A por el Maratón Valencia que quedó pendiente por la dana
David, Marisol, Vicent, Manuel y Vicente son corredores de las zonas afectadas por la barrancada que en 2024 renunciaron a los 42k y que tomarán la salida del Puente de Monteolivete el próximo 7 de diciembre «con el doble de ganas»
Con las botas, las manos y el alma llenos de barro. Con la cabeza en las víctimas, los demás afectados y en esa maraña de papeleo. En un entorno marrón que no invitaba a salir a la calle, y mucho menos a correr, el Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich 2024 debía quedar pendiente.
Una semana después de la dana que arrasó parte de la provincia de Valencia, la organización de la carrera comunicaba a los participantes inscritos con códigos postales correspondientes a los municipios y localidades afectadas por la barrancada que iban a poder decidir con total libertad cómo hacer uso de su dorsal o del importe del mismo. Finalmente, de los cerca de 1.900 apuntados censados en las 75 localidades afectadas, unos 800 renunciaron a participar en la prueba, a los que se sumaron, además, un centenar más de bajas de profesionales a los que la dana había afectado de manera directa en su trabajo.
Marisol Gregorio, David Torralba, Vicent Moreno, Manuel Ruiz, Vicente Cano son algunos de ellos. LAS PROVINCIAS es testigo de sus historias:
Marisol Gregorio Colla de Córrer El Parotet
«Voy a correrlo por todo lo que hemos pasado»
Completó el Medio Maratón Valencia en 2024. El lunes tocaba descansar. Y el martes siguiente, como a todos, le cambió la vida. Y los planes. Marisol Gregori perdió parte de su vivienda aquel aciago 29 de octubre. Por suerte, ella recibió una llamada de su marido advirtiéndole de que no volviese a su casa, en la divisoria entre Massanassa y Alfafar, y se refugió en casa de su suegra en Castellar. Hasta allí también fueron él y sus hijas. «Al día siguiente quisimos ir a ver nuestra casa y lo que vimos fue desolador. Los días posteriores el paisaje no cambiaba y a partir de ahí no me planteé correr, pero algunos compañeros sí que siguieron entrenando y hablábamos del maratón. Finalmente, dos semanas antes de la carrera decidí que no iba a participar».
Pero no se olvidó del todo de la carrera: «Fuimos a la feria del corredor, y recuperé el dorsal que había devuelto. Porque dije: 'Va, por si acaso'. Viviendo el ambiente, quería hacerlo… pero no tenía fuerzas. Y sin entrenar, es una competición muy, muy exigente. Yo soy muy cuadriculada: pensé 'no voy a encontrarme bien, no voy a hacer ese esfuerzo'. Al final fuimos a verlo, pero no participé.» En realidad pasaron meses hasta que volvió a calzarse las zapatillas: «En abril volvimos a nuestra casa y la arreglamos, en verano pensé que tenía que volver así que en julio corría más o menos y a partir de agosto ya me estabilicé. Sigue siendo triste porque el recorrido, sobre todo para tiradas largas por nuestra zona es duro, hay socavones, obras… pero físicamente ya tenemos fuerza y a nivel anímico ayuda a volver a esa vida de antes». Aunque no es fácil: «Por ejemplo en el medio maratón de este año, que también llovió, me vino a la cabeza todo lo que pasó hacía un año, el lunes siguiente volvía a hacer ese viento como en 2024… es complicado. Pero voy a hacerlo por todo lo que ha pasado, por lo que hemos pasado, a quitarme esa espinita», concluye la corredora que prepara su tercer maratón.
David Torralba Escuela del corredor Paco Millán
«La ilusión del año pasado se fue a hacer puñetas con la dana»
A David Torralba sólo le hizo falta amanecer el día 30 de octubre y asomarse por la ventana para saber que no iba a correr el maratón de Valencia en diciembre. «Vivo a 800 metros del barranco en Catarroja, estoy en un quinto piso, pero sí que perdimos los vehículos, uno de ellos lo encontré a los días a tres calles de donde lo había dejado arriba de una montaña de coches de tres metros de altura. Las calles estaban impracticables y en lo último en lo que pensaba era el maratón», recuerda. Lo tuvo claro desde el principio pese a que algunas personas le animaban a correr: «Había gente que me decía que no podía abandonar, que debía seguir y continuar y yo consideraba que cómo iba a pensar en correr cuando había bomberos de Catalunya, de Aragón aquí... cómo iba a vestirme de corto y salir a entrenarme con gente que ha venido adrede a ayudar...».
Un mes después de la dana, cuando todavía no se había disputado el maratón de Valencia volvió a correr. «La organización se portó muy bien dándonos opciones. Este año la preparación ha sido muy chula, la he disfrutado mucho, con mucha ilusión, también con rabia por lo que pasó porque la ilusión del año pasado se fue a hacer puñetas tras la dana y este año hemos tenido una motivación extra». Este será su tercer maratón. «Espero que así sea porque en el 24 no lo pude hacer por la dana y en el 2023, cogí un virus ese mismo fin de semana», concluye.
Vicent Moreno Colla de Córrer El Parotet (Massanassa)
«Después de más de 40 maratones, he dado mi palabra de que este será mi último»
El barrio de Les Barraques de Catarroja fue uno de los que más sufrió las consecuencias de la barrancada. Allí vive Vicent Moreno. Desde verano y hasta aquel 29 de octubre preparaba con ilusión junto a sus compañeros de la Colla de Córrer El Parotet de Massanassa, del que es fundador y presidente. «Pero a partir de aquel día, cuando veías el desastre de las casas, de los vecinos y de nuestras calles, las de Catarroja y las del resto de poblaciones, con esa situación no había ni ánimos, ni condiciones para salir a entrenar. Moralmente, con voluntarios aquí, ?cómo íbamos a salir a correr nosotros? Los días siguientes me dediqué a parar de correr y a ayudar, eso sí que te ocupa todo el tiempo». A sus 68 años, nació justo el año de la riada, en el 57.
En sus piernas, más de 40 maratones. El primero, en 1986, el año en el que empezó a dar clase en el colegio Jaume I de su localidad natal: «Era algo muy solitario. Ya no sólo porque nos expulsaban de la ciudad para que pudiésemos correr, te inventabas tú el entrenamiento». Tiene anotadas las 2 horas y 51 minutos que tardó en completar los 42k en 1992. También fue práctico de las 3 horas 15: «Ahora ves a los prácticos con una señalización cómoda... nosotros llevábamos un palo de madera y poco más». Este 2025 será especial: «He dado mi palabra de que este será mi último maratón, es una carrera que durante 12 semanas te exige mucho a muchos niveles, también afecta a tus relaciones sociales. Espero cumplirlo, claro. Seguiré corriendo pero sólo para mantener la salud». Y continuará en la Colla de Córrer: «Nosotros no nos queremos denominar club porque somos eso, una colla de amigos, un punto de unión entre generaciones».
Manuel Ruiz C. A. Els Taulains
«Fui a verlo, pero lo que realmente pone la piel de gallina es correrlo»
Un par de semanas después de la dana decidió que no iba a correr. «No sufrí desgracias personales, sí que perdí el coche, la moto, el trastero. Tengo dos hermanos que viven en planta baja y después del trabajo me iba directamente a sus casas a limpiar», recuerda. Él vive en Benetússer y la vuelta a la carrera a pie no ha sido fácil. «Durante un mes prácticamente ni me entrené, el camino del colesterol que sigue en obras, estaba impracticable. Ahora nos vamos con los compañeros al viejo cauce del Turia o a Pinedo, El Saler», añade. Desde Alfafar-Sedaví, corren hacia Castellar, pasan por Horno Alcedo y llegan hasta la zona costera.
Manuel trabaja en Beniparrell, en una empresa de automoción, y aquel 7 de diciembre en el que no pudo calzarse las zapatillas para correr, decidió vivir el maratón de otra manera: «Fui a verlo por la rotonda de El Parotet, fue emocionante pero lo que pone la piel de gallina de verdad es correrlo. La salida, entre la canción de Nino Bravo y después, sentir cómo vibra el Puente de Monteolivete al sentir el paso de los corredores… me emociona sólo pensarlo». Ha corrido maratones de montaña, la MiM del Penyagolosa Trail en dos ocasiones, carreras de 100 kilómetros. El próximo año, en asfalto se ha inscrito para correr en Madrid. Pero él se queda con Valencia. «La cabeza en carreras así es muy importante. El maratón es velocidad y sufrimiento a partes iguales. Ese muro en el que el cuerpo se queda sin energía, tiras de corazón y de cabeza y hacerlo aquí es muy fácil. En el 38 te duelen los músculos y piensas que no vas a llegar, pero por Jacinto Benavente y la Porta del Mar, la gente empieza a decir tu nombre porque lo llevas en el dorsal y te da el subidón. Se te van los dolores y pensar en esa meta tan increíble hace el resto», concluye.
Vicente Cano Trisud Triatló
«Este año quiero hacerlo por el pasado y por este»
El 7 de diciembre Vicente Cano correrá por este año y por el anterior. Bueno, en realidad, en 2024 él estuvo en la línea de salida de un Maratón Valencia inolvidable. Lo hizo por su amigo Fernando quien preparaba con ilusión sus primeros 42km y a quien se comprometió a acompañar. «Empezamos con una preparación normal, pero a raíz de la dana todo cambió. Hubo un par de semanas en las que dudamos si hacerlo, si no hacerlo, si hacer hasta que pudiésemos… pero al final decidí acompañarlos y hacer así un homenaje a las personas afectadas por la dana», comenta. Para ello además se hicieron camisetas que lucieron con mucho orgullo y que ya forma parte de su memoria en un maratón para no olvidar nunca.
Ahora ya piensa en el próximo domingo en un año también con lesiones. «En agosto caí con la bici y me rompí los ligamentos de la clavícula, me operaron y tuve dudas sobre todo en septiembre pero al final en octubre y noviembre pude entrenarme bien y creo que estoy bastante preparado. Este año quiero hacerla por el pasado y por este», será el cuarto maratón de este vecino de Benetússer que ha completado el Ironman de Marbella y de Vitoria. También ha corrido los 21k de Barcelona.
Pero para él Valencia tiene un sabor especial. «No es porque sea de aquí, yo trabajo en Madrid y es impresionante lo que hecho de menos Valencia para vivir y para hacer deporte. El maratón es algo increíble, a ver en qué otro lugar puedes correr tan rápido, en diciembre con una temperatura perfecta. No es casualidad que se busque marca en Valencia. El circuito es rapidísimo y qué decir de la ciudad, es perfecta», concluye.
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