaron el pluviómetro Casa del Barón en Cortes de Pallás con 427 y el del embalse de Onda en Alcúdia de Veo con 412 litros por metro cuadrado. Es significativa también el agua caída en el embalse de Buseo en Chera, con 396 litros por metro cuadrado, al ser uno de los puntos más dañado por la fuerte tromba del 29 de octubre en parte de la provincia de Valencia.
Durante las tres semanas de marzo, principalmente en los primeros días y por precaución, se cerraron los colegios y las instalaciones deportivas en muchos municipios de la Comunitat Valenciana para evitar el tránsito circulatorio y acciones que pudieran poner en peligro la vida de las personas en el caso de que se repitieran los episodios vividos a finales de octubre. No se recordaba un marzo tan lluvioso en muchos años, aunque finalmente las lluvias mantuvieron una cadencia que benefició tanto a la agricultura como a los embalses, donde muchos de ellos rebasaron su valor estacional.
El resultado global del episodio de lluvias, según se puede observar en alguno de los mapas que la Confederación Hidrográfica del Júcar incluye en su informe, arrojó una precipitación media de 138 litros por metro cuadrado durante los 21 días. Los sistemas más afectados fueron los del Cenia con 174 litros por metro cuadrado de media areal; 161, en el Mijares y en el Palancia; el Turia, con 111; el Júcar, 143; el Serpis, 151; y la Marina Alta con 173 litros por metro cuadrado.
En ríos y ramblas, el mayor caudal se dio en la rambla de la Viuda en la Vall d'Alba que llegó a pasar con 223 metros cúbicos por segundo. En la presa de Manises, que pertenece al río Turia, el paso máximo fue de 100 metros cúbicos por segundo.
Uno de los datos más relevantes es relativo a los embalses de la CHJ, que tras el episodio de lluvias de marzo, acumularon 180 hectómetros de agua más que al inicio de las precipitaciones.
«Debido a los niveles previos en varios embalses, el episodio de lluvias ha provocado que se supere el volumen estacional en nueve de ellos. Además, para los embalses situados en la Marina Baja, que son Amadorio y Guadalest, las lluvias han sido particularmente beneficiosas, pues se encuentran en situación de emergencia respecto al Plan Especial de Sequía vigente de la CHJ», señala el informe.
Durante el episodio hubo que realizar desembalses controlados, unas operaciones que fueron comunicadas a Protección Civil y a las subdelegaciones del Gobierno. Los nueve embalses que superaron su volumen estacional fueron los de Alcora, Arenós, Arquillo, Escalona, Forata, María Cristina, Regajo, Sitjar y Uldecona.
Los pantanos de la cuenca del Júcar presentan un estado óptimo de cara a los próximos meses, y la lluvia caída solventa la amenaza de sequía que se cernía sobre la Comunitat Valenciana hace unos meses. De hecho se habían puesto en marcha restricciones al riego en alguno puntos del territorio valenciano.
El agua caída en marzo nada tiene que ver con los fenómenos que se han dado estos días, donde las tormentas han arreciado con fuerza y donde se han visto fenómenos excepcionales como el granizo caído en Villar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Zigor Aldama y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Antonio Paniagua y Sara I. Belled
Abel Verano
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.