Borrar
Lotería Cuatro jugadores ganan 50.630 euros con el sorteo de la Primitiva de este jueves
Damián Suárez recibe la entrada de Coquelin durante el partido de ayer. OSE JORDAN / AFP)
Marcelino y Bordalás sólo se miran de reojo

Marcelino y Bordalás sólo se miran de reojo

Los jugadores olvidan sobre el césped los mamporros de la Copa y en el palco los presidentes actúan con corrección | El público abuchea a Damián, insulta al portero azulón y también al Getafe, mientras que algunos espectadores se encaran con Ángel Torres

J. CARLOS VALLDECABRES

VALENCIA.

Lunes, 18 de marzo 2019, 00:39

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Marcelino García Toral y Pepe Bordalás dejaron escapar ayer la oportunidad de dar un buen ejemplo a aquellos que necesitan cualquier excusa sin chispa para encender la traca. Entre los jugadores, tensión pero también corrección. En el palco, buenas palabras. Pero lo de ponerse de perfil -y mirarse de reojo- los entrenadores es una cuestión que para algunos hace un flaco favor al fútbol. Que Marcelino no le iba a dar la mano a Bordalás era algo cantado. Ni se habían saludado antes ni se saludarán se supone cada vez que se vean en un futuro. Tres minutos estuvo el técnico madrileño sobre el terreno de juego antes de que el árbitro señalase el comienzo. Ya lo había avisado el preparador valencianista. Le saludaría si salía del túnel con tiempo. Pues bien, fue asomar Marcelino por el banquillo y Sánchez Martínez dar inicio. En el cruce de Copa, Marcelino hasta salió con el juego ya comenzado. Son cosas que se guardan ambos y que algún día provocará alguna mascletà. Al menos esta vez la tensión no fue a mayores.

Al final del partido, por ejemplo, Ángel Torres -a quien aficionados de tribuna le habían recriminado lo suyo en la segunda parte- charlaba de manera distendida con Murthy; mientras sobre el césped jugadores de uno y otro equipo se daban la mano. Sólo el arisco gesto de Ismael Fernández, preparador físico valencianista, con un miembro del cuerpo técnico madrileño significó el borrón. Se produjo en la misma boca del túnel de vestuarios y ya transcurridos un par de minutos desde que concluyera el juego.

Hasta ese momento, el público le atizó lo suyo a Damián. Desde que su nombre se escuchó en megafonía y cada vez que tocaba el balón, cometía una de las tropecientas faltas -se fue sin tarjeta- o argumentaba una rampa en los instantes finales del juego. Cánticos los hubo y muy obscenos: desde los insultos a David Soria -se encaró con la grada- hasta los dirigidos al club visitante, pasando por el 'burro' al árbitro, que quizás haya tomado nota el informador de la LFP.

El preparador físico valencianista evitó de manera airada el saludo con un técnico madrileño Marcelino se enfadó bastante con el árbitro y hasta tuvo que recibir la advertencia de éste

A Mestalla le incomodaba todo. Desde las faltas visitantes hasta los caminos en los que se metía el equipo y que no conducían a nada. Marcelino, dicho sea de paso, se llevó más de una vez las manos a la cabeza por el árbitro, cuando pasaba por alto, por ejemplo, una acción de falta de Cabrera que hubiera podido significar la segunda amarilla.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios