Los jugadores del Valencia son recibidos al grito de «mercenarios»

El regreso del Valencia desde Valladolid estuvo cargado de tensión. Tan palpable fue desde que terminó el partido, a través de las redes sociales, que la Policía Nacional montó un gran dispositivo de seguridad tanto en la terminal de vuelos privados de Manises, donde aterrizó el equipo, como en la Ciudad Deportiva. A la llegada al aeropuerto, a las dos menos veinte de la madrugada del sábado, la expedición fue recibida por un pequeño grupo de aficionados que se mostraron muy molestos. Cánticos como «jugadores mercenarios» y «directiva dimisión» fueron los más repetidos. Nadie, ni jugadores, ni cuerpo técnico ni directiva salió a hablar con los valencianistas, ocultándose tras un cordón policial. El autobús dirigió a los jugadores del Valencia a la Ciudad Deportiva, donde ya cada uno cogió su vehículo particular para marcharse a casa.

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Antes de todo ello, les estaban esperando algo más de un centenar de valencianistas. El despliegue policial, con siete vehículos, les perimetró en la primera zona de aparcamiento, para tenerlos más acotados. «Esa camiseta no la merecéis» o «perros», entre otros muchos insultos a título personal, fueron escuchados en esos tensos momentos de la llegada del autobús. El único momento de tensión llegó cuando los coches de los futbolistas, y de los trabajadores de la entidad, tuvieron una pequeña retención en el camino que enlaza la Ciudad Deportiva con la carretera del polígono puesto que en ese cruce también se encontraban varias decenas de aficionados increpándoles.