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Desde su fundación, NIXVAL ha evolucionado desde un operador regional hasta convertirse en un actor estratégico en el ecosistema de infraestructura digital crítica e interconexión
En un mundo cada vez más interconectado, donde la información se ha convertido en la columna vertebral de la economía global, la infraestructura digital es el sistema nervioso que sostiene el progreso. En ese entramado invisible de cables, centros de datos e interconexiones, NIXVAL se ha consolidado como una de las compañías españolas más sólidas y visionarias del sector. Su propósito es claro: construir una conectividad eficiente, resiliente y sostenible que impulse la competitividad de Europa en la era digital.
Desde su fundación, NIXVAL ha evolucionado desde un operador regional hasta convertirse en un actor estratégico en el ecosistema de infraestructura digital crítica e interconexión. Con presencia en los principales actores de conectividad, tanto nacionales como internacionales, la compañía se ha posicionado como un punto de referencia para operadores, empresas tecnológicas y organismos públicos que buscan confiabilidad, eficiencia y neutralidad.
En NIXVAL entendemos que la infraestructura digital no es solo un conjunto de servidores y cables: es una herramienta de igualdad y progreso. Cuando una empresa, un hospital o una universidad acceden a datos en tiempo real sin interrupciones, hay detrás una red invisible que trabaja con precisión milimétrica para hacerlo posible. Esa red es lo que construimos, operamos y optimizamos cada día.
Como afirma nuestro CEO, José Luis Gómez-Pardo, “la conectividad bien diseñada democratiza oportunidades. La infraestructura digital no solo impulsa negocios: transforma vidas”. Bajo su liderazgo, NIXVAL ha consolidado un modelo de crecimiento sostenible que combina excelencia técnica, propósito corporativo y responsabilidad ambiental.
Esta visión se traduce en una cultura basada en la integridad, la innovación y la eficiencia operativa, donde cada proyecto se concibe con una mirada a largo plazo. En un sector donde la inmediatez tecnológica puede ser tentadora, NIXVAL apuesta por construir con propósito y anticipación, no por inercia.
La sostenibilidad ha pasado de ser una exigencia regulatoria a convertirse en el eje del liderazgo responsable. En el caso de NIXVAL, no es una tendencia, sino una convicción. La compañía ha incorporado principios de eficiencia energética, optimización del cooling y reducción de la huella de carbono en todas sus infraestructuras, entendiendo que la rentabilidad futura solo será posible si se construye sobre bases sostenibles.
Los data centers de NIXVAL se diseñan con un enfoque modular y escalable que permite maximizar el rendimiento por kilovatio y reducir el impacto ambiental sin comprometer la resiliencia. En un contexto de creciente demanda de capacidad computacional —impulsada por la inteligencia artificial y el edgecomputing—, este equilibrio entre potencia y eficiencia se convierte en un factor de competitividad.
“Nuestro compromiso con la eficiencia energética no es solo técnico, sino moral. Cada megavatio ahorrado es una contribución tangible a un futuro más responsable”, destaca Gómez-Pardo. Esta visión posiciona a NIXVAL como un socio estratégico para gobiernos, inversores e instituciones que buscan infraestructuras alineadas con los objetivos de sostenibilidad europeos y con la transición hacia una economía digital verde.
La resiliencia no se improvisa: se diseña. Cada data center de NIXVAL se construye bajo principios de redundancia, disponibilidad y baja latencia, asegurando continuidad incluso ante contingencias críticas. Esta arquitectura operativa ha permitido a la compañía mantener niveles de uptime impecables, garantizando el funcionamiento ininterrumpido de servicios esenciales.
En un momento en el que la digitalización total exige confiabilidad absoluta, la resiliencia se convierte en la forma más avanzada de compromiso con el cliente. Por eso, más allá de las métricas técnicas, NIXVAL entiende la resiliencia como una promesa de estabilidad, continuidad y confianza.
El debate sobre la soberanía digital europea ha cobrado especial relevancia en los últimos años. En un escenario global dominado por grandes operadores internacionales, NIXVAL representa una alternativa europea sólida y cercana, capaz de ofrecer independencia tecnológica y cumplimiento regulatorio dentro del marco de la Unión Europea.
Este enfoque no solo refuerza la seguridad de los datos, sino que fortalece la autonomía económica y estratégica del continente. Desde España, NIXVAL participa activamente en la construcción de una red de interconectividad que reduce la dependencia externa y consolida a la península ibérica como un hub digital clave entre Europa, África y América Latina.
Para José Luis Gómez-Pardo, “la soberanía digital no se decreta: se construye, ladrillo a ladrillo, bit a bit. Europa necesita operadores con visión local y ambición global”. Esta frase resume el espíritu de NIXVAL: combinar raíz europea con mentalidad global, integrando innovación, cumplimiento normativo y competitividad tecnológica.
El futuro de la infraestructura digital será más distribuido, más eficiente y más humano. NIXVAL está preparada para liderar esa transición. Su apuesta por el edgecomputing, la eficiencia energética y la interconexión neutral anticipa el modelo de los próximos años: redes más próximas al usuario, sostenibles y capaces de responder a la explosión de datos generada por la inteligencia artificial.
Pero, más allá de la tecnología, el liderazgo de NIXVAL se mide en su capacidad para anticipar, construir y conectar con propósito. Cada decisión técnica, cada inversión y cada innovación parten de una idea simple pero poderosa: hacer del mundo un lugar mejor conectado.
Porque la infraestructura digital no solo sostiene la economía: sostiene la vida moderna. Y en NIXVAL, esa responsabilidad se asume con la misma serenidad con la que se lidera el futuro: con visión, integridad y propósito.
