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Unos visitantes recorren Las Tablas de Daimiel.

La cabecera del Tajo atraviesa otro otoño seco y pone a prueba el Trasvase

Las aportaciones en Entrepeñas y Buendía tuvieron el tercer peor registro en veinte años. Las lluvias de enero mejoran las reservas

M. B. B.

Viernes, 9 de mayo 2014, 18:37

Los usuarios del Trasvase Tajo-Segura han empezado el año mirando al cielo. Los embalses de Entrepeñas y Buendía han tenido uno de los peores otoños de los últimos veinte años debido a la escasa entrada de agua, de tal forma que entre octubre y diciembre solo recogieron 86,2 hectómetros, el tercer peor registro desde 1993, según datos del Ministerio y del Sindicato Central de Regantes. Su presidente, José Manuel Claver, señaló que la evolución de la cabecera ha sido mala en el arranque del año hidrológico. Las lluvias que han acompañado el inicio del 2014 han mejorado la situación, de tal forma que las reservas se han incrementando en 40 hectómetros en los últimos días.

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Los peores otoños en la cabecera fueron los de los años 2005 y 2007. El Sistema de Entrepeñas y Buendía almacenaba ayer 703 hectómetros cúbicos, el 28,41% de la capacidad total. La reserva intocable se incrementará de 240 a 272 hectómetros con la ley aprobada en diciembre. Debe alcanzar los 400 en un plazo de cinco años. Los regantes apuntan que necesitan una primavera lluviosa para poder disponer de todos los caudales que necesiten, sobre todo en un escenario marcado por las nuevas reglas de explotación. Claver espera que, como mínimo, el volumen de entre sea el mismo que salga en dirección al Segura. La explotación de la cabecera estará condicionada por los dos reales decretos que prepara el Ministerio de Medio Ambiente, que marcará qué caudales se pueden derivar en circunstancias hidrológicas excepcionales. Los usuarios quieren que se aprueben este mes. Mientras tanto se aplicarán las reglas actuales.

La ampliación de los límites del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, puede tener repercusiones sobre el Trasvase en los periodos de sequía, ya que este enclave recibe aportaciones de la cabecera del Tajo para mantener unos niveles mínimos de humedad. Estos desembalses tienen prioridad sobre los regadíos del Segura, y la mayor parte del agua no llega a su destino debido a las filtraciones del terreno, entre otros motivos. El Consejo de Ministros decidió aumentar la extensión del parque en 1.102 hectáreas de terrenos colindantes propiedad del Organismo Autónomo Parques Nacionales y de la Fundación Biodiversidad, parte con sus correspondientes derechos de agua de la zona. Con esta medida, las Tablas de Daimiel alcanzan las 3.030 hectáreas. El Ministerio indicó que habrá futuras ampliaciones. El parque atraviesa uno de sus mejores momentos, puesto que está inundado casi en su totalidad.

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