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Fútbol | Valencia CF

Tarde de ceguera con el gol

El Valencia mantiene el tipo pero acusa su inocencia en el remate

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Sábado, 14 de abril 2018

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El FC Barcelona, primero de la Liga, recibe al Valencia CF, tercero, en el partido correspondiente a la jornada 32, a las 16:15 horas en el Camp Nou.

Duda resuelta, esta tarde el lateral derecho lo ocupará Rubén Vezo, ya que el técnico blanquinegro dejó fuera de la convocatoria a Montoya, un asiduo en esa posición. Además, será Santi Mina quien defienda la delantera desde el inicio tras cuatro jornadas fuera del once.

Once de Marcelino García Toral: Neto, Vezo, Garay, Paulista, Gayà, Soler, Parejo, Kondogbia, Guedes, Rodrigo y Santi Mina.

Once del técnico del Barcelona, Ernesto Valverde: Ter Stegen, Piqué, Sergio, Iniesta, Suárez, Messi, Coutinho, Paulinho, Jordi Alba, Sergi Roberto y Umtiti.

Sigue el partido en directo en lasprovincias.es.

LA PREVIA de Toni Calero

Está el Barcelona a un paso de batir el récord histórico sin perder en la Liga (39 partidos) y sin embargo su presente es propio de un funeral por la inesperada eliminación en la Champions. ¿Es un buen momento para que el Valencia visite el Camp Nou, el estadio más fiable de este campeonato? Probablemente nunca haya un día fácil para medirse a Messi y compañía en su casa, pero sin duda el que nos ocupa es el más idóneo para los blanquinegros, por las sensaciones propias y las de un rival que se dejó en Roma muchas de las ilusiones de una temporada que era inmaculada. «Es un momento malo, pero no el peor de mi carrera deportiva. No podemos quedarnos en casa lloriqueando por perder un partido», dijo Valverde. Y Marcelino, que dedicó elogios a los culés y parece estar preparado para lo mejor y lo peor, admitía que es «muy difícil» ver a este Barça perder dos duelos seguidos.

El de hoy es el cuarto enfrentamiento entre Valencia y Barcelona durante el presente curso: ninguno pudo llevárselo el conjunto de Marcelino. De hecho, el Barça es la bestia negra del técnico asturiano, que no conoce la victoria en sus trece partidos como entrenador contra los azulgrana. Al Valencia le toca exprimir su buena racha, esas nueve jornadas sin perder. «Vamos con ilusión y ambición y debemos tener ese convencimiento para intentar ganar», reflexionaba Marcelino. Su equipo está muy entero, mucho mejor físicamente que cuando visitó el Camp Nou con motivo de las semifinales de la Copa del Rey. La defensa vuelve a ser férrea; Kondogbia barre a sus rivales en cada partido y Rodrigo sigue bendecido de cara al gol. Son argumentos para pensar que hoy se le puede hincar el diente a un líder que dentro de bien poco celebrará el título de Liga.

Después de 31 jornadas hay escaso margen para las sorpresas, aunque Marcelino dejó ayer alguna. Incluyó en la lista a Toni Lato y Jeison Murillo, ausente en las dos últimas convocatorias. «La recuperación de su operación no es sencilla y se sufren altibajos. No tengo ningún problema con Murillo, que entrena duro, es respetuoso con sus compañeros y el cuerpo técnico y es muy importante para el Valencia», dijo sobre el colombiano, que apunta al once porque el lateral derecho se lo 'juegan' Ruben Vezo y Gabriel Paulista. Dos centrales desplazados a la banda porque Marcelino no subió al avión a Nacho Vidal ni Martín Montoya. El descarte más significativo fue el de Ferran Torres, que incluso probó de titular el jueves por los 'mimos' de los técnicos al cansancio acumulado de Soler.

En principio, el once del Valencia sólo alberga la duda de quien ocupará el lado derecho de la defensa. El resto, empezando por Neto y acabando por Simone Zaza, parece claro porque ahora las semanas ofrecen tiempo de descanso suficiente a los 'titulares' y, visto lo visto en este último tramo de campaña, Marcelino no tiene muchos motivos para rotar al equipo.

Para el Barça, la llegada del Valencia -el equipo más en forma de la Liga- supone un exigente examen mental. Los azulgrana rozan ya el título pero están obligados a dar el callo en el Camp Nou para evitar más ruido alrededor de Valverde y los futbolistas. Messi, quien si no, se presenta como la mayor amenaza de un Barça que no podrá contar con Ivan Rakitic, lesionado. Tampoco Busquets está al cien por cien y su presencia en el once no es segura. Sergi Roberto -que hoy se reencuentra con Andreas tras su grave entrada al valencianista- puede reforzar la zona más dañada de los culés, el centro del campo.

Para explicar partidos como el de este sábado en el

El Valencia perdió, sí, y si uno se ciñe a que el fútbol es puramente el gol, en ese supuesto no hay que ponerle ningún pero al asunto. El Barça en ese supuesto mereció quedarse con los tres puntos. Tuvo dos y las enchufó. Nada que reprochar. Pero si se prefiere abrir la perspectiva, el encuentro ofreció un buen puñado de matices de los que tiene que estar al menos esperanzada la afición. Conformarse con perder 2-1 en el Camp Nou es del género absurdo pero cuando en la explicación se observa qué bando tuvo más opciones de gol y qué equipo arrimó el juego a la táctica que deseaba, sin duda fue la pizarra de Marcelino el que ahogó la lucidez de las estrellas que maneja Valverde.

El Valencia va directo a la Champions y sólo es cuestión de días. Que tenga hoy por hoy plaza en la Europa League queda en una simple anécdota para un equipo que desplegó, principalmente en la primera parte, una superioridad notable desde el punto de vista táctico. Sabedor que, por muy tocado que esté el rival, es de locos pensar que se le puede quitar la posesión, la labor desde el punto de vista valencianista fue la de ajustar el guión al trabajo que se está haciendo desde que en verano a Marcelino le dio por dibujar rayas en el campo y poner conos. El Valencia es un equipo cosido a base de trabajo machacón y que no se deja cegar por un tipo como Messi capaz de levantar un largo ¡ohhhh! de merecida admiración de la grada cada vez que le pone imaginación al fútbol.

FC Barcelona

Ter Stegen; Sergi Roberto (Semedo, min.93), Piqué, Umtiti, Alba; Busquets, Paulinho, Iniesta (Denis Suárez, min.84), Coutinho (Dembelé, min.79); Messi y Suárez

2

-

1

Valencia CF

Neto; Vezo, Garay, Gabriel, Gayà; Soler, Parejo, Kondogbia, Guedes (Andreas Pereira, min.69); Rodrigo (Zaza, min.80) y Santi Mina (Vietto, min.71)

  • GOLES: 1-0, m.15: Luis Suárez. 2-0, n.51: Umtiti. 2-1, m.86: Parejo, de penalti

  • ÁRBITRO: Del Cerro Grande (Comité madrileño). Mostró cartulina amarilla a Piqué (min.6), Kondogbia (min.12), Gabriel Paulista (min.75) y Dembélé (min.86)

  • incidencias: Partido de la trigésima segunda jornada de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou ante 61.544 espectadores

El problema que surgió en esta tarde de sábado es que lo que hasta ahora parecía de cara, esta vez no resultó. Rodrigo se ha hinchado a meter goles este año y le basta una piedra para convertirla en oro. Pues bien, ni en el mejor de los escenarios posibles y ni de las formas más inimaginables fue capaz el internacional español de hacer lo que hasta ahora parecía su rutina habitual. Ni cuando se la dio Soler después de un estropicio inicial de Ter Stegen ni cuando se la dio Santi Mina para un mano a mano con el guardameta barcelonista. En la primera el guante del portero la envió a córner cuando el remate, desde el punto de penalti, iba sobrado de potencia pero falto de colocación. En la segunda, dos minutos antes de que el Barça hiciera el fatídico 2-0, se la salvó Piqué cuando ya se colaba. Ante eso, poco más se puede decir. Al Valencia le sobró oficio y le faltó la maldad rematadora suficiente para enmudecer un estadio acostumbrado a ver cómo las víctimas se desangran a borbotones. En lugar de eso se encontraron con un equipo que nunca le perdió la cara al partido, que supo con abnegación hacer su trabajo, que acertó en el armazón pero no en el duelo de machetazos. En días de elevadas exigencias no se puede ir perdonando la vida. Lección por supuesto de presente pero sobre todo de futuro. Y que conste que no sólo fueron esas dos que tuvo Rodrigo, con diferencia las más diáfanas no sólo para el Valencia sino incluso del partido. Guedes, por ejemplo, probó fortuna hasta en tres ocasiones, todas ellas con mucho peligro pero con falta de acierto.

Y pasó lógicamente lo que tenía que pasar. Casi de la nada Luis Suárez se coló ante la mirada de Garay y la espalda de Paulista para, de toque sutil, colársela a Neto tras un magnífico pase de Coutinho. Ahí se acabó la inquietud que en las filas locales había tras el batacazo romano de tres días antes. El panorama invitaba a pensar que el Valencia iba a hincar la rodilla y que la maquinaria blaugrana se activaría como de costumbre. Nada de eso ocurrió. La confianza blanquinegra, sin ser descarada, tuvo sus frutos con esa presión de hasta tres jugadores dentro del área local que hizo que a Ter Stegen le temblara el pie y en vez de pasársela a Busquets, la pelota cayera en Carlos Soler. Lugo llegó el golpeo de Rodrigo. Sin ser gol, fue el aviso de que nada estaba ni mucho menos decidido.

No fue un día épico como esos otros que sí se han vivido aquí. Ni hay 'Bossios' con la cabeza partida pero con el corazón vivo, ni 'Piojos' que marean a todos, ni 'Mendietas' que hacen cosas increíbles. Hay un Valencia con sacrificio y que podrá tener mejor o peor día, pero que cree fielmente en lo que su entrenador les dice en el vestuario antes de salir. Quizás, puestos a elucubrar, si hubiera habido un pelín más de osadía y atrevimiento, al Barça se le podría haber abofeteado con algo de saña; pero eso es caer en la hipótesis sabiendo, además, que aún con Messi bostezando el Barça tiene infinidad de recursos para cegar a un equipo que venía embalado y que se arrimó en el marcador cuando ya era demasiado tarde.

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