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El Cecopi que se celebró la tarde de la emergencia. LP

Una experta de la Universitat a la jueza: «El SMS llegó tarde y aclaraba poco. Debió decir: 'Pónganse a salvo'»

La especialista asegura que el día de la dana el 60% de lo que llovió se transformó en caudal y que el fenómeno fue la «constatación del cambio climático»

A. Rallo

Valencia

Jueves, 10 de julio 2025, 11:07

La magistrada que investiga la dana ha reanudado este jueves sus interrogatorios para aclarar qué ocurrió la tarde del 29 de octubre que se saldó ... con la muerte de 228 personas. La testigo de la jornada ha sido Ana María Camarasa, catedrática de Geografía Física, una experta de la Universitat que ha elaborado informes sobre los barrancos, la torrencialidad y las crecidas súbitas de las ramblas como consecuencia del cambio climático.

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«Es fácil ver el cambio en las temperaturas, pero más difícil en las precipitaciones». En sus trabajos se había detectado más intensidad en las lluvias y eso equivale a más riesgo, según ha resumido. Esa era la tendencia general. «Nunca desde que se tienen datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) se habían superado todos los rangos en el diario y en cada hora en la cuenca de recepción del Poyo». Lo que ocurrió fue una «constatación del cambio climático», precisó.

La especialista ha explicado qué sucedió aquella jornada. Hubo lluvia previa que hizo que el suelo no pudiera absorber tanto. Se dieron dos núcleos importantes de lluvia, uno por la mañana, que ya implicó un volumen de crecida e intensidad. «Cuando llega el segundo grupo de lluvia, más intenso, ya no funcionan los procesos de transferencia de la cuenca a los acuíferos, por ejemplo». Es entonces cuando se desborda y las corrientes buscan los «paleocauces», vías de drenaje que no se usan desde hace años para que el agua llegue al mar, la Albufera o la zona más baja de terreno que encuentren.

La detallada explicación de la experta ha recordado cómo la zona inundada se «impermeabilizó con hormigón» desde finales de los novena a principios de los 2000 con el gran desarrollo urbanístico. La tormenta de la tarde fue «mas grande e intensa». Según su experiencia, los cauces mediterráneos son ramblas que pierden mucha agua en su tránsito, pero la intensidad fue tan alta que saturó esta posibilidad. «En la rambla del Poyo y, en general, lo normal es que escurra entre un 6 o 7 por ciento de lo que llueve». Ahora los estudios respecto a la dana de octubre han cifrado en que se transformaba en caudal el 60% de lo que llovía. Una diferencia significativa. En el barranco de la Horteta, el porcentaje era incluso superior.

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La jueza le ha preguntado sobre la capacidad de reacción a la hora de proteger a la población. «Hablamos de poco tiempo de reacción por la intensidad de las lluvias», intervino. Pero fue contundente en su análisis. «Con las previsiones meteorológicas tendríamos que estar en aviso. Estaba en rojo y eso era determinante. No hay más niveles de aviso. El plan había que tenerlo y hay una constatación por la mañana de lluvias».

Además, ha subrayado que existían llamadas de riesgo a Emergencias en Chiva y Cheste por la mañana. «Esa agua tiene que llegar a la desembocadura. No podía transferirse al acuífero porque está lloviendo durante mucho tiempo y en toda la cuenca».

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La especialista ha señalado que debió hacerse una vigilancia con todos los medios que se dispusieran. Aparte del SAIH, ha recordado que en los cauces existen escalas y se trata de acudir allí y ver qué nivel llega el agua. Conocer el foco de la tormenta a qué cuencas afecta y «obtener información de todas las fuentes. Las llamadas, las escalas, informadores, el SAIH». La toma de decisiones «se debe hacer en poco tiempo. No hay margen», ha precisado.

«Solo sabemos lo que pasa en un zona, la del medidor del Poyo, pero el Pozalet o la Horteta también son cabeceras». «Un nivel rojo de emergencia es para ponerse las pilas ya». Los avisos, según ella, se debieron hacer antes. «Mi universidad y otras cerraron y eso era por algo». La experta no entendió la actuación de las autoridades sin concretar más allá del Cecopi. «Llega más tarde el aviso que la crecida. Me dicen que me voy a inundar cuando ya lo estoy. Pero, además, el mensaje de que me voy a inundar da a entender que todavía tengo algo de tiempo y eso puede llevar a determinadas decisiones como tratar de proteger los bienes».

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Todos los focos apuntaban a la CHJ y a su papel en el Cecopi. Las acusaciones preguntaron a la experta quién debió informar de las crecidas y prever lo que podía suceder. En este punto no fue clara. «No lo sé», terminó por decir. Pero sí mantuvo que el desbordamiento «era previsible». No opinó sobre cuándo hubiera sido el momento idóneo para lanzar el SMS masivo, pero evidentemente antes de la hora en que se hizo. «Llegó más tarde el aviso que la crecida. Me dicen que me voy a inundar cuando ya estoy inundada y, en el caso que no lo esté, el contenido lleva a pensar que tengo tiempo y eso llevó a que se intentaran salvar bienes antes de protegerse uno mismo». Profundizó más en este análisis: «Fue poco claro, insuficiente. Debió decir: 'Pónganse a salvo'».

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