El extraño caso de Javi Guerra y Ugrinic
Corberán ha dejado al valenciano en la suplencia en tres visitas y en el Bernabéu solo jugó 3 minutos| El suizo, el fichaje más caro del pasado verano es todavía una incógnita por sus problemas de rodilla ya que tan solo ha jugado cuatro ratos
«Estoy muy feliz de seguir en mi casa». Lo decía en agosto tras firmar la renovación hasta 2029 y seguir por lo tanto sigue, ... pero lo de jugar como todos esperaban queda cada vez más en entredicho. Que Javi Guerra es un gran futbolista es algo que el valencianismo tiene bastante claro pero de la misma manera que observa su proyección y aprecia su valía sobre el césped –aunque en algunos encuentros haya estado igual de mediocre que el resto de compañeros–, crece la sospecha de que algo está fallando en torno a su posición dentro del proyecto de Carlos Corberán. En otras circunstancias, la suplencia de cualquier futbolista no sería motivo de atención más allá del lógico debate que se puede generar cada semana sobre si la decisión del entrenador es o no la más acertada para el momento en función del rival o de cómo ha trabajado durante la semana, pero en el Valencia, el peso de la clasificación hace que todo se pueda en algún momento sobredimensionar más de la cuenta. Cualquier mínima anomalía puede ser aumentada por los malos resultados. De ahí que, por desgracia para el equipo, el hecho de que Javi Guerra tan solo jugara tres minutos en el Santiago Bernabéu y que hayan sido ya tres los partidos –siempre fuera de Mestalla– en los que ha arrancado desde el banquillo es tan extraño como el caso que puede llegar a representar Filip Ugrinic, un jugador del que no se puede opinar todavía sobre su valía ya que tras doce jornadas de campeonato sigue incluido en el parte de guerra de cada semana.
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Los dos curiosamente comparten funciones en el medio del campo aunque su rol dentro del vestuario y sobre todo de cara a la afición no tengan nada que ver. Javi Guerra es de la tierra, internacional sub-21 (no tiene nada fácil entrar en el Mundial de Estados Unidos) y alguien sobre quien al final del pasado ejercicio existía serias dudas de que el Valencia pudiera retener contractualmente. La continuidad del de Gilet como blanquinegro –se ha situado entre los tres mejores pagados de la plantilla– supuso un fuerte aliciente por todo lo que puede llegar a representar si Peter Lim decide en algún momento facilitar su venta. Ugrinic, por su parte, fue el futbolista sobre el que el club más dinero desembolsó en el pasado mercado de fichajes (unos 3,7 millones de euros más otro millón en variables) y que va camino de ser considerado el eterno lesionado.
Con tan sólo cuatro participaciones –el tiempo que más estuvo sobre el césped fueron 34 minutos–, el suizo es hoy en día toda una incógnita. Y lo peor es que aún no se vislumbra su inminente vuelta. La última vez que Corberán se refirió a él estableció un plazo que ahora corre el riesgo de no cumplirse. «Tuvo molestias a las dos semanas de llegar y el dolor se agudizó antes de ir a Girona. Entendemos que en diez días estará...». Eso fue lo que dijo Corberán el 24 de octubre y este miércoles se cumplirían precisamente esos diez días. De momento, el mediocampista sigue trabajando al margen del grupo, situación a la que el suizo, de 26 años, no estará del todo acostumbrado precisamente porque si por algo destacaba en su anterior etapa en el Young Boys era por su condición física. Hay que tener en cuenta que llegó al Valencia con más de 300 partidos en su mochila, haciendo una media superior a los treinta encuentros en sus últimos cinco años, tanto con la camiseta del Young Boys como con la del Lucerna. Sólo se encuentran dos fases de lesiones en la 2023-24, una por molestias en el aductor y otra por una fractura de dedo. Llegó a estar 19 partidos fuera. Ahora es la rodilla la que le está perjudicando notablemente. Suma ya seis partidos consecutivos sin jugar un solo minuto (los últimos cuatro en la enfermería) y sus entradas en el terreno de juego han sido muy reducidas: 3 minutos contra la Real Sociedad, 23' en Pamplona, 34' ante el Barça con ese desbarajuste general que terminó en 6-0 y 30' frente al Espanyol. Y pare usted de contar.
Ugrinic y Javi Guerra tienen también en común que sus contratos se prolongan hasta ese 2029, la antesala al intento de entrar en el tren europeo según explicó hace algunas semanas Ron Gourlay. No obstante, la situación del valenciano es la que más sorprende. Solo por su trayectoria ya llama la atención esas tres suplencias de este campeonato, las tres en partidos en los que el Valencia ha jugado como visitante. En los últimos 25 partidos de la pasada temporada, Javi Guerra fue titular en todos excepto los dos de Copa del Rey y el que se tuvo que perder por sanción frente al Alavés. En esta 25-26, Corberán lo relegó a la suplencia ante el Espanyol (14'), contra el Girona (45', fue el mejor) y ante el Real Madrid (estrelló el balón en el poste, en el segundo lanzamiento a puerta del equipo).
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Esa teoría de Corberán de que lo 'bueno' de esta plantilla es que muchos jugadores tienen un nivel similar se ve reflejado estadísticamente hablando en el reparto de minutos: Pepelu (631'), Santamaría (625') y Javi Guerra (620'), y más distanciado Almeida con 160'. Ugrinic suma 89'.
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