El artista que pinta la memoria de comercios y oficios desaparecidos
Los murales de Miguel Tinoco han retratado antiguos ultramarinos, grupos de arrieros y mujeres ante la máquina de coser I El creador explica que le interesan «la memoria del territorio, la cultura local y los recuerdos de la infancia«
La sociedad cambia. Con los cambios aparecen y desaparecen muchas cosas. Entre las que se van: los comercios tradicionales y muchos oficios. Y hay artistas que recogen aquello que la transformación se lleva por delante, como esas pequeñas tiendas que han escrito la historia de pueblos y ciudades. Miguel Tinoco es uno de esos creadores que ha fijado la mirada en esa realidad.
En Picassent dejó una bonita muestra de arte urbano que, además de llevar escrito el mensaje del deseo de «acercar el arte al público», también encierra esa cuestión que inquieta a la sociedad y que es ver cómo «el comercio se ha ido perdiendo».
Sobre la pared de la casa donde hubo un ultramarinos, Tinoco -como firma los murales-, pintó con un realismo admirable la imagen de la tendera de un antiguo ultramarinos o colmado como también se les llamaba a esas tiendas en las que vendían de todo, como bien refleja la pintura de Picassent. Miguel explica que el mural que realizó en 2024 responde a una «realidad social, de la vida cotidiana» que pintó en el marco del festival Cromàpica.
Cuenta también el artista que mientras trabajaba en la obra, los vecinos le comentaban que «cuando estaba la tienda, la calle olía a café porque allí había molinillo». Miguel quiso atrapar esas vivencias, las emociones y hasta los aromas que aspiraron varias generaciones de vecinos de un pueblo, pero que pueden ser los de otra localidad porque de lo que se trata es de recoger «la memoria cultural».
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No es el primer mural ni el único con el que este artista urbano ha transmitido su inquietud creativa en torno a la desaparición de oficios porque, como él mismo expone, «forman parte de la identidad de un pueblo». Miguel Tinoco, de origen extremeño, pero afincado en Valencia desde que vino a estudiar Bellas Artes, también ha sembrado su obra en su propia tierra donde ha dejado murales que rinden homenaje a oficios como los arrieros, que ya no existen. También a las costureras o a las mujeres que con la máquina de coser hicieron maravillas.
Dice también Miguel Tinoco que tiene entre manos algún proyecto de estas características, aunque no quiere desvelar nada más. No abandona esa línea creativa «en la que llevo mucho tiempo trabajando», pero afirma que «ahora estoy repensando mi obra». También está interesado en otras cuestiones como artista interdisciplinar que es.
Cada proyecto que emprende lo desarrolla en función de las características propias de la propuesta. Adapta los medios y las técnicas, siempre con la pintura como eje central. Pero hay una constante: «Mis intereses giran en torno a la memoria del territorio, la cultura local y los recuerdos de la infancia, temas que trato a través del imaginario tradicional y de la experiencia personal como punto de partida para reflexionar sobre la identidad». En estos momentos expone su obra en el Centro del Carmen dentro de la colectiva 'PAM! PAM!» con una obra que mira a los pinos porque la naturaleza también forma parte de su universo.
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