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El responsable de ABG Intellectual Property en la Comunitat Valenciana anuncia que en febrero la firma celebrará en Valencia su primer seminario IP Perspectives, una cita de referencia para el ecosistema innovador


La Comunitat Valenciana vive un momento de consolidación en materia de innovación. El dinamismo de su tejido industrial, el papel activo de las universidades y el impulso de los institutos tecnológicos han contribuido a que la región se sitúe como uno de los focos emergentes en protección de la propiedad industrial. En este contexto, hace un año y medio ABG Intellectual Property abrió su oficina en Valencia —la cuarta que la firma ha abierto en España— liderada por Jorge Ibor Millán.
En esta entrevista, Ibor comparte su visión sobre el panorama actual de la innovación en la Comunitat Valenciana, los sectores más activos y los riesgos que implica una protección deficiente de las invenciones.
-¿Qué diagnóstico haces de la actividad en materia de patentes en la Comunitat Valenciana?
-La Comunitat Valenciana está en un momento muy interesante. En 2024 se presentaron 176 solicitudes de patente europea desde la región, lo que supone un crecimiento del 11,4 respecto al año anterior, según datos de la Oficina Europea de Patentes (EPO). Esto refleja que el ecosistema valenciano está apostando cada vez más por proteger su innovación. Para mí, como valenciano que pasó por la propia Oficina Europea de Patentes y conozco bien cómo funciona el sistema desde dentro, es especialmente gratificante ver ese compromiso creciente con la propiedad industrial.
-Las solicitudes de patente se publican a los 18 meses desde la fecha de prioridad, ¿qué sabemos de las que se han hecho públicas recientemente?
-En los últimos cuatro años se ha publicado un millar de solicitudes con al menos un titular de la región, lo que confirma una actividad sostenida. Ciertamente, el liderazgo sigue en manos de las universidades, pero también hay muchísimas empresas que han presentado una o dos solicitudes. Esa “masa silenciosa” avanza poco a poco y será clave para transformar la innovación en valor real.
-¿Qué sectores técnicos están liderando la actividad innovadora según la información que proporcionan las patentes?
-Nuestro análisis nos muestra que las ciencias médicas y biosanitarias son el primer bloque, con una presencia muy significativa en las solicitudes de patentes europeas publicadas. Le siguen campos relacionados con la metrología y los ensayos, así como tecnologías vinculadas al transporte, el embalaje y la manipulación de materiales. También encontramos actividad relevante en química orgánica, bioquímica y en sectores como la agricultura, la alimentación y la energía eléctrica. Desde mi punto de vista esta diversidad refleja el tejido empresarial heterogéneo de la Comunitat Valenciana y muestra que la innovación no está concentrada en un único nicho, lo que considero que es una fortaleza.
-Hablas de fortaleza, pero entiendo que también habréis detectado puntos de mejora.
-Sin duda un aspecto primordial de mejora es la calidad de las solicitudes de patente. Y cuando hablo de calidad, no me refiero a la novedad o aplicabilidad técnica de las invenciones, sino a la calidad en la redacción de las solicitudes de patente.
-¿Qué implica una redacción deficiente de una patente en un contexto empresarial?
-Una patente mal redactada retrasa la concesión e incrementa los costes porque es muy probable que durante la tramitación haya que defender la solicitud ante acciones oficiales emitidas por la Oficina de patentes correspondiente, algo que con frecuencia obliga a limitar el ámbito de protección. Esto, a su vez, debilita la posición estratégica de la empresa e influye directamente en su valoración: los inversores revisan las patentes en detalle, y una mala redacción puede incluso dinamitar una operación de M&A.

-Hablas de patentes, pero las invenciones se pueden también proteger mediante modelos de utilidad. ¿Cuál es tu análisis de esa otra figura en la Comunitat Valenciana?
-En 2023 y 2024 se han solicitado cerca de 400 modelos de utilidad en la región, una cifra muy elevada si la comparamos con otras comunidades autónomas. Esto indica que muchas empresas están optando por esta vía, probablemente por su tramitación más ágil y menos costosa. Sin embargo, hay que tener cuidado: no todo lo que se presenta como modelo de utilidad aporta valor real. En ocasiones, se convierten en lo que yo llamo “modelos de inutilidad”, porque, siendo honestos, en muchos casos esa protección sirve de bastante poco. La forma importa tanto como el fondo, y eso es algo que desde ABG IP tratamos de transmitir en cada asesoramiento.
-¿Cómo ha evolucionado ABG IP en la Comunitat Valenciana desde la apertura de la oficina?
-Estar presentes en Valencia nos permite conocer mejor el entorno, entender las dinámicas locales y acompañar de forma más cercana a las organizaciones innovadoras. En este año y medio hemos consolidado la base de clientes que ya teníamos, hemos retomado colaboraciones con otros y hemos atraído nuevas empresas. También hemos ampliado el equipo con la incorporación de Thomas Sanders, ingeniero especializado, lo que refuerza nuestra capacidad técnica. Todo esto ha sido posible gracias a la apuesta decidida de la dirección, encabezada por Juan Arias y Almudena Fernández, que han estado muy cerca del proyecto desde el inicio.
-¿Qué iniciativas estáis impulsando desde Valencia para apoyar a las empresas innovadoras?
-El próximo 19 de febrero celebraremos la primera edición de IP Perspectives Comunitat Valenciana, un seminario dirigido a empresas, universidades y centros tecnológicos que quieran profundizar en estrategias de protección de la innovación. Estos encuentros que organizamos en ABG IP buscan divulgar, formar y conectar y tienen muy buena acogida en otras ciudades. Estamos seguros de que la jornada se convertirá también en un punto de encuentro para el ecosistema innovador valenciano, y de que servirá para reforzar la cultura de protección desde una perspectiva práctica y estratégica. Las inscripciones ya están abiertas en nuestra web.
