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EL DIARIO DE MISTER COOKING

Sepia, negronis, Alicia y otras cosas de Bar X

La barra del Mercado Colón de Ricard Camarena ya es un clásico imprescindible en Valencia que esconde sus secretos

Mister Cooking

Valencia

Viernes, 26 de septiembre 2025, 01:03

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Nos vamos de visita a uno de esos locales que, en tiempo récord, se han convertido en un clásico en la ciudad. Porque Bar X (que muchos llamamos Barx, porque lo hacemos pensando con la localidad natal del padre de la criatura) ha logrado, de muchas maneras, conquistar muchos corazones con las armas más diversas. Primero, los fieles de las barras y de la cocina auténtica y siempre golosa. Vaya, eso que conocemos como cocina de mercado, pero pasada por el tamiz de un cocinero (y su equipo) de autor. Segundo, porque la ubicación en el Mercado Colón lo ha convertido, al tiempo, en una propuesta de alto interés gastronómico para muchos visitantes de la ciudad. En especial, extranjeros. Porque allí tienen una carta que les habla de la cocina mediterránea que tanto engancha y producto de calidad a un precio sostenible. Y tercero, porque el propio concepto desenfadado, con una carta fácil, versátil y para todos los públicos, permite que en sus mesas o en su barra se puedan sentar clientes de todas las edades y con los gustos culinarios más diversos. O sea, que ese espacio, que fue el LAB de Camarena para sus creaciones en un inicio y más tarde la casa de las cokas locas, acabó dando en el clavo para convertirse en un bar que no lo es, o quizá sí, que desde su apertura ha arrollado. Hasta lograr mantener el tipo con una regularidad envidiable, que muchos quisieran.

Berenjena, cazón, sepia, quisquilla... Las cosas de Bar X LP
Imagen principal - Berenjena, cazón, sepia, quisquilla... Las cosas de Bar X
Imagen secundaria 1 - Berenjena, cazón, sepia, quisquilla... Las cosas de Bar X
Imagen secundaria 2 - Berenjena, cazón, sepia, quisquilla... Las cosas de Bar X

Hay valores en su propuesta que convierte Bar X en una bombonera gastronómica a la que siempre quieres acudir. Porque siempre estás feliz en su mesa. Uno, es la carta. Dos, el espacio. Tres, el equipo. Y cuarto, dentro de ese equipo, Alicia. Alicia López.

La carta cuenta con propuestas asentadas –alguna llegando a ser hasta imprescindible- y otras atadas a lo que ofrece el mercado del día. En ambos casos, tiene entre sus virtudes la variedad, siempre desde el punto de partida de que es muy golosa. Hay ejemplos concretos que hablan de ello. Porque dentro del tapeo clásico no falta la (también) mítica ensaladilla de Ricard. Porque el cocinero de Barx tiene a sus espaldas todo un compendio de platos, propuestas, tendencias y actitudes que lo dibujan como persona y profesional. Y en esa amalgama, está la ensaladilla. Que siempre la ha tratado igual en la base, aunque haya jugueteado con ella de forma incesante. Aunque, si dentro de esa gama de platos frescos tengo que destacar uno, el que es absolutamente irresistible es la sepia. La sepia con mahonesa y kimchi (13 euritos) que es tan facilona, golosa, grata a la hora de comer… que podrías llegar al local, pedirte tres cervezas (o dos aguas con gas, que es lo mío) y platos de sepia uno tras otro. Porque mira que es difícil cansarte de ella.

La sepia, la corvina, la ensaladilla... son algunos de sus imprescindibles, pero siempre hay un as en la manga que, por mucho que vayas, te sorprende

Ha logrado, junto a ellas -sepia y ensaladilla-, asentar muchos platos como imprescindibles dentro de su propuesta. La corvina en adobo, por ejemplo, entraría entre ello. Quizá su tortilla de patatas (también muy a su manera) o las croquetas de jamón. Luego, según días, pues las almejas están top; la quisquilla de Santa Pola suele ser magna; una ostra nunca sobra… Y bueno, si hay suerte y estamos en tiempo de escabeche de bonito, pues toca que suenen campanadas de Resurrección.

Luego están esos platos redondos que podrían servir tanto para Bar X como para su Habitual. Y que, refinados y con el toque sublime del lugar, podrían inspirar (si no es al revés) platos del gastronómico. Sin ir más lejos, en mi última visita probé una berenjena (blanca) frita que estaba impresionante. Carnosa, dulce, densa, casi confitada… Siempre hay un plato de temporada en la carta que es como el as en la manga de Bar X. Eso sí, echo a faltar en mis últimas visitas la merluza rebozada que un buen día probé. Maravillosa. Y que me cuesta tanto encontrar en esta ciudad. En Alkazar, quizá. No sé… Yo amo la merluza de Josean Alija en Nerua. Pero este es otro cuento...

Mención aparte merecen sus bebidas preparadas. Hay un político reputado, que no voy a desvelar quien es, que mantiene que en Bar X hacen el mejor negroni de la ciudad. Lo dice él. Pero insisto, es político (políticamente correcto). Y yo poco puedo aportar, porque no lo he probado. Sí que he degustado su Blody Mary. Aunque, por ir por la vía sin alcohol, he probado en varias ocasiones y es espectacular su zumo de tomate preparado. Que en si es como zamparte un plato líquido. Y que es una absoluta maravilla… «El zumo de tomate de Ricard», te dice Alicia cuando lo pides.

Su merluza, su escabeche y Alicia López. LP
Imagen principal - Su merluza, su escabeche y Alicia López.
Imagen secundaria 1 - Su merluza, su escabeche y Alicia López.
Imagen secundaria 2 - Su merluza, su escabeche y Alicia López.

Todo eso envuelto en un local que, estando ubicado en un bajo, sin luz natural y poco espacio, ha logrado tener personalidad propia y hacer encajar a los clientes con la dinámica de trabajo del propio restaurante. Al final, un sitio desenfadado, libre, que logra ser acogedor. Y que cuenta, como mejor aliado, a todo el equipo de camareros y cocina que hacen grandes todo el resto de elementos. Porque si algo tiene valor en Bar X, pero sobre todo en el Universo Camarena al completo -con Mari Carmen Bañuls al frente, por supuesto- es el potencial humano que hay detrás de todo el entramado empresarial que se ha creado bajo el paraguas (o la marca) de Ricard.

Si algo tiene valor en todo el Universo Camarena, es el equipo humano sobre el que asienta sus bases, comenzando por Mari Carmen Bañuls

Y entre ellos, pieza clave, ya citada, es Alicia López. De la que hemos hablado en otras ocasiones. Pero que es alguien que consigue que todos los que acuden, encuentren un trato especial. Hacer feliz al cliente que es su máxima. Esa por la que lucha, de verdad, cada día en este Bar X bendito. Ese lugar en el que a uno le gusta retirarse sencillamente a disfrutar. Disfrutar, quizá desconectar. Comerse una sepia, dar sorbos a una tomatera hecha zumo, descubrir que una berenjena es mucho más de lo que jamás pudiste sospechar, recordar que el Mediterráneo tiene tesoros que son caricias en tu paladar… Gozar, en definitiva.

Bar X es un clásico, casi cuatro años después de que abriera aquel 22 de noviembre. Y lo es, no (sólo) porque Ricard Camarena esté detrás, si no porque los que arropan al cocinero (que ya está en otra pantalla), hacen que allí todo tenga regusto a pequeño paraíso. A canción de Serrat.

«Son aquellas pequeñas cosas / Que nos dejó un tiempo de rosas / En un rincón, en un papel / O en un cajón…»

Esto es el Diario de Mister Cooking. Seguimos recorriendo mesas. Disfrutándolas. Quizá, un día, nos encontramos en una de ellas…

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