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Traslado de una persona enferma a bordo de una ambulancia para ser atendida en un centro sanitario. Damián Torres
Coronavirus en Valencia | Sanitarios valencianos al límite

Sanitarios valencianos al límite

Médicos, enfermeros, celadores... El colectivo está «desbordado» y pide refuerzos: «Del aplauso hemos pasado a las terrazas llenas y sin mascarilla»

M. GARCÍA / D. GUINDO

Viernes, 15 de enero 2021, 14:12

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Insisten en pedir prudencia, afirman que su vocación está por encima de los pensamientos que tengan al ver determinadas imprudencias, se confiesan «al límite» de su resistencia psicológica y se apoyan entre ellos para superar los malos momentos.

«Es imposible desconectar entre un turno y otro»

Teresa Sanjuán | Enfermera en el Doctor Peset

Han traspasado «el límite de sus fuerzas emocionales de un modo aberrante». Esta situación «de no poder atender a los pacientes en las condiciones que se merecen» provoca que sea «imposible» desconectar entre el fin de un turno y el inicio del siguiente». Se trata de una situación «que emocionalmente destroza» con «una mayor carga de trabajo» con el problema de ver cómo «muchas bajas no se están cubriendo. Si tuviera que ingresar a un familiar mío aquí, tendría muchas dudas», confiesa.

«Los aplausos han dado paso a las imprudencias»

Enrique Ballester | Médico de urgencias en el Hospital de la Ribera

Le preocupa el colapso del sistema por el incremento de pacientes Covid, «lo que genera un estrés profesional ante la idea de que no puedes atender en condiciones adecuadas de espacio y tiempo a estos pacientes, con el riesgo, en ocasiones vital, que esto supone». Otro tema «exasperante» es comprobar «cómo los aplausos vespertinos han cambiado por terrazas y plazas llenas sin mascarillas ni distancia de seguridad, exponiéndose a contagiarse y contagiar con total naturalidad y creyendo que la vacuna será la solución para todo». Y como paciente que actualmente es, «me preocupan las demoras en intervenciones, consultas y pruebas diagnósticas, pero entiendo que la prioridad ahora es dedicar todos los recursos sanitarios a combatir la pandemia, sin olvidar a enfermos oncológicos o de gravedad aguda extrema».

«El deporte me sirve para quitarme el estrés»

Salvador Camarasa | Celador en el Hospital de la Ribera

«Si a la gente le quitan la noche se pasa al tardeo, y si también se lo quitan, pues queda a almorzar». Salvador Camarasa usa palabras como «rabia» e «impotencia» a la hora de definir lo que siente cuando ve las imprudencias de la ciudadanía. «A la gente no le entra en la cabeza que es una situación grave», explica, a la vez que detalla que ahora aún se están pagando, con los casos más agudos, el puente del 8 de diciembre, por lo que marca en rojo febrero para observar las más graves consecuencias de las Navidad. «En cada turno recibimos entre 20 y 30 casos», señala. La situación les ha obligado a tratar a todos los pacientes «como si tuvieran Covid». Explica que psicológicamente es una labor complicada que él, en su caso particular, combate con deporte: «Me gusta salir a correr o jugar al fútbol para desestresar».

«Disfruto con mi familia pero voy con mucho cuidado»

Vicente Plaza | Técnico en emergencias sanitarias

Con 29 años de experiencia a sus espaldas, no duda en calificar la situación actual como «la peor vivida» en su trayectoria profesional. Su modo de desconectar de los momentos de tensión que vive «cuando recibo gritos de algún familiar» de un enfermo es disfrutar con su familia, «pero voy con mucho cuidado y miedo para no contagiarlos si yo cogiera el virus».

«Que esto sirva para hacer una reestructuración»

Jesús Ballester | Enfermero en Urgencias en el Hospital de la Ribera

Con 26 años y algo más de uno en el centro sanitario alcireño, se ha curtido a la carrera y forzado por las circunstancias. Los problemas que ha tenido el centro «con pacientes por los pasillos y sin poderlos atender como querríamos» los combate con deporte: «Necesito mis momentos de salir a correr o ir a entrenar al gimnasio». Es comprensivo con los pacientes que llegan con el virus «porque entiendo que la gente, en general, es prudente, y se puede contagiar teniendo cuidado». Pide que al menos esta pandemia sirva «para que los responsables se den cuenta de que hace una falta una reestructuración de las instalaciones porque muchas veces la gente no cabe ni tiene intimidad».

«Cuando llego a casa me encierro en una habitación»

Carolina Ligorit | Médico del Samu y de Urgencias en el hospital de Llíria

Durante la jornada laboral los profesionales sanitarios «nos apoyamos entre nosotros». Cuando llega a casa después de un turno «casi no veo a mis hijos porque no quiero arriesgarme. Me encierro en una habitación y allí estoy sola». Correr, «sola, por supuesto», o ir al gimnasio son dos de las medidas que lleva a cabo para reducir el inevitable estrés en «la peor situación vivida con diferencia».

«Hay mucho incrédulo y esto acaba de empezar»

Esther Parras | Celadora en el Doctor Peset

Actualmente está autoconfinada después de que su pareja diera positivo «y yo negativo», lamentó la existencia de «mucho incrédulo» y advirtió de que «esto acaba de empezar. Se nos está yendo de las manos», relata. Un baño o una película son dos de las opciones que tiene a la hora de olvidarse de lo que está viviendo. Nunca echa en falta el apoyo de sus compañeros: «El teléfono tira fuego», algo que afirma agradecer en momentos tan complicados como los actuales en los que los profesionales sanitarios se apoyan entre sí para superar las dificultades de su trabajo en unos meses históricos.

«Me sorprende la memoria tan corta de algunos»

Natxo Belenguer | Enfermero

«La vocación es la que frena determinados impulsos al ver las imprudencias de la gente», señala este enfermero que trabaja en el Doctor Peset. La gestión del estrés la ha realizado «a través del ensayo y error» con un papel importante para las conversaciones entre los profesionales, «el dejarnos hablar es una especie de sicoanálisis». Lamenta la «memoria tan corta» de «personas que no han podido despedirse de sus seres queridos y cometen imprudencias». En su caso el cine y la música, especialmente la clásica, le han servido en momentos de complicación. También acusó a los medios de comunicación de haber sido «demasiado laxos» al haber faltado una visión más real de la tragedia con la muerte como protagonista: «Se ve como si fuera poca cosa».

«No hablo en casa de lo que pasa en el trabajo»

Vanesa Doménech | Enfermera en Ontinyent

«El hospital y lo que representa se queda en el hospital cuando salgo de él. No suelo hablar del trabajo cuando llego a casa». Vanesa Doménech, además de enfermera, es concejala en el Ayuntamiento de Bocairent y reconoce que su experiencia laboral «de 20 años» le permite desconectar totalmente cuando finaliza un turno y poder afrontar el siguiente con la energía que necesita, en un momento de tanto trabajo, con el estrés de todos los profesionales a flor de piel.

«No podemos bajar los brazos. Hay que seguir»

Vicente Domingo | Jefe del servicio de Anestesia del hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva

«El estado de ánimo es bueno, pero de muy alta preocupación. En el hospital tenemos prácticamente cuatro plantas de pacientes Covid», señala Vicente Domingo, quien subraya el cansancio acumulado por el personal. «Varios servicios no han tenido vacaciones de Navidad» y parte del personal que disfrutada de sus días libres tuvo que regresar al centro sanitario. Recuerda también que parte de estos profesionales han pasado a UCI «para reforzar las guardias, porque los intensivistas no daban más de sí, tenían muchas guardias y estaban agotados». La carga emocional que arrastran estos especialistas es muy importante. «Cuando pase esto habrá repercusiones psicológicas muy importantes en todos los profesionales que han estado implicados en la atención de estos pacientes», augura. El anestesista también subraya la implicación de todo el personal sanitario y avisa: «No podemos bajar los brazos, hay que seguir».

Cientos de profesionales protestan por quedarse sin paga

Texto: Dani Guindo

Cientos de sanitarios de la red pública valenciana han presentado ya una reclamación a la Conselleria de Sanidad después de que el departamento los haya dejado fuera total o parcialmente de la prometida gratificación. «Hay trabajadores que cumplen los criterios y no han recibido ninguna gratificación, se ha dejado fuera a muchos profesionales como las matronas (que hacían las PCR antes del parto), y dentro del mismo servicio unas categorías profesionales han cobrado y otras no. O personal que ha estado en estos servicios y no se le incluyó en los listados. Problemas que ya sabíamos que iban a pasar», resume Rosa Atiénzar, secretaria general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO-PV, formación que asesora a los sanitarios que o bien han quedado fuera de la paga o los importes satisfechos no son los correctos.

En esta línea, el sindicato CSIF también asesora a los afectados y está llevando a cabo una recogida de firmas, promovida desde la sección sindical en el departamento de salud de Manises, para que tanto el colectivo de profesionales de este departamento como el personal técnico de emergencias sanitarias perciba la paga adicional por el sobreesfuerzo contra la pandemia. El sindicato explica que, en este caso, se trataría de unas 2.400 profesionales de la sanidad valenciana que no la han recibido a pesar de la labor desarrollada. De hecho, la Generalitat dejó fuera de la gratificación a todos los profesionales de los departamentos concertados, al no depender directamente de la Conselleria de Sanidad.

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