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La prolongación del túnel de Serrería es la clave de bóveda, la percha como lo define el concejal de Urbanismo de Valencia, Juan Giner Corell, de la que cuelgan varios proyectos urbanísticos decisivos para el desarrollo de Valencia. El bloqueo del Ministerio de Transportes a continuar el soterramiento de las vías en la parte del viejo cauce anula un crecimiento que tiene cifras: 2.850 viviendas previstas, algunas en torres de hasta 40 plantas y el sueño de completar el jardín del Turia.
«La prolongación supone un porcentaje elevadísimo de la nueva transformación de la ciudad, donde se creará una centralidad que se vertebra por todo lo que es la culminación del viejo cauce, el PAI del Grao y la finalización de las conexiones del sector de Moreras», señala el edil, que atiende a LAS PROVINCIAS acompañado por el director general de Urbanismo, Enrique Martí.
El Gobierno dice ahora, después de décadas esperando la prolongación del túnel inaugurado en 1991, que no se puede prolongar hasta que esté acabado el túnel pasante de Valencia, algo que no tiene proyecto ni por supuesto plazos de obras ni calendario previsto. La decisión supone, por lo tanto, guardar en un cajón con llave la prolongación.
¿Qué consecuencias tiene esto para el desarrollo urbanístico de Valencia? Giner Corell habla de que la paralización del soterramiento «afecta también a la prolongación del Paseo de la Alameda, que es una aspiración a la que no renunciamos. Para nosotros es la percha definitiva para crear esa nueva centralidad, esta transformación de la ciudad».
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La salida a la superficie de las vías afectan ahora a la prolongación de la avenida de Francia y de la Alameda, como apunta el edil. Justo al otro lado, hacia el este, se extienden los solares del PAI del Grao, donde la previsión es que en breve se presente el plan urbanístico al público para el trámites de las alegaciones.
La primera fue defendida por el anterior gobierno municipal y es descartada por el actual. Supone que no se actuaría sobre la línea ferroviaria en superficie, manteniéndose la boca sur del túnel actual. La prolongación del cruce de la avenida de Francia y la Alameda se acometería mediante pasos superiores. En la segunda, El soterramiento de las vías ampliaría el túnel en 930 metros hasta el cruce con el Camino de las Moreras. La longitud de la actuación sería de 1.757 metros al añadir la rampa de acceso. En un principio fue aceptada por el ayuntamiento con el fin de desbloquear la negociación pero ante el nuevo bloqueo se descarta. En la tercera se ampliaría la longitud del soterramiento de las vías en 1.628 metros. Esta actuación afectaría al cruce con la carretera CV-500, produciéndose afecciones al ramal ferroviario que comunica con el puerto de Valencia. La longitud total de la actuación sería de 2.433 metros. Es la mejor opción para el desarrollo de la ciudad y también la más cara.
La demora en la prolongación afecta al PAI sobre todo por la falta de la prolongación de la Alameda, aunque la voluntad del gobierno municipal es tramitarlo con una solución provisional. Habrá un puente para permitir la conexión de la avenida de Francia, con apenas elevación dado que en ese punto las vías apenas han comenzado a salir a la superficie. También se contará con un nuevo puente en el viejo cauce, entre las Moreras y el Grao, para formar un eje que acabará en una rotonda junto a la avenida Ingeniero Manuel Soto. Giner Corell destaca que este PAI da respuesta a la falta de vivienda en Valencia y también a la necesidad de desarrollo de la ciudad hacia el litoral, con la Marina muy cerca.
Además, reforzará la conexión que se formará gracias al Parque de Desembocadura y las fases sucesivas hasta llegar al actual puente del ferrocarril. «Entre el parque y los cien mil metros cuadrados de jardines del PAI del Grao se formará una gran zona verde en Valencia. Todo eso es necesario y de ahí la reivindicación y la persistencia de la alcaldesa con la prolongación del soterramiento de las vías», dice.
El proyecto del parque estará listo «sin duda» este mandato, dado que se presentará en breve. Las obras irán a continuación, una vez que sean adjudicadas por la Autoridad Portuaria. En cuanto al resto de los tramos, una parte de la financiación corresponde a la carga de urbanización del PAI del Grao y otra a los promotores del PAI de las Moreras, justo enfrente y que ya cuenta con un desarrollo muy alto de viviendas. «Ese dinero ya está consignado», comenta el edil. Una de las mejoras que se hará será un paseo ciclopeatonal que va desde la Ciudad de las Ciencias hasta Nazaret bajo de las vías ferroviarias.
La franja que va desde el puente de Astilleros hasta el ferroviario «se puede hacer por fases aunque no necesariamente; se pueden hacer pasos inferiores peatonales. Lo normal es que vaya soterrado pero no lo condiciona», dice el concejal de Urbanismo.
Todos estos elementos que deben encajar como un puzzle, el PAI, el gran jardín y las conexiones desde Moreras obligan a un «contacto directo con el Ministerio para que cuando se haga el PAI se debería hacer a la vez».
La solución provisional permite avanzar en las obras de urbanización, donde se ha previsto una inversión de 120 millones de euros por parte de los promotores, aunque no se avance en la prolongación del túnel pero «no es lo deseable. Se puede avanzar al margen del soterramiento con el puente desde Moreras y el de la avenida de Francia. Lo que quedaría más condicionado es la prolongación de la Alameda. Ahí no queremos nada provisional porque ya sabemos cómo acaban esas cosas», explica.
Ahora, los aspirantes a ser agentes urbanizadores deben presentar la documentación definitiva. «Presentaron su propuesta como urbanizadores y ahora la documentación completa para exponerse al público», dice Enrique Martínez, quien precisa que aparecerá la doble condición de «cuando las vías estén soterradas y la provisional. Esas dos son las alternativas», consideró.
La previsión es que este paso se produzca este verano, tras lo que quedará la respuesta a las alegaciones y el plan de reparcelación antes de iniciar las obras de urbanización. En cuanto a la convivencia de estas con el soterramiento de las vías, el concejal recuerda las palabras de Manuel Miñes a este periódico. El director de obras del túnel de Serrería y actual gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat aseguró hace unos días que hay espacio suficiente para un tendido ferroviario provisional entre la salida del túnel y la pared del cementerio del Grao.
Aún así, el edil destacó la «falta de informes, ni contrarios ni a favor» del Ministerio sobre las alternativas y la misma decisión de posponerlo todo a que esté acabado el túnel pasante debido a un supuesto riesgo para el tráfico del corredor mediterráneo.
«Queremos ese diálogo con el Ministerio para cuidar ese aspecto, el de la prolongación», para mencionar que precisamente uno de los grandes beneficiados en la operación urbanística será Adif, empresa estatal propietaria de los solares que formaban la playa de vías de la antigua estación del Grao.
El pasado 14 de octubre se formalizó el contrato con la empresa Inventario de Arquitectura S.L. para la redacción de proyecto y la posterior dirección de obras del Parque de Desembocadura, en concreto las fases A-I y A-II. La inversión de un millón de euros servirá para que el equipo dirigido por los arquitectos Carmel Gradolí y Arturo Sanz definan el diseño del espacio que va desde el puente de Astilleros hasta el encuentro de esta parte de Nazaret con el puerto, en lo que supondrá en la práctica en una nueva frontera del casco urbano y el puerto.
Será preciisamente la Autoridad Portuaria la que se encargue de adjudicar las obras, dado que las financia con una aportación de unos 13 millones de euros de los 16,5 millones del presupuesto para una intervención que supondrá el pago de una deuda con el barrio de Nazaret y también la culminación de que el jardín del Turia vaya literalmente de punta a punta de Valencia. El ayuntamiento, señaló el concejal de Urbanismo, Juan Giner, entregará el proyecto para su licitación este mismo año.
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