'Txopo' Iríbar, un portero admirado en Mestalla
El túnel del tiempo ·
La grada siempre ovacionaba al guardameta del Athletic, que a punto estuvo de fichar por el Valenciapaco lloret
Viernes, 11 de diciembre 2020, 23:15
Cada vez que se dirigía hacia la portería en los prolegómenos del partido, la grada de Mestalla prorrumpía en una ovación. Una costumbre que surgía de forma espontánea y que se repetía cada campaña cuando el Valencia recibía al Athletic de Bilbao. La intensidad contenida de los aplausos transmitía un mensaje de respeto. De forma sobria, Iríbar, siempre de negro aunque con alguna concesión al verde oscuro en la recta final de su carrera, alzaba un brazo y respondía a esa muestra de admiración y cortesía.
La historia del guardameta de los 'leones' de San Mamés pudo haber sido diferente porque estuvo a punto de fichar por el Valencia en el inicio de su carrera. En su biografía, escrita por el periodista vasco Pedro Mari Goikoetxea, cuenta que en su día Pasieguito trató de cerrar su incorporación y le transmitió una atractiva oferta económica. Hábil y astuto en las negociaciones, Bernardino Pérez trató de seducirle con argumentos de todo tipo, exaltó la calidad de vida que se disfruta a orillas del Turia con un tiempo mejor que el habitual del norte así como la fácil adaptación de los jugadores vascos a la entidad valencianista. Una tradición arraigada de la que Pasiego era un claro exponente. José Ángel Iríbar desoyó la proposición y decidió quedarse en casa.
El valenciano Cabello, delantero de Silla, que ese día logró estrenarse como goleador liguero, le hizo el primer tanto en el debut del cancerbero en Mestalla. Esa tarde el Valencia se impuso por 2-1 en un duelo correspondiente a la quinta jornada de la temporada 63-64. El segundo gol llevó la firma de Waldo. La última comparecencia de Iríbar en el feudo de la Avenida de Suecia se produjo quince años después, en la cuarta jornada de la campaña 78-79, en un encuentro que concluyó sin goles. En el ejercicio anterior recibió sus últimos goles en Mestalla, aquella noche los valencianistas se impusieron por 3-1 y Mario Kempes consiguió ser el autor del tanto que cerraba el marcador. En la temporada anterior, la 76-77, el Matador consiguió un doblete ante la escuadra rojiblanca con una particularidad, Iríbar sólo pudo jugar la primera parte debido a una lesión y tras el descanso fue reemplazado por Zaldúa. El argentino hizo un gol en cada tiempo.
El Txopo, como era conocido popularmente, sólo conoció una vez la victoria en el campo del Valencia, fue en la campaña 73-74, y los vascos se impusieron por 0-1. Este resultado abrió una crisis inesperada en el cuadro que entrenaba Alfredo di Stéfano que había sido líder durante seis jornadas consecutivas y que a partir de ese día cayó en barrena. En aquellos años los valencianistas le tenían tomada la medida al Athletic. Los enfrentamientos se solían superar con relativa facilidad. Una serie de goleadas así lo atestiguan. La primera de ellas tuvo a Pep Claramunt como gran protagonista. El jugador de Puçol firmó un triplete en el aplastante triunfo por 5-1 de la temporada 68-69. Curiosamente, entre el goleador y el portero existía una amistad personal que se fraguó gracias a las primeras convocatorias del centrocampista con la selección. Iríbar lucía galones después de haber participado en la conquista de la Eurocopa del 64 y haber participado en el Mundial de Inglaterra 66.
En varias ocasiones, después de los partidos en Mestalla, Claramunt solía invitar al portero así como a otros de sus compañeros, caso de los internacionales Fidel Uriarte o de Antón Arieta, a cenar en su pueblo. Un solitario gol de Nebot en la penúltima jornada de la Liga 69-70 privó al Athletic de conquistar el título. Aquel partido de Mestalla resultó decisivo para el desenlace del campeonato y mantuvo las esperanzas del Valencia para clasificarse en Europa. El partido se jugó bajo un sol primaveral con mucho calor y algunos de los jugadores vascos que disputaron el encuentro atribuían a los efectos contraproducentes de una vitamina que tomaron en la comida la sorprendente falta de energía que exhibieron en un duelo tan trascendental. Aquella tarde, Roberto Gil jugó su último partido liguero en Mestalla.
A principio de los años setenta, Iríbar conoció sendas goleadas que dieron mucho que hablar. En la campaña 70-71, en uno de los mejores partidos, del Valencia se impuso por 4-0. El triunfo le permitió recuperar el liderato que mantuvo hasta proclamarse campeón. Con goles de Valdez, Forment, Claramunt II y el más inesperado, el tercero de la noche obra de Sergio gracias a un saque directo de córner. En esa misma campaña Iríbar cuajó una excepcional actuación en San Mamés ante el Valencia en un encuentro sin goles que, según el propio guardameta, fue la mejor actuación de su dilatada y brillante trayectoria.
En el cuadro de sus visitas a Mestalla también suele salir a relucir el inolvidable debut de 'Gitano' González, procedente del equipo aficionado, autor de dos goles, junto a otro par de Pellicer que pusieron el 4-1 definitivo en el marcador en la temporada 72-73 después de que se adelantara en el marcador el once visitante y Abelardo detuviera un penalti que podía haber supuesto el 0-2.