Velluters, el barrio de Valencia desbordado por drogas, prostitución y okupaciones
Vecinos denuncian «un problema evidente de suciedad, inseguridad y molestias, la zona está como hacía tiempo que no la veíamos»
Voces durante la noche, botellas de alcohol y peleas. Ventas de droga en la zona y usuarios con síntomas de haber consumido. Mujeres que esperan en las esquinas sentadas sobre cubos de pintura y que ofrecen sus servicios sexuales. Vecinos del barrio de Velluters, en Valencia, denuncian que su vecindario se ha convertido en un foco de delincuencia que «lo convierte en un problema evidente de suciedad, inseguridad y molestias. La zona está como hacía tiempo que no la veíamos». Desde la asociación de vecinos El Palleter aseguran que su barrio «se ha degradado» desde antes de verano y reclaman soluciones.
«Todo comenzó en el mes de junio, cuando llegaron un par de personas a dormir en el pasadizo de la calle Angelicot», comenta una vecina. «Dimos el aviso aquel mismo día. Cuando viene gente a dormir a esta zona, si no se actúa rápido sirve de efecto llamada para otros y cuando te das cuenta son varios los usuarios que acaban durmiendo en la zona», explican. Los residentes afirman entender que haya gente sin hogar que busque un sitio donde dormir por las noches, pero matizan: «Aquí no hablamos de gente sin techo, hablamos de gente conflictiva».
Por un lado, la asociación que durante el verano aumentó la presencia de personas sin hogar que dormían en el barrio. Los vecinos consiguieron «pactar» con la Policía Local que por las mañanas una patrulla los despertara y obligara a recoger sus pertenencias. Sin embargo, «cada noche volvían de nuevo». Desde entonces, los vecinos afirman haber pasado numerosas veladas con incidentes que «no hacen más que aumentar la sensación de inseguridad en la zona».
Y es que los incidentes peligrosos han aumentado en las últimas semanas. Los vecinos aseguran que en algunos portales de la calle Viana se practica la prostitución, e incluso se podría estar vendiendo drogas. «Nosotros vemos como gente con aspecto de yonki pasa mucho por ahí», indican desde El Palleter. Sin embargo, también indican que la Policía Nacional les aseguró que actualmente no tienen localizado ningún punto de venta de droga en el barrio.
A este respecto, los vecinos denuncian que una vivienda de la calle Viana se okupó el julio pasado. «Desde entonces se ven trapicheos, gente drogada, se meten en los portales sin miedo a ser vistos y los equipos de limpieza han recogido agujas más de una vez», asegura el vecindario. También denuncian persecuciones durante el verano con armas blancas entre personas que vivían en la calle y peleas habituales.
«Este mismo domingo dos ambulancias, coches de Policía, bomberos… Es el colmo. Es un problema de inseguridad que notamos en el barrio. Es una cosa que ha ocurrido toda la vida en el barrio y que se ha vuelto a disparar. Papelinas, botes, comida tirada… El barrio está como hacía tiempo que no lo veíamos», comentan con desesperación. De hecho, este mismo fin de semana el despliegue de medios que explican los vecinos se utilizó para tratar de atender a una persona con evidentes síntomas de estar bajo los efectos de las drogas. En vídeos a los que ha tenido acceso este diario se puede ver como el usuario es incapaz de mantenerse en pie, se retuerce en el suelo, y es necesario ser sujeto por varios policías para inmovilizarle.
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«Este verano me desperté una noche y empecé a escuchar gritos en la calle. Un hombro tenía tirado en el suelo a otro y trataba de robarle. Un tercer chico que pasaba por allí ayudó a la víctima y el ladrón se marchó como si nada», cuenta además una vecina de otra experiencia vivida en verano. «En este momento parece que la situación del barrio sea como volver a empezar. Estaba bastante controlado. El problema es que cuando hay una aparición de este tipo de gente, se florece rápidamente. Si no evitamos el problema de raíz, crece muy rápido. La prostitución que se había controlado está volviendo«, añaden. Entre vecinos de la calle Viana se insiste en que »se convive entre prostitución y droga«.
«Los vecinos nos sentimos inseguros en nuestras propias calles. Esta misma mañana uno de los transeúntes me ha llamado 'hija de puta'. Hace unos días se sacó a una mujer de un bajo que estaba okupando. De esta mujer se aprovechan los demás. Se ve que necesita ayuda y el resto de usuarios buscan sus favores sexuales», insisten. «Durante unos días de agosto, algunos de los sin hogar utilizaba los arbustos del parque junto a Angelicot para tender su ropa», cuentan.
Precisamente por todas estas situaciones, la semana pasada la Policía Nacional y la Policía Local organizaron una reunión con representantes vecinales. Fue en dicho encuentro cuando las autoridades aseguraron a los vecinos que no hay puntos de venta de sustancias en el barrio, pero los residentes no están conformes. Aún así, los agentes aseguraron que se trabajaba en la consecución de una buena convivencia en el barrio.
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