Una selva llamada Benimaclet
Abandono. Los incendios periódicos en los solares junto a la ronda norte agravan la ruina de la zona, repleta de matorrales y cañaverales en lugar de una nueva zona residencia
PACO MORENO
Domingo, 2 de octubre 2022, 23:15
Todavía olía a humo este viernes por la mañana en la ronda norte por los restos del incendio de matorrales y cañas producido la jornada anterior, que ha venido a calentar aún más los ánimos vecinales. Más que zona de cañaverales, lo que hay en los terrenos que limitan el casco urbano con el bulevar es una selva, abandonada a su suerte y de momento sin remedio para los vecinos.
Se trata del segundo siniestro de los últimos meses. El primero se produjo algo más hacia Alboraya, donde se sitúa un grupo de chabolas y huertos vecinales. Aquello desveló las malas condiciones de esa parte de Benimaclet, sobre todo los pequeños campos de cultivo «ilegales», aunque el problema se extiende a toda la franja. Fuentes de la asociación de vecinos indicaron la necesidad de que se desbloquee de una vez el plan urbanístico.
«Debemos tener el PAI más antiguo de Valencia. Por lo menos es de 1994. Todos los demás se han resuelto ya, como las Moreras, Malilla o el de Orriols. Aquí no hay acuerdo y eso no puede ser», añadieron.
El vallado que hizo Metrovacesa al rechazarse su plan ha sido fallido: «Hay más matorrales que nunca»
El motivo principal es la discrepancia entre Compromís y el PSPV a la hora de marcar el número de viviendas a construir, su tipología e incluso la reserva de suelo para huertos vecinales. La falta de coincidencia es casi total en el proyecto. En lo único que están de acuerdo es en rechazar de plano lo presentado en su día por Metrovacesa y eso que la empresa aseguró seguir la estrategia pactada antes tanto con el Consistorio como con los vecinos. Pero el caso es que no salió adelante, sobre todo por la oposición de Compromís para que haya más solares dedicados a huertos, a pesar de que eso supone alterar el reparto establecido en el Plan General. En total, se habla de unas 1.300 viviendas.
Todo eso se ve muy lejano, sobre todo al contemplar los bosques de matorrales y cañas. En algunas zonas hay calzadas asfaltadas en precario o caminos, con coches estacionados debido a la saturación de plazas en el casco urbano de Benimaclet.
Los viandantes y ciclistas que pasaban por la ronda norte contemplaban los restos del incendio. La zona ha quedado «pelada», aunque seguro que en unos meses se volverá a la situación anterior. A simple vista no se ven restos de huertos, que los últimos años han proliferado más allá de los acordados por la asociación de vecinos con los propietarios.
«Nosotros lo tenemos todo regulado y pagamos también el agua a la acequia», aseguran las mismas fuentes. ¿Cómo riega el resto? Es una pregunta que de momento no tiene respuesta oficial, pero el caso es que han proliferado más huertos.
Desde la asociación de vecinos consideran fallida la estrategia de Metrovacesa de vallar los solares de su propiedad, una vez quedó claro que su propuesta de plan urbanístico no iba a salir adelante. «Hacen lo que piden las ordenanzas, aunque no fue buena idea», señalaron. El motivo es que los terrenos abiertos tienen algún uso, lo que reduce los matorrales. «Los usamos como aparcamientos o para jugar al fútbol, lo que sea. Los que están cerrados están a tope de hierbajos».
Estudio urbanístico
La concejalía de Desarrollo Urbano decidió chutar el balón hacia adelante y encargar un estudio de todo el barrio, una vez quedó claro que no había acuerdo para desatascar el PAI. El pasado junio, la vicealcaldesa Sandra Gómez anunció la contratación del Premio Nacional y Europeo de Urbanismo, José María Ezquiaga, para este encargo.
A través de la empresa municipal Aumsa, con un coste de 229.000 euros y un plazo de entrega de doce meses, la idea es hacer un plan especial que aborde cuestiones como la protección del patrimonio histórico y del centro histórico del barrio. También que atienda la protección de todo el patrimonio agrícola, ya que en Benimaclet hay una presencia de la agricultura, así como una propuesta de dotaciones públicas y vivienda necesarias. El área funcional del plan es la delimitada por el propio barrio y queda definido por las avenidas Primado Reig, Alfahuir y Catalunya, así como por la ronda norte, con una superficie total del ámbito de 1.217.827 metros cuadrados.
Reunión con Gómez
«Diálogo es lo que hace falta, nosotros trabajamos nuestras propuestas, aunque estamos dispuestos a hablarlo todo», comentaron desde la asociación de vecinos. Por ese motivo reiteran la necesidad de un encuentro con la vicealcaldesa Sandra Gómez, lo que llevan intentando desde hace año y medio, aseguran.
La entidad presentó su propia alternativa, en un sucesión de opciones que de momento han quedado a la espera de lo que surja del trabajo de Ezquiaga. Cuando entregue el encargo, habrán pasado casi tres décadas desde que los primeros promotores inmobiliarios intentaron edificar en la parte de la ronda norte, de momento una selva impracticable que compone la peor postal posible para Benimaclet.