Rebeca Torró, otra valenciana en el peor momento
La designación de Torró como relevo del encarcelado Cerdán suena a solución de urgencia y va en la dirección opuesta a los intereses de Morant
Rebeca Torró será la nueva secretaria de Organización del PSOE. Pedro Sánchez vuelve a elegir a una valenciana, y ya es la cuarta vez que ocurre -tras Ciprià Ciscar, Leire Pajín y José Luis Ábalos-, que un dirigente del socialismo valenciano asume la máxima responsabilidad del aparato de la calle Ferraz. Torró, exconsellera de Política Territorial con el Botánico y actual secretaria de Estado de la misma área en el ministerio que dirige Jordi Hereu, sustituye así a Santos Cerdán, en la cárcel desde el pasado lunes después de que el Tribunal Supremo no se creyera toda esa argumentación de la persecución política por ser progresista y lo enviara a prisión por corrupción.
Torró es natural de Ontinyent (1981) y ese dato no es menor. Porque es su enorme distancia política con el alcalde de esa localidad, el exalcalde socialista Jorge Rodríguez, la que dinamitó toda posibilidad de que el socialismo valenciano retuviera en 2023 la presidencia de la Diputación de Valencia. Ximo Puig situó a Torró como portavoz de los socialistas en Les Corts tras su derrota en las urnas en 2023, y la reacción inmediata de Rodríguez fue romper todo posible acuerdo con el PSPV y pactar con el PP para que Vicent Mompó presidiera la corporación provincial. A nadie se le escapa que Puig no tenía más propósito que impedir que Carlos Fernández Bielsa llegara a la presidencia de la Diputación. Y Torró fue la herramienta para lograrlo.
La designación de Torró como nueva responsable de aparato del PSOE tiene toda la marca de Moncloa. De hecho, las fuentes del PSPV consultadas por este diario adivinan la mano de Paco Salazar, uno de los fontaneros de referencia del partido, punto determinante para que la valenciana ocupe ese puesto. Otra valenciana para asumir Organización, pero en el peor momento posible, con las encuestas anunciando a un PSOE en caída libre por la sombra de la corrupción.
¿Y Diana Morant? La designación de Torró, una vez más, va en la dirección opuesta a los intereses de la secretaria general del PSPV y ministra de Ciencia. Porque Torró no ha hecho otra cosa en los últimos meses que tratar de propiciar un acercamiento con Jorge Rodríguez, precisamente con a intención de propiciar que Ens Uneix, el partido del exdirigente socialista, dejara de apoyar a Mompó en la corporación provincial y permitiera a los socialistas recuperar la presidencia de la Diputación.
Torró se une al nombre de Pilar Bernabé como principal referencia del socialismo valenciano en la ejecutiva federal. Con la diferencia, no menor, de que la designación de Bernabé como secretaria de Igualdad y número 4 de la dirección federal se entendió como un reconocimiento a su labor política en los meses posteriores a la dana del 29 de octubre. Mientras que el nombramiento de Torró ha cogido con el pie cambiado a la federación socialista valenciana, que en ningún caso barajaba como una posibilidad real el nombre de la secretaria de Estado. Elegir a Torró, sin mayor carrera orgánica en el PSPV suena mucho a solución de urgencia en el peor momento posible para el PSOE.
El curriculum de Torró cuenta que es Licenciada en Derecho, que fue concejal de Rodríguez y persona de su máxima confianza hasta que el caso Alquería le separó definitivamente de él, y que fue directora general de Vivienda con el Botánico antes de llegar a ser nombrada consellera. Se le atribuye un papel clave en la llegada de PowerCo a la Comunitat, quizá su mayor éxito político. Y también en el contacto durante la pandemia con un empresario de origen chino que permitió la llegada de mascarillas a la Comunitat.
No se le conoce más labor orgánica que la de haber acabado de romper toda relación con Ens Uneix, y la de haber ejercido, durante el tiempo que ocupó la portavocía de los socialistas en les Corts, una labor de oposición férrea al Consell de Carlos Mazón, al que en una ocasión, y siendo ya president del Consell, tachó directamente de «ladrón» y «machista». Unos insultos que llevaron al jefe del Consell a querellarse.
De verbo fácil, pero sin trayectoria en funciones de responsable del aparato, Sánchez vuelve a elegir en el PSPV para marcar distancias con la etapa más negra de su mandato como secretario general. Eso sí, aparentemente sin pensar en los intereses del PSPV.
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