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Un siglo de cañoneros

El artillero de la gran 'delantera eléctrica' lideró la primera época triunfal del club, y el argentino se coronó como el mejor punta del mundo Sólo cuatro futbolistas del Valencia lograron alzarse con el galardón de máximo goleador de la Liga. Mundo y Kempes fueron dos veces 'Pichichi', mientras que Waldo y Ricardo Alós lo consiguieron una

JOSÉ MOLINS

Lunes, 21 de enero 2019, 00:02

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valencia. El fútbol es un deporte colectivo, de equipo, pero los goles siempre llevan nombre propio. Mestalla ha disfrutado de grandes goleadores, aunque sólo cuatro futbolistas del Valencia han logrado proclamarse pichichis de una Liga en cien años de historia. Se trata de Edmundo Suárez 'Mundo', Ricardo Alós, Waldo Machado y Mario Alberto Kempes, que conquistaron los seis únicos trofeos de máximo realizador con el club. Un logro que ya se resiste demasiado tiempo, porque la última ocasión que un valencianista se hizo con el título hace ya más de cuarenta años.

Si hay un nombre ligado al gol en la historia del Valencia, ese es sin duda Mundo. El máximo artillero del club. Un auténtico cañonero que era la punta de lanza de la legendaria 'delantera eléctrica' que conformaba en la década de los 40 junto a Epi, Amadeo, Asensi y Gorostiza. Una correlación que cualquier aficionado se sabe de carrerilla.

Mundo fichó por el club recién acabada la Guerra Civil, cuando había que rearmar equipos para retomar tres años después la Liga, aunque muchos estadios habían quedado en ruinas por la contienda. De inmediato se convirtió en la referencia goleadora y tras marcar 14 tantos en su primera temporada y 21 en la segunda, conquistó el Pichichi en la tercera. Fue la campaña 1941-42, y sus goles resultaron claves para que el Valencia ganase su primera Liga. El delantero de Barakaldo tenía 25 años y firmó 27 dianas en 25 partidos, con las que superó por cuatro a César Rodríguez, del Granada y que ese verano se iría al Barcelona, donde hizo historia durante 13 temporadas.

Aquel Valencia que entrenaba Ramón Encinas fue campeón con 85 goles, pero 81 de ellos los marcaron los cinco miembros de la 'delantera eléctrica', ya que Gorostiza hizo 20, Asensi 15, Epi 11 y Amadeo 8. Un auténtico vendaval para las porterías contrarias y una delicia para los espectadores de Mestalla. Mundo dejó registros inalcanzables aquella temporada. Marcó dos pókers de goles, con los cuatro que le hizo a la Real Sociedad y también al Celta, dos hat-tricks al Oviedo y al Sevilla y dobletes ante el Real Madrid, Granada, Barcelona y Castellón. Una máquina imparable.

Pero el vizcaíno se superó a sí mismo dos años después, en la campaña 43-44, en la que logró 28 goles en 26 partidos, de nuevo fundamentales para la segunda Liga que luce en las vitrinas de Mestalla. Fue la su mejor campaña y mejoró en dos dianas a Echevarría, del Oviedo. En esta ocasión escalonó más los goles, marcó en 20 encuentros diferentes de las 26 jornadas que componían la Liga, con un triplete al Celta, otro al Athletic y dobletes ante Sevilla, Granada, Español y Sabadell. El dato es que en las últimas 7 jornadas anotó 13 tantos para disparar al Valencia hacia el título.

Hubo que esperar 14 años para que Mestalla viera otro Pichichi de su equipo. Y lo consiguió el único valenciano que ha levantado ese trofeo, el delantero de Moncada Ricardo Alós. Criado en el filial, hizo historia en su cesión al Sporting de Gijón con 45 goles en Segunda división, récord que se mantiene vigente, lo que le valió el regreso al Valencia en la campaña 1957-58. Logró 19 tantos, una cifra discreta, pero le valieron para ganar el trofeo, compartido con el mítico Di Stéfano y el exvalencianista Badenes. Lamentablemente el valenciano, tío del actual jugador del Villarreal Vicente Iborra, agotó su puntería ese año y en las dos temporadas siguientes apenas jugó, por lo que acabó abandonando el club por la puerta de atrás pese a su éxito, que se ha recordado poco a lo largo de la historia.

El siguiente delantero que dejó su huella en la Liga fue Waldo. El brasileño, que había llegado en 1961, era la estrella de aquel Valencia y la referencia goleadora del equipo. Fue el gran dominador del área en la temporada 66-67 con 24 goles. Curiosamente, el entrenador valencianista era Mundo, por lo que el de Barakaldo también contribuyó desde el banquillo a otro hito realizador.

La superioridad de Waldo fue abrumadora, y en las tres primeras jornadas de Liga ya llevaba cuatro tantos. Aunque donde dio el salto decisivo para convertirse en el mejor goleador del campeonato fue en cuatro jornadas consecutivas en Mestalla entre octubre y noviembre de 1966, en las que dejó para la historia la cifra de diez goles, difícilmente igualable. Anotó tres contra el Sabadell, dos más ante el Pontevedra, otro hat-trick en la visita del Granada y dos tantos contra el Sevilla. Un póker de actuaciones brillantes con las que se colocó destacado en la cabeza de la tabla de pichichis y ya no la abandonó.

Mestalla fue su gran vivero de goles esa temporada. Sólo marcó tres tantos fuera, mientras que los otros 21 fueron en casa, un desequilibrio brutal pero que le convirtieron en ídolo para la afición valencianista, porque cada vez que pisaba el césped era sinónimo de gol.

Aunque su dominio en el área no se quedó únicamente en Liga. Waldo firmó una temporada sobresaliente también en la Copa de Ferias, donde marcó cuatro en tres partidos, y en especial en la Copa, donde brilló con ocho dianas en cinco encuentros, entre ellos los dos que eliminaron al Madrid y los otros dos ante el Elche que dieron el pase a la final, y que condujeron a conquistar el título en el Bernabéu contra el Athletic en 1967, aunque ese día el brasileño se quedó sin marcar. Tras esa inolvidable campaña, y ya con 33 años, su rendimiento empezó a bajar y nunca volvió a resultar tan decisivo hasta su marcha en 1970.

El último pichichi que disfrutó el Valencia sigue siendo una de las grandes leyendas para cualquier aficionado. Mario Alberto Kempes. Ídolo para varias generaciones, conquistó el trofeo en dos ocasiones, y sus manos levantadas y la melena al viento mientras gritaba un gol son parte de la memoria visual de la historia del club. La llegada de Kempes a la Liga fue una de las más arrolladoras de cualquier jugador en todas las ediciones de la competición. En sus dos primeras temporadas se proclamó máximo goleador y se mostró imparable. Con 22 años fue la primera vez, en la campaña 76-77. En su debut liguero marcó un doblete al Celta y maravilló a Mestalla. Repitió 15 días después con otros dos tantos al Español. Athletic, Atlético, Racing, Sevilla y de nuevo los colchoneros vieron cómo les perforaba sus redes dos veces por encuentro. Superó a Clares y Marañón y se alzó con el trofeo con 24 tantos, de los 53 que hizo el Valencia.

Pero su gran temporada fue la siguiente, la que le coronó como el mejor delantero del planeta al acabar ganando el Mundial. 28 goles, entre los que destacaron dos días legendarios en los que marcó cuatro tantos en cada duelo, ante el Hércules y el Rayo, en una actuación descomunal del argentino. Ese impresionante final de temporada, con el póker a los madrileños (lo logró en sólo 20 minutos) y un triplete al Betis (también en 17 minutos) en la penúltima jornada le permitieron conseguir su segundo Pichichi.

La temporada siguiente bajó sus cifras en la Liga pero marcó los dos de la final de Copa que dieron el título ante el Real Madrid en 1979, mientras que en la 79-80 luchó hasta la última jornada con Quini y Santillana por el Pichichi, que se acabó llevando el del Sporting con sólo dos dianas más que Kempes. Tras su marcha al River Plate y posterior regreso a Mestalla, su eficacia goleadora ya no fue la misma.

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