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Miércoles, 21 de noviembre 2018, 00:29
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No habrá fichajes (ni en singular ni en plural) en enero. De momento. El Valencia se mantiene bastante firme en esa postura y con esa tendencia llegará Anil Murthy a la próxima junta de accionistas de dentro de dos semanas. En esa cita, el presidente tiene el reto de convencer a los accionistas de que Meriton va por el camino correcto, por un lado en la política deportiva (pese a la arriesgada apuesta en cuanto a inversión en jugadores) y, por otro, en la social, que incluye saber conjugar la celebración de un centenario -que no acaba de convencer todavía- con la esperpéntica situación del nuevo Mestalla.
Con cuatro partidos por delante hasta la Asamblea (ante el Rayo, Real Madrid, Ebro y Juve), Marcelino le puede hacer un favor directo a Murthy si consigue que su equipo remonte el vuelo en Liga, dé la campanada en Turín y se deshaga sin ningún tipo de problema del rival de Segunda B en Copa del Rey. Si las aguas bajan calmadas deportivamente, es más que probable que Murthy se encuentre con un panorama popular algo más favorable que el que tenía el año pasado.
Ayer, en una conversación distendida de los periodistas con el presidente, éste evitaba pronunciarse en un sentido o en otro sobre las posibilidades de hacer otro comunicado como el que hizo el año pasado y que tanta polvareda levantó entre los aficionados. Por intentar defender la gestión de Peter Lim, Murthy abrió una herida en la afición.
Ahora, siempre que Marcelino y Mateo Alemany han hablado de la postura del máximo accionista ha sido para elogiar su apoyo a mantener el nivel de la plantilla. Hay que tener en cuenta que según las cuentas que el Valencia va a presentar a sus accionistas, para el ejercicio 2018-19 el gasto de personal previsto se estira hasta los 107,3 millones de euros, una cifra impensable hace unos años y que viene sostenida por los nuevos ingresos de televisión y por el reparto que se hace entre los equipos de Champions.
En la 2013-14, el Valencia tuvo un punto de inflexión. Se había ido paulatinamente reduciendo la inversión en fichajes desde que hace diez años (2008-09) se llegaran a alcanzar los casi 75 millones en gastos de personal, de los cuales 72,4 millones correspondían a la partida destinada a sueldos y salarios de la plantilla deportiva.
La crisis azotó de tal manera a la entidad que costó cuatro años en quitarse de encima un perfil de jugador caro para las posibilidades reales a las que podía hacer frente el Valencia, más aún cuando se cerró el grifo y dejaron de entrar los obreros en la obra del nuevo estadio. Lim aterrizó en el Valencia con un gasto de personal en torno a los 60 millones y va camino de esos 107 presupuestados.
Como recogía LAS PROVINCIAS el pasado lunes, hay una corriente de valencianistas que temen que esta apuesta no tenga por parte del dueño del club la misma proporción en un asunto de tanta importancia para la entidad y la ciudad como el nuevo campo.
Meriton, poco a poco, ha ido eliminando del Valencia a diferentes personas que formaban parte de su organigrama administrativo. Murthy continuó con la política de despidos que ya se aplicó con Layhoon al frente, aunque recientemente el presidente se ha rodeado de nuevo personal de su máxima confianza. A 30 de junio, el Valencia cuenta con 394 empleados, 198 de los cuales no corresponden al área deportiva. La cifra es inferior a la del año pasado (428) y al anterior (440), pero es un crecimiento importante respecto a los 217 que se contabilizaron en 2012.
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