Mucho talento y un agujero

Once del técnico del Valencia: Neto, Piccini, Garay, Murillo, Gayà, Carlos Soler, Parejo, Kondogbia, Wass, Rodrigo y Santi Mina.

Once del entrenador del PSV, Mark van Bommel: Zoet, Dumfries, Schwaab, Viergever, Angeliño, Hendrix, Rosario, Pereiro, Malen, De Jong y Bergwijn.

Una victoria ante el Galatasaray (2-1) y un empate contra el Lausanne (0-0) antes de que el Valencia visite hoy -19 horas, GOL y À Punt- al PSV Eindhoven. Será el tercer encuentro de pretemporada para los de Marcelino y lo afrontarán sin Gabriel Paulista, que ya se recupera en Valencia de una fractura. El próximo encuentro será el 1 de agosto ante el Leicester dentro de la gira inglesa de los blanquinegros.

Suele suceder en los partidos de verano. Dos equipos en construcción, multitud de cambios que impiden gozar de un ritmo adecuado, pero casi siempre algún destello que te mete de lleno en el asunto. El de ayer corresponde a Kangin Lee, un futbolista diferente sin miedo a derribar puertas ni complejos para hacer en el Philips Stadion lo que lleva años demostrando en la ciudad deportiva de Paterna. El '34' está contra las cuerdas, bien pegado a la línea de banda frente a un lateral que le saca, fácilmente, veinte centímetros, y de repente va y viene con un taconazo que sirve de toque y regate. Talento puro en un jugador para quien Marcelino exige paciencia, una virtud que no suele casar bien con los deportistas capaces de llegar a la élite jugando por el placer de jugar, divirtiéndose como camino más corto para ganar.

«Son muy jóvenes. En el club todos tenemos muchas esperanzas en su futuro y en su presente. Hay que ir paso a paso», explicaba Marcelino sobre Kangin Lee y Jordi Escobar. En el Valencia de ayer destacaron además otros jóvenes, Carlos Soler y Ferran Torres, éstos con más kilómetros en la alta competición. El primero se ve cada vez más suelto en el extremo y apareciendo desde segunda línea marcó el único tanto de su equipo ante el PSV. El segundo aplicó la fórmula que mejor conoce para abrir campo, complicando a los holandeses -tierra de grandes extremos- a través de la conducción y los centros al área. «A veces nos olvidamos de que Ferran tiene 18 añitos», recuerda Marcelino, satisfecho con la respuesta de los chavales en una tarde de muchos tonos que acabó oscura por la derrota.

Si el técnico ha propuesto al vestuario encajar un máximo de treinta goles en Liga necesita cerrar cuanto antes el agujero que ya le complicó la existencia al Valencia la pasada temporada. Los centros laterales dan pavor. Bien sea por los errores en la marca o la falta de decisión de Neto en las salidas cortas, el conjunto blanquinegro sigue sufriendo horrores cuando el rival vuelca el balón de fuera hacia el área. El PSV Eindhoven, actual campeón de la Eredivisie, equipo Champions, aprovechó dos despistes para llevarse el triunfo en el partido que le servía como presentación ante sus fieles aficionados. De Jong se escapó de Garay para hacer el empate; luego Murillo, que tuvo una actuación muy floja, atropelló a un rival y Pereiro le dio la vuelta de penalti al amistoso antes del descanso.

Hasta la recta final de la primera parte, esa desconexión grupal, el Valencia fue el Valencia. Un bloque con las ideas muy claras. Continuidad y conceptos plenamente definidos. A Marcelino le van quedando menos pruebas y ya otea el debut en Liga contra el Atlético. Poca broma. Así salió el conjunto blanquinegro en el Philips Stadion, con un once que bien podría ser el de la jornada uno en Mestalla. Piccini al lateral, Parejo y Kondogbia en la medular, Wass a la izquierda a la espera de un extremo que sea Gonçalo Guedes o al menos se parezca a Gonçalo Guedes y una delantera con Rodrigo y Mina. El Valencia quería apretar las tuercas al PSV de Van Bommel, el nuevo entrenador de los holandeses, aquel futbolista que intentó secar a España a base de patadas en la final del Mundial.

Un Van Bommel con la misma idea de Marcelino: meter a los principales espadas puesto que el verano futbolístico es más corto para él. Tras el paso por vestuarios cambió el plan del Valencia y algunos de sus jugadores: Jaume resolvió bien un mano a mano, a Racic le costó más que en los dos amistosos anteriores y Zaza recordó que puede tener pie y medio fuera del Valencia pero el compromiso no se negocia. La derrota no escuece, pero algunos lugares comunes sí. Por delante, tres semanas para solucionar la defensa en los dichosos centros laterales.