Investigan en las costas de Valencia, Dénia y la Pobla de Farnals las especies afectadas por el aumento de la temperatura del mar
Las aguas del Mediterráneo están dos grados por encima de lo habitual en estas fechas y ha alcanzado picos de hasta seis
Manuel García
Valencia
Miércoles, 30 de julio 2025, 13:14
Expertos del Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina de la Universidad Católica de Valencia (IMEDMAR-UCV) han dado inicio a un nuevo ... estudio cuyo objetivo de averiguar qué especies marinas de las costas de la Comunitat se están viendo afectadas por el aumento de las temperaturas del mar Mediterráneo. El estudios se ha realizado en los puertos de Valencia, Denia y Pobla de Farnals.
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Las aguas del 'Mare Nostrum' presentan este verano un incremento de dos grados centígrados por encima de los datos habituales en estas fechas, con varios picos de 29 grados en junio y julio, seis más de lo esperado, según señala la institución académica en un comunicado.
Para conocer las consecuencias de este fenómeno, que algunos científicos han denominado «efecto de tropicalización», se está desarrollando un seguimiento de las comunidades de especies marinas y parámetros oceanográficos del litoral valenciano, mediante una novedosa técnica de detección de organismos por su huella de ADN, llevada a cabo junto a científicos del proyecto GIBMAR-BB, de la Universidad de Cádiz.
La metodología científica del proyecto sigue los estándares de la iniciativa internacional EMO BON, una red europea de observación de la biodiversidad de biomoléculas marinas. Las acciones para desarrollar incluyen también la instalación del sistema ARMS de monitoreo de arrecifes artificiales, que fondean en el lecho marino para poder evaluar las diferencias biomoleculares existentes en los tres puertos, en función de la actividad pesquera, industrial o deportiva que desarrollen.
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Basada en la lectura de la huella genética de organismos marinos, esta novedosa tecnología permite estudiar de una manera «rápida y eficaz» la llegada de especies exóticas o la presencia de especies autóctonas de interés. Los científicos que desarrollan la investigación esperan así obtener los primeros resultados en un plazo aproximado de tres meses, según las mismas fuentes.
Al respecto, el director del IMEDMAR-UCV, José Tena, ha avanzado no obstante que este «calentamiento anómalo», sumado a la llegada de especies externas, produce una «competición salvaje» por los recursos entre éstas y las autóctonas, pudiendo a desplazar a algunas especies típicas del Mediterráneo.
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«De hecho, cada vez es más frecuente el avistamiento de algunas especies de medusas como Phyllorhiza, la medusa de puntos blancos, algas como la invasora asiática Rugulopteris o peces como el pez globo tóxico Lagocephalus. Por otra parte, el cambio global perjudica las poblaciones de Posidonia, una planta marina endémica y clave para mantener el equilibrio de los ecosistemas, además de las costas y playas por los efectos de barrera a las corrientes marinas que supone», añade.
El estudio se enmarca en el proyecto OCECOSVAL del programa ThinkInAzul, cuyo objetivo final es comprender y anticiparse a los efectos ecológicos, sociales y económicos del cambio climático sobre el Mediterráneo, con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, y con financiación de la Generalitat Valenciana y del programa NextGenerationEU de la Unión Europea.
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