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p Provocación y roja. Aduriz, desolado tras la roja que le enseñó Muñiz Fernández en el Pizjuán (temporada 2011-12). afp
Cuando la  Copa no parece  importante

Cuando la Copa no parece importante

Historial. Cada cita contra el Sevilla es como una caja de sorpresas aunque el Valencia está pendiente de la Liga

JUAN CARLOS VALLDECABRES

Miércoles, 27 de enero 2021, 00:57

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La Copa del Rey y el Sevilla, al que se le mira con cierta envidia (hasta ficha, ayer Papu Gómez), le ponen al Valencia. Desde la última década sí. Que si contra los andaluces se han ganado ligas; que si Emery pegando saltos como un descosido por Mestalla; que si el cabezazo de M'Bia en el 95'; que si los cuatro goles de Negredo cierran la puerta de la Champions al Valencia de Valverde justo cuando se va; que si Palop -entonces meta del equipo hispalense- le pega una patada a Villa dentro del área que el árbitro ignora; que si Iturralde se equivoca y le muestra la roja a Topal; que si Aduriz cae en la provocación y acaba expulsado por agresión... historias hay para dar y contar entre ambos equipos. En los últimos años, el Sevilla había alcanzado un lugar en el podium de la animadversión del aficionado valencianista, casi a la misma altura que históricos competidores -en lo que a vivencias se refiere- como Real Madrid y Barcelona. Pero de eso poco se ha hablado esta vez. En otras circunstancias, el partido hubiera llenado páginas de este periódico refrescando la memoria de esos frenéticos lances en los que siempre acababa pasando algo extraño Esta vez no. Casi como quien no quiere la cosa, el encuentro de octavos se ha colado en un presente que está por desgracia pendiente de otras cosas.

Y eso, a pesar de que la Copa es por excelencia esa competición en la que el Valencia se mueve como pez en el agua. O en todo caso se movía. Esta vez tiene la corriente en contra, por mucho que Gracia se esfuerce en decir que esta ronda a un solo partido de octavos no molesta y que todo puede pasar. No es que moleste y que el Valencia no pueda ganar al Sevilla -necesitaría jugar tan bien como la primera parte del Wanda-, pero no conviene pasar por alto que el equipo anda con el agua al cuello y que con lo que tiene, sin fichaje alguno a cuatro días de que se cierre el mercado, debe andarse con mucho ojo para no perder efectivos.

Piccini está pero no está

Ya han caído en combate a Diakhaby y Correia y ayer, según confesó el propio entrenador, a Piccini todavía le faltan como mínimo un par de semanas para ponerse a tono. Lo ideal -y que todos esperaban- hubiera sido que el italiano hubiera jugado esta noche, pero tan bajo de forma está que no le llega para probarse en el Pizjuán. Con lo cual, queda Wass como único recurso para el lateral. Y que no se constipe.

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