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Los jugadores del Valencia celebran los goles de Guedes y Wass en la recta final del partido.

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Los jugadores del Valencia celebran los goles de Guedes y Wass en la recta final del partido. AFP

Guedes culmina una noche sorprendente

El Valencia tiene asegurada la semifinal después de destrozar en la prolongación al Villarreal con unas contras mortíferas

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Jueves, 11 de abril 2019

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Vuelve la Europa League. El Villarreal CF recibe al Valencia CF para disputar el partido de ida de cuartos de final, a las 21 horas en el Estadio de la Cerámica.

Once de Marcelino García Toral: Neto, Roncaglia, Garay, Gabriel Paulista, Gayà, Ferran, Parejo, Wass, Guedes, Rodrigo y Gameiro.

Once del técnico local, Javi Calleja: Andrés Fernández, Mario Gaspar, Álvaro, Víctor Ruíz, Quintillà, Cáseres, Santi Cazorla, Chuckwueze, Iborra, Fornals y Gerard Moreno.

Sigue minuto a minuto el partido de Europa League en lasprovincias.es.

LA PREVIA de J.C. Valldecabres

Quince años han pasado ya desde que Villarreal y Valencia CF se vieron las caras en este mismo estadio -El Madrigal de toda la vida- en una pugna por abrir la puerta de la final, de la entonces Copa de la UEFA. Se empató a cero en Vila-real y fue Mista el que se encargó después de finiquitar la situación en Mestalla. De los 22 jugadores que saltaron de inicio al césped sólo quedan en activo dos: Reina (Milan) y el central Coloccini (San Lorenzo de Almagro). El resto son ya cuarentones y cincuentones que cuando hoy tengan la oportunidad de ver por televisión el encuentro de estos cuartos recordarán con gusto un pasado mucho más eufórico que el actual. A aquel Valencia, por ejemplo, lo pilotaba con maestría Rafa Benítez hasta situarlo en la élite mundial (el de ahora llega tras el revolcón de Vallecas), mientras que Paquito -titular del banquillo local- no tenía los apuros que padece Javi Calleja.

Es precisamente este factor, el de la amenaza del descenso para el grupo local, un elemento que claramente juega a favor de los valencianistas, aunque es difícil que un futbolista renuncie así como así a pelear por ganarse la confianza del entrenador -van a jugar los menos habituales- aunque ahora mismo, lo de seguir en Europa sea un objetivo claramente secundario para los villarrealenses.

La vida ha cambiado bastante desde 2004 para los dos clubes. Por ejemplo, el único que a nivel institucional continúa es Fernando Roig, que por entonces tuvo que compartir palco con Jaime Ortí a quien poco después lo apartaría del cargo Juan Soler. Desde entonces, diez presidentes han desfilado por la entidad valencianista. La goleada en ese particular duelo es escandalosa a favor de los blanquinegros, cuyos dirigentes actuales observan esta competición más como un premio final para meterse en la Liga de Campeones que como lo que propiamente significa. Marcelino debe tirar de calculadora para gestionar esfuerzos. Tiene la baja por sanción de Soler y recupera efectivos (Roncaglia ya cumplió sanción, Piccini y Coquelin), pero ayer se cayó otro futbolista: Jaume, que tuvo que ser ingresado por una gastroenteritis.

El Valencia camina con paso firme en Europa. Uno de los peores arranques de temporada de la historia blanquinegra está a punto de convertirse en un final apoteósico. Quién se lo iba a decir a finales de año, cuando por Valencia el debate era si Peter Lim se había hartado ya o no de Marcelino. El equipo hacía agua por culpa de una ceguera goleadora jamás vista. Era la inutilidad personificada a la hora de hacer un gol. Salió vivo Marcelino de las críticas, Peter Lim por una vez en su vida hizo caso a los profesionales que entienden y mantuvo una calma difícil de entender para un empresario que en lo que a fútbol se refiere siempre ha funcionado a golpes de amistad. Pero eso sirvió para cimentar lo que hoy en día es este equipo. El tiempo parece haber transformado a un grupo que ahora es capaz de aburrir en su juego en hora y media pero que no tiene ningún problema en cortar la yugular del rival en un abrir y cerrar de ojos cuando menos te lo esperas. Digamos que el Valencia ya está en la semifinal. La vuelta en Mestalla de la semana que viene se jugará, porque así lo requiere el asunto, pero todo está resuelto de antemano. Sin discusión el Valencia se mostró como un equipo que pisa un terreno seguro y el marcador lo dice todo. Sin hacer ni mucho menos un fútbol exquisito y sosteniéndose demasiados minutos en Neto, cercenó al Villarreal en un arreón final digno de repasar. A la contra y aportando gente en el área rival. Así se resolvió, a lo bruto, estos cuartos de final dejando boquiabierta a la afición villarrealense, que ni se imaginaba un final tan trágico.

Y es que, a decir verdad, durante muchos minutos los dos equipos dieron una tonalidad grisácea al derbi. Faltó tensión, algo de pundonor a veces, y sobraron un buen puñado de imprecisiones por parte de unos y de otros. Al Valencia le funcionó de verdad la pizarra cuando todo el mundo pensaba en llegar a su casa lo más pronto posible. Durante hora y media se zambulló en una mediocridad impropia, aunque haya quien pueda pensar que estaba interpretando un papel. Se dejó dominar por el Villarreal, metido hasta las trancas en un tema mucho más preocupante como es la salvación de categoría que el premio de seguir en el camino europeo. El camino creyeron tenerlo despejado los valencianistas cuando a los cinco minutos el árbitro les pitó el penalti tontón de Cáseres a Guedes. Totalmente evitable, como el del sábado pasado sobre Rodrigo. Pues bien, Parejo repitió la escena de Vallecas y, aunque esta vez lo tiró a la derecha del meta, Andrés se lo adivinó. Menos mal que Guedes anduvo listo, mucho más vivo que Álvaro, y solventó el asunto aliviando la frustración del capitán. El Valencia, casi sin bajar del autobús, se había puesto por delante. Pero quedaba un mundo por delante. Sólo era cuestión de ver cómo se tomaba el asunto el Villarreal. Ferran entraba suelto por banda y Gameiro dispuso de dos intentos para haber sentenciado el asunto. Pero demasiado pronto la cosa fue perdiendo gas. Parejo y Wass lo tenían todo a favor para hundir en la miseria a Cáseres pero no sacaron provecho de ello. Calleja puso más titulares de lo esperado pero metió a Iborra tan arriba que el de Moncada perdió contacto con el balón. El Valencia, lejos de coger el dominio de la pelota, fue poco a poco dejándose maniobrar. No está tampoco el Villarreal para muchos y al final lo acabó pagando. Cuando le pudo el corazón, perdió la cabeza. Todo lo contrario que los valencianistas, que pese a navegar en ocasiones por debajo incluso de los mínimos, acabaron sacando partido de su mejor pegada.

Villarreal CF

Andrés, Mario (Pedraza, m.80), Álvaro, Víctor Ruiz, Quintillá, Cáseres (Morlanes, m.72), Iborra (Bacca, m.67), Cazorla, Fornals, Chukwueze y Gerard Moreno

1

-

3

Valencia CF

Neto, Roncaglia (Piccini, m.58), Garay, Gabriel, Gayá, Ferran (Coquelin, m.61), Parejo, Wass, Guedes, Rodrigo y Gameiro (Cheryshev, m.69)

  • GOLES: 0-1, m.6: Guedes. 1-1, m.37: Cazorla, de penalti. 1-2, m.90: Wass. 1-3, m.90+3: Guedes

  • ÁRBITRO: Michael Oliver (Inglaterra). Mostró tarjeta amarilla a los locales Cazorla, Álvaro y Quintillá y al visitante Gayà

  • INCIDENCIAS: partido de ida de los cuartos de final de la Liga Europa disputado en el estadio de La Cerámica ante 17.605 espectadores

Hasta ese momento y para que el público no se aburriera, al menos llegó el empate. Garay e Iborra pusieron músculo y centímetros en la pelea por un balón en el área y en la caída de ambos, el valenciano acabó trabándose con las piernas del argentino. De la misma forma que el árbitro no dudó ni un segundo en el penalti a Guedes del inicio, tampoco tuvo dudas esta vez. Cazorla lo ajustó con maestría, superando así su trauma personal por el error de la última jornada de Liga.

En el Valencia, la preocupación llegaba por la viveza de Chukwueze y poco más. De la misma forma que ni aparecían Guedes ni Ferran, tampoco por el lado contrario asumía un rol más importante Fornals. Empate a todo pues. Fue de hecho lo que todo el mundo creía que iba a pasar porque el partido no estaba dando para más. Pero llegaron los cambios y a Marcelino le funcionaron mejor que a Calleja. Coquelin dio más brío, Cheryshev algo más de ritmo, y el equipo despertó en el momento más terrorífico para el rival. Sin tiempo para reaccionar. El Valencia perforó por la izquierda y la enchufó por la derecha. Primero Wass con su pierna izquierda y después Guedes, cerrando así el portugués una noche de reivindicación para él. Está aportando goles en los momentos más importantes. Quedan sólo dos escalones más.

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