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Guedes se entrena en Celtic Park, en la previa del encuentro de ida contra el equipo escocés. EFE/Robert Perry
Esperando a Guedes

Esperando a Guedes

Marcelino le ha ido dando cada vez más minutos en los tres últimos partidos después de una temporada cargada de problemas y en la que aún no ha marcado El portugués, a punto de coger la forma física adecuada, se ha pasado este año más tiempo lesionado que sobre el césped

JUAN CARLOS VALLDECABRES

Miércoles, 20 de febrero 2019, 00:16

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valencia. El fútbol no entiende de matemáticas y de la misma forma que en la temporada que más ha invertido el Valencia en su plantilla no hay forma de que el equipo roce ni tan siquiera una de las plazas que viajan hacia la próxima Champions, el futbolista más caro de toda la historia de la entidad, Gonçalo Guedes, no acaba de aparecer. Si a la resaca mundialista del portugués le añadimos una pretemporada con más preocupaciones que entrenamientos; una distensión en el aductor y por último una posterior operación por una lesión en la pared abdominal, el resultado de la suma de todos estos factores arroja un futbolista que nada tiene que ver con el que cautivó Mestalla y al propio Marcelino en la primera mitad del campeonato pasado. En agosto va a tener que empezar a pagar el Valencia el primero de los plazos de esos 40 millones de euros en los que se pactó con el PSG su fichaje, y resulta chocante que sea en este su primer año ya como blanquinegro a todos los efectos -el anterior estaba como cedido todavía- cuando por unas cosas u otras más problemas tiene el portugués para rendir.

«Feliz de sentirme mejor cada día». El comentario del propio Guedes después del partido del domingo pasado contra el Espanyol es posiblemente la mejor noticia que la afición pero particularmente Marcelino han tenido. Si la falta de gol impide al Valencia asomar la cabeza en la Liga, se espera que cambie la dinámica ya con el portugués en buena forma.

A Guedes se le ha torcido este año todo. Empezó mal físicamente por culpa de una pretemporada atípica y fuera de la dinámica de grupo en el PSG. Llegó tarde (a la tercera jornada) y fuera de forma al Valencia y dos lesiones -la segunda más grave con operación incluida- le han hecho que haya estado más tiempo en la grada y lesionado que jugando con su equipo. Hasta 17 encuentros se ha perdido por lesión en los dos percances que ha sufrido. Además, hay que añadirle que estuvo las dos primeras jornadas todavía como jugador del PSG (empezó a jugar en la cuarta) y luego no estuvo ni convocado contra el Ebro ni contra el Betis en Copa. Le ha tocado no sólo recuperarse de su intervención sino hacer una especial puesta a punto desde el punto de vista físico.

Marcelino, que se ha estado lamentando toda la temporada de haber exprimido demasiado a Rodrigo, actúa con cautela ahora. Le dio 16 minutos contra la Real Sociedad, 27 ante el Celtic y 33 frente al Espanyol. Cada partido va aumentando la cantidad de minutos sobre el terreno de juego y por lo tanto se deduce que mañana, con la eliminatoria más que encarrilada, Guedes gozará de más tiempo y, quien sabe, si hasta fuera titular.

No sale de inicio desde el 8 de diciembre (Valencia-Sevilla) y la última vez que completó un partido fue justo una semana antes en el Bernabéu. Sólo ha jugado la hora y media en tres encuentros esta temporada y desde luego la comparativa con respecto al año pasado es bastante pobre. Fue precisamente en la primera mitad del campeonato cuando Guedes exhibió todo su potencial y cuando se llegaba, como ahora, a la jornada 24 de Liga tan sólo se había perdido cinco partidos por lesión (en 12 fue titular) y había conseguido cinco goles. Este año no sólo no se ha estrenado todavía cara a la portería rival sino que el domingo, cuando Marcelino recurrió a él (entró por Sobrino), se mostró un tanto desorientado y a las primeras de cambio salió perjudicado por un choque con un jugador espanyolista.

Guedes no fue la solución que necesitaba el Valencia en esos momentos, situación que se ha repetido en alguna que otra ocasión sin que Marcelino pudiera encontrar el remedio necesario.

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