La triste historia de Poma y Manzana
Abandono. La protectora municipal encuentra dos cachorras de apenas cuatro meses en un pipicán de Fontanares, en Valencia. Están en el refugio de Benimàmet y buscan un nuevo hogar
Alguien miró a los ojos castaños de Poma y Manzana y decidió que era buena idea abandonarlas. Alguien tuvo el cuajo de llevar a dos ... cachorras de cuatro meses a un pipicán, ellas todo trotar y colas de un lado a otro, y soltarles la correa para que corrieran. Y esa misma persona se dio la vuelta y las dejó ahí, mientras estaban despistadas. Volvió a casa como si nada. Ahí, en un pipicán cercano a la calle Fontanares en Valencia encontró Modepran, que gestiona la perrera municipal, a Poma y Manzana, dos cachorras que seguro que no se llamaban así, pero que ahora al menos tienen nombres puestos por gente que se preocupa por ellas.
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Ambas viven estos días en el saturadísimo refugio de animales de Benimàmet, donde no dejan de entrar perros y gatos abandonados por sus 'dueños', por llamarlos de alguna manera. De Poma y Manzana, que serán de tamaño mediano cuando sean adultas, dicen desde el refugio que son «super simpáticas y juguetonas, como corresponde a su edad». Modepran busca una adopción conjunta, pero podrían salir separadas si hay un hogar para ellas. Por desgracia, la historia, por triste que pueda ser, no es única. Esta misma semana la Guardia Civil ha detenido a un hombre acusado de abandonar a 10 cachorros de podenco en Antella. Los diez murieron. Modepran se personará como acusación popular en el juicio contra este hombre por maltrato animal.
Poma y Manzana comparten refugio con Pika, un perrete con problemas de socialización con otros animales; Omar, que fue abandonado con 8 años a finales de mayo; Fredy, que tiene 6 meses y en las fotos aparece con una sonrisa perruna de oreja a oreja; Freire, que fue rescatada junto a su cachorro de cinco meses, que fue abandonado con ella; o Lorena, una gatita abandonada en un transportin.
También esperan en el refugio Mero, de ocho meses y abandonado en Albal, o Rosqui, que es un gatito de dos meses que lleva en una casa de acogida desde que nació. Ahora necesita una familia para toda la vida. Estos casos son los que Modepran ha compartido en sus redes sociales en apenas un día. «Necesitamos ayuda, estamos teniendo muchas entradas como cada verano», claman desde la asociación. Los abandonos se multiplican en los meses estivales, cuando los propietarios ven que las mascotas no terminan de encajar en el plan de vacaciones que tienen. Algo así debió de pasar con Poma y Manzana, las dos hermanas que buscan una nueva vida en un refugio saturado y a la espera de una ampliación que nunca termina de llegar. Aura y Jordán fueron adoptados, juntos, el pasado martes. Desde Modepran esperan que las dos cachorras puedan irse juntas pero, mientras, aguardan en un sitio donde las cuidan, que ya es más de lo que puede decirse de la vida que tuvieron hasta el momento en que alguien decidió que dejarlas en un pipicán y no volver a por ellas era una buena idea.
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