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Sin tinglados.Las instalaciones, en los primeros años del siglo XX. LP
Exposición: 'La transformación de Valencia 1866-2026'

El puerto, la herramienta de un pueblo exportador

Piedra a piedra La historia del puerto de Valencia, contada por este periódico en todos sus pasos, es la del desarrollo de la economía valenciana

Domingo, 30 de noviembre 2025

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Cuando se excavó el estacionamiento de la calle J. J. Dómine, los arqueólogos localizaron y salvaron los restos del primer pantalán que tuvo la ciudad, diseñado por Tomás Güelda: era un conjunto de recios tablones preparados para contener un muelle compuesto de rocas. Pero los temporales terminaban con demasiada frecuencia con una estructura corroída por la broma, el peor enemigo de la madera en contacto con agua de mar. La lucha del comercio valenciano por tener un buen puerto es tan antigua como la pugna de los marinos por alcanzar una protección segura de los malos vientos. Pero ha habido que esperar siglos para que 'el Grao', que debe su nombre al de las playas abiertas, se convirtiera en uno de los puertos más activos del Mediterráneo.

En el año 1603, Bartolomé Joly, un caballero francés acompañante del abad del Cister en sus viajes, pasó por la ciudad y quedó admirado por cuanto vio. Pero escribió en sus memorias: «Si tuviese un puerto, Valencia excedería a todas las demás de España en comercio». ¿Es que Valencia no tenía puerto? Pues no lo tenía; para el comercio, para la llegada y salida de viajeros, Valencia usaba un simple pantalán. Que solo pudo convertirse en un semicírculo de mampostería cuando la tecnología lo permitió, en el siglo XVIII. En realidad, aunque del mundo del vapor aportó locomotoras y grúas adecuadas en el ochocientos, Valencia no consiguió proyectar y construir un puerto en condiciones hasta bien entrado el siglo XX. Y todo ello, obviamente, en medio de un constante batallar para que los sucesivos gobiernos prestaran oído a la justa reclamación de inversiones.

Contrasta esta realidad de problemas físicos, tecnológicos y económicos con la historia de una ciudad, de comercio potente que tuvo un Llibre de Consolat de Mar y una Lonja en el siglo XV, su momento de esplendor. Pero, a pesar de ser excluida del comercio con América, Valencia sostuvo una actividad comercial marítima, intensa y variada, que tenía en la seda su motor principal. Pero la llegada por mar de personajes ilustres, Fernando de Aragón, en 1507, o en 1525 el rey Francisco I de Francia, prisionero en la batalla de Pavía, solo se hizo posible mediante la construcción de pantalanes provisionales

Los poblados marítimos fueron municipios independientes hasta 1897; sin embargo, las Atarazanas, como institución que atendía, aparejaba y construía buques, dependían de la ciudad desde la Edad Media. Pero solo el botánico Cavanilles pudo, finalmente, escribir: «Renacían frecuentemente las ideas de construir una obra digna de los valencianos; presentábanse proyectos, pero siempre sin fruto, hasta el año 1791 en que se determinó la obra, y se empezó a costa del Consulado, habiéndose clavado la primera estaca el día 26 de marzo de 1792, bajo la dirección del ingeniero hidráulico don Manuel Mirallas». Hasta casi el siglo XIX no se logró un muelle y un contramuelle razonables como abrigo artificial para las embarcaciones; durante más de 500 años, la muy rica historia comercial valenciana se tuvo que desarrollar con instalaciones muy precarias.

El periódico que miraba al mar

Cuando LAS PROVINCIAS nació, en 1866, todavía había en la terraza del Miguelete un juego de pelotas de cuero, un semáforo, que indicaba a los comerciantes la procedencia del buque que acaba de entrar en puerto. El segundo número del periódico empezó a publicar la relación de navíos entrados y salidos, con detalles de su procedencia, destino, carga y consignación. Así se hizo durante años como una información valiosa para el comercio y los estibadores. Porque no en balde el Grao de Valencia había empezado a ser conocido como 'el puerto de Madrid', la salida natural de Castilla al mar, en competencia con Alicante y Cartagena.

En 1852, el marqués de Campo instauró el ferrocarril. Y la primera línea es la que unió la ciudad con los muelles; pocos años después comenzó a funcionar esa comunicación con Madrid, por Albacete, a la que se unió la conexión con Barcelona y la frontera francesa. Las posibilidades comerciales crecieron: el puerto y el tren fueron las herramientas de crecimiento de la economía valenciana, que cambió paulatinamente desde el sector de la seda al de la naranja, en la segunda mitad del siglo XIX. Arroz, cebolla, pasas, frutas y cítricos serán las exportaciones primordiales de un puerto que cambió de escenario cuando la vela empezó a ser sustituida por la caldera de vapor en el transporte marítimo.

Temporales y víctimas llevaron al palenque de las reivindicaciones una sucesión de proyectos de crecimiento y seguridad. En 1883 ya es posible ver en nuestras páginas un serial de más de 40 capítulos donde detallábamos los proyectos que la Junta de Obras quería ver aprobados por parte del gobierno. Los planos que hicimos públicos una y otra vez testimonian el esfuerzo de los ingenieros tanto como la decidida vocación del periódico por no dejar de la mano una herramienta de desarrollo fundamental.

En la Exposición Regional de 1909, el puerto ocupó un espacio privilegiado. Un gran estanque reprodujo a escala, con agua de verdad y barquitos a escala, el puerto que los valencianos querían tener; el público se contagió de una ambición oficial promovida desde la Diputación. Fue en la primera década del siglo XX cuando la potencia evidente de las navieras valencianas, reunidas para dar servicio de correos a Baleares y Marruecos, reclamó una modernización a fondo: desde las canteras de El Puig se trazó una línea de ferrocarril, paralela a la costa, que, durante décadas, alimentó de rocas el necesario crecimiento del puerto. Fruto de ese proyecto fue la construcción de los tinglados y del Edificio del Reloj, la elegante estación marítima.

Más tarde llegaron los Astilleros, los talleres de reparación, la actividad industrial que es complementaria de todo puerto. El periódico publicaba cada día un pequeño plano con la posición de los buques en carga y descarga.

La exposición

Con motivo del 160 aniversario de LAS PROVINCIAS, la muestra recorre el cambio urbanístico de la ciudad donde nació y tiene su sede.

- Dónde. Centre del Carme Cultura Contemporània.

- Sala. Sala Dormitorio, en el piso 2.

- Fechas. Del 11 de diciembre a mediados de febrero.

- Horario. De martes a domingo, de 10 a 20 horas

- Acceso gratuito.

La ilustración

Para cada hito hemos seleccionado a un artista plástico.

Jordi Ferrándiz - Barcelona 1974

Los textos

Sobre cada hito reflexiona un escritor, periodista, arquitecto o profesor.

Vicent Esteban Chapapría - Catedrático de Puertos y Costas UPV

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