El exdirectivo del Valencia Sean Bai reflexiona sobre su etapa en el club y la figura de Peter Lim

«Estoy feliz si al Valencia le va bien, pero no hablo de los Lim por respeto», afirmó Bai en unas declaraciones que rápidamente han resonado entre la afición valencianista. Esta escueta pero significativa frase deja entrever una etapa marcada por la complejidad y la cautela a la hora de abordar la figura del máximo accionista del club.

La llegada de Sean Bai al Valencia en 2018 generó expectativas dentro de la estructura del club, especialmente en lo referente a la gestión de la cantera. Su rol como director de la academia apuntaba a una posible reestructuración y un nuevo impulso para las jóvenes promesas valencianistas. Sin embargo, su paso por el club fue relativamente breve, lo que impidió evaluar completamente el impacto de sus iniciativas.

Ahora, tras su éxito con el Burnley, donde ha desempeñado un papel importante en la consecución del ascenso a la máxima categoría del fútbol inglés, las palabras de Bai adquieren una nueva dimensión. Su silencio «por respeto» hacia la familia Lim sugiere un conocimiento interno de la situación del club durante su etapa, aunque prefiere mantener la discreción.

La afición del Valencia, siempre atenta a las voces que han formado parte de la historia reciente del club, ha recibido estas declaraciones con una mezcla de interés y resignación. Muchos interpretan sus palabras como una confirmación tácita de las dificultades y particularidades que rodean la gestión de Peter Lim al frente del club.

Mientras el Burnley celebra su ascenso a la Premier League con Sean Bai como una pieza clave en su organigrama, en Valencia las reflexiones sobre el pasado reciente y el futuro del club continúan. Las palabras de Bai, aunque medidas, sirven como un recordatorio de las diversas perspectivas que han rodeado al Valencia en los últimos años y la complejidad de un proyecto marcado por la figura de su máximo accionista. El silencio, a veces, dice más que mil palabras.