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Crónica negra

Medio kilo de cocaína, un cráneo «reventado» y un cadáver en un pinar de Valladolid

Juan Manuel mató a Avelino, su camello, para robarle la droga por una deuda relacionada con el narcotráfico y fue condenado a quince años de cárcel

Sábado, 29 de noviembre 2025, 00:06

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Seis de la tarde del 4 de enero de 2013. Avelino y Juan Manuel habían quedado en la Plaza Mayor de Valladolid para llevar a cabo una «importante transacción de cocaína» en la que el primero era el presunto vendedor y el segundo le iba a comprar la mercancía. Avelino se subió en el coche de Juan Manuel, que estaba estacionado en el parking de dicha plaza y ambos se dirigieron a un lugar indeterminado.

Pero la negociación se debió torcer y Avelino no volvió nunca a su casa de Barrio España. Sus familiares interpusieron la correspondiente denuncia en comisaría por su desaparición.

Doce días después, el 16 de enero, un guarda forestal, que patrullaba un pinar cercano a la localidad vallisoletana de Aldeamayor de San Martín, se encontró con el cadáver de Avelino. El cuerpo estaba oculto entre unos matorrales a escasos metros de un camino que conducía a unos gallineros abandonados, a cinco kilómetros del citado municipio, en la carretera VA-200 hacia Tudela de Duero.

Traslado del cadáver de la víctima en un camino de un pinar de Aldeamayor de San Martín el 16 de enero de 2013. R. Otazo

El cadáver llevaba allí varios días y las condiciones climatológicas, lluvia y temperaturas bajo cero, habían borrado cualquier pista física viable como huellas o rodadas para poder identificar al autor o al vehículo con el que se accedió a ese pinar. Iba camino de ser un crimen perfecto, pero las grabaciones de las cámaras de seguridad ubicaron a ambos en la Plaza Mayor aquel 4 de enero y la triangulación de ambos teléfonos móviles también les situaban juntos durante el recorrido desde Valladolid hasta las cercanías de Aldeamayor. Juan Manuel se convertía en el único y principal sospechoso.

El 9 de mayo, la Guardia Civil halló sangre de la víctima en el maletero de un coche propiedad de Juan Manuel, que estaba aparcado en la puerta de su domicilio de la urbanización Aldeamayor Golf. Pero el dueño alegó que ese vehículo se lo había dejado en numerosas ocasiones a Avelino para vendérselo a cambio de una comisión. El 18 de mayo, cuatro meses después de la aparición del cadáver, fue detenido e ingresó en prisión provisional, pero lo negó todo.

La Guardia Civil halló sangre de la víctima en el maletero de un coche propiedad de Juan Manuel, que estaba aparcado en la puerta de su domicilio

Según el auto del juez, Juan Manuel Estévez Pocero, de 38 años, asestó a Avelino Cembranos Pardo, de 44 y conocido como 'Chacu', «seis cuchilladas con un objeto inciso punzante en el hemitórax superior izquierdo, dos de ellas le perforaron el pulmón y el corazón, y numerosos golpes en la cabeza con un objeto contundente, uno de ellos de tal brutalidad que le reventó la bóveda craneal y le provocó la muerte casi en el acto».

Foto del fallecido colgada en Internet por los familiares a raíz de su desaparición.

La víctima carecía de antecedentes, aunque, según fuentes policiales, coqueteaba con el mundo de los estupefacientes. Cembranos había vuelto semanas antes de Navidad a Barrio España, de donde se había marchado con su novia a la localidad tinerfeña de Arona. Allí, estaba inscrito como autónomo y titular de un comercio de venta al por menor de ropa. «Algo debió pasar, porque tuvo que huir de Tenerife y vino a refugiarse aquí hace dos meses», señalaron fuentes cercanas a la familia.

Dificultades para datar y ubicar la muerte

Nada se pudo saber sobre el lugar exacto y la fecha del crimen. Los forenses, apoyados en el análisis del humor vítreo del ojo de la víctima, dataron la muerte como mínimo seis días antes de que el cadáver se hallara por casualidad en un pinar de Aldeamayor. Sin embargo, la autopsia no descartó que se produjera el mismo 4 de enero, ya que la fría climatología, con temperaturas de entre -2 y 11 grados, mantuvo el cuerpo semicongelado y contribuyó a una mejor conservación.

La acusación pública solicitaba quince años de prisión por un delito de homicidio y una indemnización de 170.000 euros. Por otra parte, la acusación particular pedía dieciocho años entre rejas por asesinato y 100.000 euros por responsabilidad civil.

En el juicio, celebrado en junio de 2015, Juan Manuel aseguró que había dejado con vida a Avelino en la puerta de un bar cercano tras comprarle tres gramos de cocaína por 210 euros. Admitió que le conoció en 2011 a raíz de una consulta sobre aislamientos y que desde entonces era su «camello habitual» de coca, sustancia de la que Juan Manuel se declaró consumidor ocasional. «He podido cometer errores a lo largo de mi vida, pero de ahí a que haya sido el autor de los hechos va un mundo», sostuvo.

Juan Manuel Estévez Pocero, en el juicio en la Audiencia de Valladolid el 18 de junio de 2015. R. Otazo

Juan Manuel explicó que la víctima acudía cada dos o tres meses a Valladolid y era cuando aprovechaba para abastecerse de mercancía, cuyas transacciones solían cerrar en Aldeamayor Golf, aunque en aquella ocasión fue en el parking de la Plaza Mayor de Valladolid.

«Múltiples contradicciones y distintas versiones»

Algunos familiares de Avelino conocían a Juan Manuel y siempre sospecharon de él por «sus múltiples contradicciones y distintas versiones». «Primero dijo que fue a darle un presupuesto porque era albañil, luego que le debía 7.000 euros y, al final, aseguró que iba a comprarle medio kilo de cocaína», recordaron sus allegados, que pusieron a los agentes sobre la pista de Estévez desde que denunciaron su desaparición. Juan Manuel habría actuado para arrebatarle ese medio kilo de cocaína, con un valor de 30.000 euros, y así paliar la delicada situación económica y personal que atravesaba, ya que se hallaba en pleno proceso de separación.

Juan Manuel habría actuado para arrebatarle medio kilo de cocaína, con un valor de 30.000 euros, y así paliar la delicada situación económica y personal que atravesaba

Más pruebas. Las llamadas telefónicas registradas en su móvil situaban a Avelino, sobre las 20:30 horas del 4 de enero, cerca de la zona donde su cadáver fue hallado. Las acusaciones sostuvieron que la muerte se produjo esa misma tarde puesto que en el móvil, localizado entre las ropas de la víctima, se registraron numerosas llamadas después de las 22 horas de ese día y hasta que se quedó sin batería. «Si no las respondió es porque ya estaba muerto», aseveró la fiscal. Aunque era su camello habitual, no volvió a llamar a Avelino a partir del 4 de enero «porque ya sabía que estaba muerto», concluyó.

El jurado popular, con siete votos a favor y dos en contra, entendió que Juan Manuel era el autor de la muerte de Avelino y apreciaba la agravante de alevosía enmarcando el crimen en un delito de asesinato, ya que la víctima no tuvo la posibilidad de defenderse. Sin concretar dónde se produjo el crimen, consideró probado que Estévez cargó el cadáver en el maletero de su coche y que se desplazó hasta el pinar para abandonar el cuerpo. Sin embargo, en concepto de responsabilidad civil, no acreditó que entre la víctima y su novia existiera una relación análoga a la conyugal.

La Audiencia de Valladolid, de acuerdo con el veredicto del tribunal popular, condenó a Juan Manuel Estévez a 17 años de cárcel por un delito asesinato al apreciar la agravante de alevosía que, tras un recurso de la defensa, fue retirada de la sentencia por el TSJCyL. De este modo, rebajaba el delito a un homicidio y dejaba la pena en quince años de prisión, confirmada por el Supremo. El TSJ sí incluyó el pago de una indemnización de 75.000 euros a la hermana de Avelino.

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