La mala planificación del Valencia aprieta a Carlos Corberán
El Sevilla desnuda las carencias de un equipo que debe reforzarse en enero para no sufrir de nuevo en la lucha por el descenso. Los de Mestalla han sumado 8 de los últimos 30 puntos en Liga y es evidente que Copete, Santamaria y Beltrán han bajado el nivel de Mosquera, Barrenechea y Sadiq
Cuando el Valencia anunció el fichaje de Ron Gourlay como nuevo CEO de fútbol del club, lo que más impactó en aquella fotografía en Singapur ... junto al presidente Kiat Lim era la ausencia de Corona, entonces director deportivo, y la presencia de Carlos Corberán. El entrenador y una persona a la que el escocés conocía de su periplo en la Premier y que, además, no dudó en señalar como una de las tres razones que le hicieron aceptar el trabajo en Mestalla. El peso de Corberán en el actual proyecto de Meriton va más allá de ser el actual entrenador. Algo que, por otra parte, está por ver si juega a favor o en contra del de Cheste si el equipo no logra enderezar el rumbo en la Liga. El rendimiento del Valencia en los últimos diez partidos ligueros, se podría ampliar la horquilla al dato de pasar en el 120 una eliminatoria de Copa contra un Primera Federación, está rayando la mediocridad con la excepción de tramos de partido contra el Betis, el Levante y el Rayo. En otro contexto, y desde luego en otro Valencia antes de Meriton, el debate sobre la destitución del entrenador ya estaría abierto, en el mejor de los casos, o finiquitado.
Lo que queda claro, viendo el pobre rendimiento del equipo plasmado en el horrible partido contra el Sevilla en Mestalla, es que más allá de que Corberán no esté exprimiendo el cien por cien de la capacidad de la plantilla (algo que entra en el terreno de lo subjetivo) el equipo necesita refuerzos en enero si no quiere, otra vez, volver a luchar por la permanencia como único objetivo. Es decir, Corberán es prisionero de una mala planificación de plantilla de la que es uno de los responsables. No el único, obvio, pero ha tenido voz. El voto ya sabemos que se decide en Singapur. Centrando el foco en el famoso 'pasillo de seguridad' al que aludía el añorado Luis Aragonés, la plantilla se ha empeorado. El único que mantiene una comparación honrosa de rendimiento es Julen Agirrezabala con respecto a Mamardashvili. Teniendo en cuenta, eso sí, que el georgiano es un jugador de mucho más valor. Los recambios de Copete por Mosquera, Santamaria por Enzo Barrenechea y Lucas Beltrán por Sadiq han bajado, de forma sideral, el nivel de la plantilla. Con un efecto colateral, que es que la falta de competitividad ha acomodado a jugadores como Javi Guerra o Pepelu, que han bajado su rendimiento de forma notable, pero que siguen contando con muchos minutos ya que hay muy poco mordiente en el banquillo.
Los números del Valencia son alarmantes. En los últimos 10 partidos de Liga, el equipo de Corberán sólo ha sumado 8 de los 30 puntos en juego. Un 37%. Lo más peligroso, tras un buen inicio de la etapa con el de Cheste en el banquillo cuando llegó a finales de 2024, es que estirando la horquilla a los últimos 18 partidos –casi una vuelta entera– se han sumado 16 puntos de los 54 posibles. Un porcentaje aún peor, que baja al 29%. Son números de candidato al descenso. Ni siquiera les salva la fortaleza de Mestalla, con el equipo décimo sumando sólo los puntos en casa.
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