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El estado actual de los 200 paelleros que fueron estrenados en 2007. LP

De icono de la paella a parking de caravanas con piscina

El Ayuntamiento de Canet busca inversión privada para dar una nueva vida a un espacio degradado que en 2007 fue inaugurado a bombo y platillo

Lunes, 11 de agosto 2025, 00:06

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El 9 de abril de 2007, a bombo y platillo, se celebró la inauguración de un proyecto millonario que prometía rendir culto al plato valenciano por excelencia. Era el Instituto de la Paella. Una iniciativa alumbrada en Canet d'en Berenguer al calor del boom del ladrillo. La puesta de largo del recinto fue por todo lo alto: un festival en el que se invitó a cocinar y a comer a mil personas. Aquella apuesta fue liderada por un empresario de éxito como Enrique Bañuelos. Sin embargo, apenas un año después, su inmobiliaria, Astroc, se desplomó. Y con ella, el recinto gastronómico y recreativo que tantas expectativas había levantado. Su historia fue un visto y no visto. Posteriormente, en 2010, se puso el candado al complejo, que ha sido objetivo de robos, actos vandálicos y degradación. Actualmente, casi dos décadas después, el Ayuntamiento de la localidad costera se ha propuesto dar otra vida a las instalaciones, que provisionalmente hacen la función de almacén municipal de contenedores de basura. Una imagen alejada del soñado icono culinario. El Consistorio está inmerso en la búsqueda de inversores privados que asuman el nuevo plan para el espacio: una piscina pública, un aparcamiento para autocaravanas y una modesta cantidad de paelleros. Hay confianza en que pueda estar todo listo de cara al próximo verano y, así, aprovechar la temporada alta del turismo. Una metamorfosis para dejar atrás otro producto de la burbuja.

El proyecto se financiará, al menos parcialmente, con iniciativa privada. El Ayuntamiento de Canet planea dividir el terreno del Instituto de la Paella en parcelas. La idea es transformar la instalación reduciendo el espacio destinado a los paelleros y construyendo una piscina municipal donde se sitúan las pistas deportivas. Además, se aprovechará el jardín para crear un parking de caravanas de los turistas.

Los nuevos contenedores ocupan las pistas deportivas. LP

«La idea es olvidar la filosofía que inspiró el Instituto de la Paella y darle un uso práctico y que realmente beneficie a los vecinos y vecinas de Canet», explica el alcalde de la localidad, Pere Antoni. Sin embargo, sí que prevé realizar un guiño a la esencia original del proyecto: «Queremos reducir la zona de los paelleros y celebrar cada año dos jornadas gastronómicas con el nombre de Llamafest, que marcarán el inicio y el final de la temporada estival. Una de las fechas se destinará al arroz y otra a las carnes a la brasa. Además, el resto del tiempo, podrá ser utilizado por los vecinos y las vecinas». El Ayuntamiento aspira a fomentar «la desestacionalización del turismo».

El Consistorio trabaja para obtener la inyección económica necesaria y se ha propuesto que la renovada infraestructura empiece a funcionar el próximo verano. «La financiación del proyecto se hará en colaboración con inversores privados que se encargarán de explotar la zona de caravanas y construir la piscina. Los adjudicatarios del Llamafest, que podrían o no ser los mismos, también participarán en la recuperación del recinto», apunta.

Hace dos décadas, Bañuelos obtuvo la concesión de este solar de propiedad municipal por 50 años, prorrogables a 75. El proyecto incluyó la construcción y explotación de 200 paelleros, 150 plazas de aparcamiento, una pista multideportiva, dos pistas de pádel, vestuarios, un parque de juegos infantiles, merenderos, cafeterías, heladerías y un escenario.

El fiasco dio paso a un escenario insalubre en el Instituto Valenciano de la Paella, que quedó inoperativo a las primeras de cambio. Maleza, pintadas, saqueos... El asunto acabó en los tribunales y, hace un lustro aproximadamente, el Ayuntamiento recuperó el uso público del suelo. Las sentencias obligaron al Consistorio a pagar una indemnización de 2,2 millones de euros que ha condicionado los planes municipales.

El Instituto Valenciano de la Paella, inoperativo desde 2010, está siendo utilizado ahora como almácen de contenedores

A la espera de que llegue la inversión privada que asuma el nuevo proyecto, el espacio está siendo aprovechado para usos alternativos. Actualmente, la pista deportiva multiusos ofrece una curiosa imagen, ya que actúa como almacén municipal de contenedores de basura. Una situación que se va a mantener, al menos, hasta septiembre.

«En abril, coincidiendo con la Semana Santa, procedimos a renovar todos los contenedores de Canet y aumentamos su número en más de 90, además de introducir los nuevos de residuos orgánicos. Durante ese tiempo, hasta mayo, se utilizó el Instituto de la Paella como almacén», explica el alcalde. Los antiguos se desmontaban allí para facilitar su transporte, mientras que los nuevos se descargaban en ese mismo lugar para su distribución.

«En estos momentos no quedarán más que unos 20 contenedores de sustitución. Están en reserva por si hace falta añadir alguno de refuerzo», añade el concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Albero, quien destaca que la ventaja de esta ubicación es que se encuentra cerca de los «grandes productores», es decir, hoteles, restaurantes, residencias… «Se trata de una medida provisional, que estará en vigor, por lo menos, hasta que acabe la temporada turística o hasta que un operador privado inicie las obras en el Instituto de la Paella», concluye. Está previsto crear un nuevo almacén en otra zona del municipio.

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