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Los vecinos denuncian la extensión del problema del ruido a toda Valencia

La Federación pide más controles contra el botellón, los alojamientos ilegales o las despedidas de soltero por el bullicio que provocan

ISABEL DOMINGO

VALENCIA.

Miércoles, 17 de enero 2018, 00:17

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Coto al ruido en todas sus formas; sea ocio nocturno, botellón, despedidas de soltero, charangas de músicos o apartamentos turísticos ilegales. Es la reclamación que realizó ayer la Federación de Asociaciones de Vecinos tras conocer la condena a España del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo por el ruido nocturno en Valencia, en concreto, en el barrio de San José.

Es la segunda sentencia que se produce en este sentido al considerar el tribunal que se ha violado el artículo 8 del Convenio Europeo para la Protección de Derechos Humanos, relativo al respeto a la intimidad y la vida familiar y privada. La anterior, también de una residente del mismo barrio de Valencia, data de 2004 aunque las dos comenzaron a tramitarse en 1998. En el caso hecho público ayer, la indemnización ascenderá a 13.000 euros.

Para la Federación Vecinal, el fallo judicial demuestra la falta de planificación para la ordenación del ocio nocturno que sufre la ciudad desde hace años. Su presidenta, María José Broseta, lamentó que Valencia sea «una ciudad ruidosa» y alertó de que los problemas de masificación de terrazas y botellón se están extendiendo a zonas como Patraix o el Cabanyal «y afectan a la práctica totalidad de la ciudad».

Eso a pesar de haberlo denunciado en numerosas ocasiones, pues las quejas por botellón o proliferación de terrazas son constantes entre las asociaciones vecinales. Así, Broseta recordó que la Federación ha puesto de manifiesto que la contaminación acústica «siempre ha sido un tema prioritario» que se debe «controlar y reducir por las quejas que llegan de las diferentes asociaciones y por las afecciones que causa en la salud de las personas».

«Lo denunciamos en el pasado y lo seguimos denunciando ahora», añadió, al tiempo que incidió en que los principales focos de ruidos «siguen siendo el botellón y las terrazas, especialmente en las zonas de ocio donde existe una alta concentración de las mismas», así como el tráfico rodado por los problemas de atascos, que han ido en aumento en los últimos años, como ya denunciaron en su balance sobre la gestión municipal de 2017.

La representante de los vecinos del cap i casal insistió en que, por ejemplo, no ha existido planificación en la ordenación del ocio nocturno, es decir, en la concesión de nuevas licencias. A su juicio, «esto ha dado lugar a la actual situación de colapso en muchas zonas como Ruzafa, Ciutat Vella, Cánovas, Cedro u Honduras».

No obstante, María José Broseta valoró que el actual equipo de gobierno de Joan Ribó haya empezado a tomar medidas para controlar las terrazas, pero insistió en que han detectado la ausencia de «más medidas globales contra otros focos de ruido como botellón, apartamentos turísticos, músicos o despedidas de soltero», entre otros.

Por ello, la Federación insistió en la petición que hizo en su día al Ayuntamiento «de crear una mesa exclusiva para tratar los temas de contaminación acústica con todas las concejalías y agentes sociales implicados», como hay con otros temas sensibles de la ciudad como la movilidad o las terrazas (reunida precisamente ayer).

En la misma línea se manifestó el presidente de la asociación vecinal del barrio de San José, Jordi Pérez, quien lamentó que haya tenido que haber una sentencia de Estrasburgo para poner de nuevo sobre la mesa el problema del ocio nocturno. «Es un problema que sigue teniendo la ciudad y, por tanto, los perjudicados somos los vecinos debido al mal uso del espacio público que se hace», comentó.

Mientras, desde el Ayuntamiento acusaron de «inacción» en materia de contaminación acústica al anterior gobierno municipal del PP y aseguraron que el nuevo equipo de gobierno de Compromís, PSPV y València en Comú se «ha puesto las pilas» en esta materia.

Fuentes municipales, que recordaron que la denuncia se remonta a 1998, resaltaron que recientemente se presentó un mapa municipal del ruido «que muestra cómo se han notado los efectos con la nueva política de movilidad, que ha reducido los datos de ruido en general en toda la ciudad». No obstante, la actualización del mapa del ruido -que sustituirá al documento elaborado en 2013- todavía no se ha hecho público ni se ha facilitado a los grupos de la oposición.

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