La falta de proyecto en Cultura lastra el talento valenciano
Dejadez en el IVAM, gestión errática del IVC y caída de presupuesto marcan la legislatura en la que sólo Les Arts y el Bellas Artes sobresalen
Si para analizar la situación de la gestión pública –de la Administración– de la cultura se toma el símil de una travesía en barco, bien puede decirse que se viven momentos de zozobra. El buque no muestra la estabilidad más deseada. Y si a ello se añade la falta de un plan de navegación bien definido y con determinación para ejecutarlo, la conclusión es fácil: la gestión de Cultura carece de un proyecto que permita la expansión creativa del talento cultural valenciano, un talento que existe y que es generador de riqueza, además -y sobre todo– de que los valencianos tienen derecho a disfrutar de una oferta cultural de calado profundo. Hay mucho en juego y no sólo dinero público, que ya es bastante.
El conseller de Cultura, José Antonio Rovira, no ha trazado con claridad una política cultural que permita conocer qué se quiere o mejor, cómo se quiere responder a una demanda esencial para la sociedad: vida cultural. Hay ejemplos de gran elocuencia que ilustran la variable. Basta contemplar la trayectoria del IVAM, un museo que ha dejado de ser referente. La dejadez se apoderó del museo. Se tardó mucho en designar una dirección que permita retomar el rumbo de un espacio que se ha visto con salas cerradas y al que desde la conselleria se le ha reducido el presupuesto. No resulta suficiente ofrecer un programa continuado, el IVAM tiene que abanderar, poner ante el público el mejor arte y el más atrayente, generar opinión en torno a la creatividad, ser parte de la vida social. Y no lo consigue. Ha perdido público y lo tiene que recuperar. Ahora acaba de inaugurar etapa con nueva directora de la que se espera un resurgimiento para la casa.
La ausencia de una hoja de ruta conduce también al Instituto Valenciano de Cultura (IVC), que dirige Álvaro López-Jamar. Teatro y audiovisual no viven los mejores momentos. Las voces se han alzado en distintas ocasiones. Los profesionales de estos sectores, generadores de empleo y riqueza para la Comunitat, reclaman ayuda constantemente. Sus celebraciones han llevado a los escenarios las reivindicaciones de actores, actrices, directores, productores... El conseller anunció cambios para el IVC, organismo con el mayor presupuesto de Cultura, para que la industria cultural cuente con los recursos necesarios. Pero no convence a los representantes de esos sectores, que no dejan de alzar la voz. El malestar, además, se ha visto agravado en el contexto de la dana. Los distintos sectores resultaron en gran medida afectados y la respuesta de Cultura tardó en llegar. La acción de Rovira despertó por reacción a críticas muy duras.
Diseñar un proyecto que dé buenos frutos, que genere cultura y también riqueza, depende de la determinación del timonel, pero claro, también de una financiación que sea capaz de dar respuesta a la demanda de una Comunitat con mucho talento con el que hay que aliarse. Pero lo cierto es que el presupuesto de la Conselleria de Cultura tampoco ofrece las mejores garantías para una travesía de crucero, la que reclama y merece la Comunitat. El presupuesto de la Generalitat para Cultura llegó en 2025 con cifras en caída. Referentes como el IVAM han sufrido un descenso del 18%; el IVC, del 11,69%. También ha descendido, un 2,48 %, el Consorcio de Museos. El Museo de Bellas Artes y el Palau de les Arts, los únicos que dan lustre a la legislatura, han mantenido el presupuesto. Así las cosas, la conselleria está llamada a trazar el rumbo para acabar con las zozobras de la travesía.
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