La ansiada final que desató la locura entre los aficionados del Valencia

Habían pasado 16 años desde que el club valenciano disputase una final del torneo del KO y es que el Valencia de 1994-1995, era el Valencia de la ilusión a pesar de que en el campeonato de Liga acabó en décimo lugar después de invertir en grandes fichajes que supuestamente iban a revolucionar la plantilla y llevar al club a lo más alto. Los aficionados del Valencia reunieron fuerzas y pusieron todas sus esperanzas en la final de la Copa del Rey. Tras la apoteósica victoria en octavos de final del conjunto del Turia en el partido de vuelta en Mestalla contra el Real Madrid, que en ese momento iba primero en la Liga, la afición valenciana empezó a recuperar la ilusión de conseguir un título esa temporada. Los blanquinegros se cruzaron en su camino hacia la final al Mallorca en cuartos y al Albacete en semifinales, donde se encontraron con muchos obstáculos que superaron con mucho sudor y sufrimiento.

Para comprender la situación del valencianismo a mediados de los 90, hay que echar un vistazo a la celebración de la victoria por 1-2 en Carlos Belmonte de Albacete en semifinales, donde entre los clamores de las bocinas y el júbilo de la gente allí presente, cualquier desprevenido apostaría a que el Valencia había ganado en ese momento la Copa. Tras este partido de clasificación, el fútbol valenciano se vio envuelto en una polémica, debido a la asignación de entradas. La directiva, los seguidores, y la plantilla se vió envuelta en la controversia. Toda la afición quería presentarse en Madrid, nadie quería perderse la fiesta y así fue, el 24 de junio desembarcaron más de 40.000 aficionados del Valencia en la capital española en busca de la conquista de la Copa.

Madrid recibió a esos miles de valencianistas en un día soleado de junio en el que se auguraba un día maravilloso, pero nada más lejos de la realidad. A mitad de partido, comenzó a llover de forma suave y la lluvia era prácticamente imperceptible para los jugadores pero a medida que pasaban los minutos, el terreno de juego se iba encharcando cada vez más, dificultando el rendimiento de los futbolistas hasta que a falta de 20 minutos, el diluvio era tal, que tuvieron que suspender y posponer el partido, lo cual dejó a todos los allí presentes sorprendidos, en tensión y con ganas de saber cómo iba a acabar ese partido que daría el título a uno de los dos equipos. Finalmente, cuando se pudo reanudar el encuentro 3 días más tarde, el club valenciano fue derrotado. Esta final de Copa representa la ambición del Valencia en la era de Paco Roig y la necesidad de confianza e ilusión que tenían. No había más que ver las colas infinitas y las aglomeraciones que llenaron los alrededores del estadio valenciano, donde no cabía ni un alfiler.