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Miércoles, 20 de noviembre 2019, 19:52
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Han pasado más de siete años y el nuevo toldo de la Basílica de la Virgen sigue plegado en su sitio, sin estrenar y a la espera de que se realicen las últimas inspecciones antes de poder estrenarlo. El Ayuntamiento invirtió 300.000 euros en la nueva instalación, a la que no ha dado uso desde 2012.
Fuentes de la concejalía de Renovación Urbana señalaron ayer que el pasado 24 de octubre «se informó a Proyectos Urbanos desde la basílica que habían nombrado a otro arquitecto», lo que ha retrasado la entrega de la documentación.
El toldo sustituyó al original cuando se rehabilitó el inmueble hace más de una década. La instalación es municipal, por lo que el presupuesto público corrió con todos los gastos. Este año todavía hay una partida para el pago del aparato por un importe de 24.000 euros, ya abonados según el Consistorio.
Su función es evidente y pasa por proteger a los fieles del calor y la lluvia en los grandes eventos que se realizan en la plaza de la Virgen, sobre todo religiosos. La estructura sin estrenar es más liviana que la anterior e incluye un anemómetro para que se pliegue de inmediato en caso de fuertes vientos.
El problema es que la comunidad de vecinos del edificio situado enfrente presentó un recurso que acabó en los tribunales en contra de la instalación, alegando que la tensión de los cables que sostienen el toldo daña la fachada del inmueble. Resuelta esta cuestión a favor del Ayuntamiento, algunos aspectos pendientes de incorporar pasan por las conclusiones de los estudios de comportamiento aerodinámico realizados por las universidades politécnicas de Madrid y Valencia.
El encargo lo asume la diócesis por la disolución de la fundación encargada de la rehabilitación de la Basílica de la Virgen, entidad que tuteló las obras incluida la sustitución de la lona, maquinaria y anclajes que sirven para su despliegue.
Las mismas fuentes indicaron que entre otras tareas falta comprobar el estado de los anclajes fijados en la finca de la plaza de la Virgen, además de una inspección final de la viabilidad de la lona para conseguir la autorización. El 31 de mayo de 2017, el Tribunal Supremo rechazó el recurso de casación de la comunidad de vecinos, y desde entonces se está a la espera del despliegue.
La vieja instalación estuvo en servicio durante 40 años y la carga sobre la cubierta suponía un 50% más que el actual, lo que provocó la aparición de fisuras en la cubierta del templo mariano. Entre las fechas habituales que se suele desplegar están los dos días de la Ofrenda a la Virgen en Fallas, así como en el Traslado de la Mare de Déu, entre otras. En 2012, las obras se pararon al quitar los cajetines metálicos en los soportes de la fachada para comprobar el estado de los mismos, que en apariencia no hay que modificar.
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