La dura confesión del exfutbolista Cristiano Piccini
El que fuera jugador del Valencia, ya retirado con 33 años, confiesa que «esperaba que mi esposa se durmiera para que no me viera llorar» por el dolor de las lesiones
Los problemas físicos y las lesiones suelen ser la penitencia con la que tienen que lidiar algunos futbolistas. Es la cara amarga de este deporte ... que en ocasiones les toca sufrir a los profesionales. Un exvalencianista se encuentra entre ellos. Es el caso de Cristiano Piccini que, ya apartado de los terrenos de juego, ha abierto su corazón en una entrevista y reconoce el calvario que vivió.
Durante varias temporadas, la banda derecha de Mestalla llevó su nombre. El italiano fue reivindicándose a base de buenas actuaciones, se hizo con el puesto e incluso defendió los colores de su país. Sin embargo, cuando mejor se sentía tras una salida precipitada del Betis por los desencuentros con su afición, llegaron las malditas lesiones. «Me lesioné entrenando, en mi mejor momento. Tenía también ofertas importantes rechazadas por el club donde estaba tan feliz de quedarme y crecer. Tenía la rótula rota por cuatro sitios, todo había desaparecido. El médico, después de un tiempo, me dijo que tendría suerte si podía caminar sin cojear. Pero no lo iba a aceptar: yo decidía cuándo retirarme, no después de una lesión», admitía.
Piccini sufrió esa dura lesión que fue el principio de su fin, pese a los intentos por volver a ser el de antes. Pese a ser infiltrado en distintas ocasiones, los dolores se reproducían y le pasó factura a nivel emocional, en una situación en la que quiso mostrar su mejor cara y que nadie se preocupara. «Esperaba a que mi esposa se durmiera para que no me viera llorar», confesó el jugador.
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Este contexto y la incapacidad para volver a sentirse bien llevó a Piccini a una depresión. «Estaba perdiendo a mi familia, supe que tenía que hacer algo y recuperar mi vida. Nos creemos superhéroes, pero no lo somos. No queremos mostrar debilidad, pero es fundamental», decía el defensor nacido en Florencia. Y aunque luego intentó remontar el vuelo tras salir del Valencia CF, vivió una auténtica travesía en países tan distintos como Serbia, Alemania, México o Turquía. Incluso pasó por la Sampdoria, en un último intento desesperado en casa por reencontrar la estabilidad. No fue así.
Consecuencia de todo ello, finalmente este verano decidió que era el momento de no seguir prolongando sus dolores y desligarse de un fútbol con el que ya no podía ser feliz. No le compensaba. Todavía con 32 años, anunció su retirada de forma prematura; ahora tiene 33. Para el recuerdo, quedará ese medio centenar de encuentros disputados como valencianista, con dos goles anotados y firmes actuaciones defensivas.
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