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Jesús Oliva: «Le debo algo a Layhoon por todo lo que aportó al Femenino»

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El técnico asume el reto de mantener a las blanquinegras en la élite: «Estoy convencido de que este equipo nos va a dar muchas alegrías»

TONI CALERO

VALENCIA.

Lunes, 25 de septiembre 2017, 00:31

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El niño que saltaba la valla en Mestalla para ver a Mario Alberto Kempes está cumpliendo un sueño: el de defender desde la primera línea el escudo que siempre le ha representado, por el que ha hecho un buen puñado de locuras. Jesús Oliva (Valencia, 1970) empezó con el fútbol femenino en las canchas de su barrio, la Fonteta, y ahora asume, sin miedo, el reto de mantener al Valencia en la élite nacional. En su antecesor y el propio club encontró dos apoyos vitales.

-¿Cómo se inicia el nuevo proyecto? Es decir, ¿cuándo le comunica Cristian Toro que no sigue y usted asume el banquillo?

-Cristian y yo llevamos juntos desde la época de Beniferri (dónde entrenaba el equipo antes de irse a la ciudad deportiva de Paterna). La relación, desde siempre, es espectacular. Me pidió que fuera su segundo y acepté. Fue un gustazo y aprendí mucho. Él fue uno de los que avaló que yo fuera el entrenador y se lo voy a agradecer toda mi vida.

-¿Se esperaba que él mismo fuera uno de los que le propusieran para dirigir al primer equipo?

-No me lo esperaba. Él cree en los ciclos y pensaba que el suyo aquí se acababa. Quizás ya no tenía esa llama viva, esa pasión con la que habla y le pone a este deporte. Un día me dijo: 'Jesús, éste va a ser mi año'. Yo era de los que pensaba que si se iba era porque tenía algo firme, pero no le importaba si tenía ofertas o no. Ese es Cristian Toro. Decidió que era su fin. No me dijo que había pensado en mí, pero sí que la cosa avanzaba y entonces el club me llama. Y ya me dijo: 'Jesús, tienes opciones de entrenar aunque no estás tú solo'.

-Y dijo que sí...

-Sí. Lo que tenía claro, porque lo hablaba con mi mujer y la familia, es que yo no quería ser el entrenador por el motivo de que a Cristian le destituyeran. Cuando me llega esta opción, una alegría enorme y la ilusión de mi vida por poder entrenar al primer equipo del Valencia.

-Usted es valenciano y valencianista desde siempre.

-Para el día de Reyes, pedía la camiseta de la senyera de Kempes. Me colaba en Mestalla para poder entrar. Vengo de una familia pobre, muy humilde y somos nueve hermanos. Mi padre enfermó a los cuarenta y algo y fue pensionista, y yo a los catorce me puse a trabajar y me he puesto a estudiar ahora al final. Nadie me ha regalado nada.

-Una situación difícil...

-Claro, todos tuvimos que aportar. A los catorce años trabajé en una empresa de madera para llevar dinero a casa y poder comer. No me arrepiento de nada, en su día no pude estudiar y me casé y no tuve ni viaje de novios. Me lo apunto (ríe) porque en julio del año que viene hago 25 años de casado.

-¿Una infancia tan dura le ha ayudado hasta llegar aquí?

-Así es. Decidí estudiar para ser entrenador y muchas veces lo digo: hay gente joven que tiene estudios y yo digo que tengo un máster de la vida. Si he tenido que espigolar patatas, lo he hecho... No me arrepiento. A la gente que realmente se lo curra la respeto muchísimo. Todo eso me ha servido para estar hoy aquí.

-¿Qué recuerdos tiene de esos primeras vivencias en Mestalla?

-La época de Kempes y antes con Carrete, Castellanos... Iba al campo y le decía a la gente: '¿puedes decir que soy tu hijo'? Entonces si eras hijo entrabas con un pase y te podías sentar encima del hombre de turno. Llegó la época que ya no dejaban pasar y saltaba la valla. Por el Valencia hacía lo que hiciera falta.

-¿Y cuándo le da por entrenar?

-Empezamos en el fútbol femenino por pura casualidad... Estábamos en una asociación del barrio que era una banda de música y había unas chicas que querían jugar. Jugaban cuatro o cinco incluida mi mujer y en dos meses teníamos veintitantas de todas las edades. Tuvimos que montar uno de fútbol once y hablamos con la Fonteta Unión Deportiva. De ahí a jugar en Segunda Regional. Me gustó. Ya estaba en el Aldaia entrenando a chicos y seguí.

-¿El estilo de juego que va a proponer es continuista?

-Con Cristian había una progresión y no había fin, cada año iba hacia adelante. Sería del género tonto llegar y cambiar algo porque entra Jesús Oliva. Somos diferentes, pero en cuanto a línea de juego yo quiero una continuidad. Han venido muchas jugadoras, pero la idea es la misma y vamos por ese camino.

-No sólo hubo cambio en el banquillo, también en el vestuario.

-En cuanto a las jugadoras que se van, son ellas las que deciden irse. Tienes que traer futbolistas de un perfil parecido y que tuvieran finalización y gol, lo difícil del fútbol. Claudia Zornoza, por ejemplo, decide no renovar y nos enteramos de que se iba a la Real Sociedad cuando la presentaron. Sus motivos tendría. Hablé con ella. Sobre Yanara, o Banini, lo mismo... Fuimos a por jugadoras del mismo perfil, y se incorporan Lombi, Sandra Hernández, Noelia Bermúdez, Jennifer... Lo mejor fue que cuando les llamaba para informarles de nuestro interés, no se lo pensaron ni un momento.

-¿El equipo es mejor o peor?

-Estoy muy contento con el equipo. Mejor o peor no le puedo decir hasta ver cómo acabamos a final de temporada, pero veo un equipo muy comprometido y profesional. Como bloque, estoy convencido de que el equipo nos va a dar alegrías. ¿Mejorar lo del año pasado? Muy complicado, pero uno acepta ser entrenador y tenemos ambición.

-¿Al equipo le puede llegar a presionar igualar o superar la tercera plaza liguera del curso pasado?

-A las jugadoras no les digo nada de eso. Soy ambicioso y no me voy a conformar. La gente está ahora comparando continuamente con lo del año pasado, pero son las primeras jornadas y no tengo la plantilla completa por las lesiones... En estos primeros partidos han tocado equipos duros, pero me da igual el rival porque vamos a competir contra todos. La dinámica es buena y acabamos de empezar. Esta Liga va a ser más competitiva que la anterior porque se han reforzado todos muy bien.

-La decidida apuesta del Valencia por el Femenino, ¿se mantiene?

-El club apuesta por el Femenino. Año tras año avanzamos para bien y se da un paso más de calidad. Tengo a disposición todos los departamentos del club: analistas, médico propio, 'coaching', el psicólogo del primer equipo masculino...

-¿Les preocupó la salida de Layhoon por todo el apoyo que les dio?

-Yo la tengo en un pedestal y ojalá pueda ofrecerle algo a Layhoon porque se lo merece, por todo lo que aportó al Femenino. Y también lo que hizo por el masculino aunque no se viera reflejado. Por lo que ella apostó por el Femenino, yo le debo algo. Trabajaba muchísimo y estaba en muchos partidos. Ahora sabes que no está y entró Anil -Murthy-, que está pendiente y quiere saber del Femenino. Está Luis Vicente Mateo, un tío muy currante. Salgo muchos días a las once de la noche de Paterna y está por aquí aún... Quizás su trabajo no se vea, o el de Alesanco -hoy negocia el finiquito con el club- pero ahora se refleja todo. El año pasado lo demostró el Mestalla, ahora el primer equipo... El Valencia va bien, como club. El Femenino está yendo por el buen camino, sin duda.

-¿Uno de esos símbolos es que cuenta con muchas canteranas?

-Estuve de entrenador del segundo equipo y ganamos la Liga. Era el coordinador de la sección y no entendía el tener más de 200 chicas jugando aquí si no llegaban al primer equipo. Hemos apostado por la cantera: Pauleta, Alejandra, Marta (Peiró) va a ser una referente del Valencia y se lo tiene que creer...

-Ganar la Copa de la Reina sería estrenarse a lo grande...

-Para mí ganar la Copa, un título o entrar en Champions sería la temporada soñada. Mejorar lo que se había hecho ya sería espectacular.

-¿Ha marcado en rojo los dos derbis contra el Levante? Después de la expectación de la Liga pasada...

-Realmente no los tengo apuntados. Miro las tres o cuatro próximas semanas como mucho... El derbi llegará como un partido normal y corriente porque al final las jugadoras son las que tienen que estar contentas y felices. Y sobre todo lo que les digo cuando saltan al campo: que disfruten, que esto es un deporte.

-Pero las imágenes de Mestalla y el Ciutat de València en los derbis fueron un refuerzo tremendo...

-La ilusión de cualquier entrenador. La evolución del femenino es espectacular y que en Valencia se llegue a esto, pues el tío más feliz del mundo. Encontrarse con 18.000 personas en Mestalla, una maravilla. Y encima te sale el partido de tu vida.

-¿El equipo se asienta sobre su líder, Ivana Andrés, y la goleadora Mari Paz Vilas?

-Mari Paz es gol y como persona, una pasada. Ivana marca la diferencia en liderazgo porque es capitana y tira del equipo. Pero hay más jugadoras que no lo aparentan y ojo a cómo lo hacen dentro del vestuario.

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