Al rescate, ahora sí, del ficus del Parterre
Jardín. El Ayuntamiento de Valencia gastará 110.000 euros en ampliar el espacio alrededor del árbol para mejorar su seguridad y la de los peatones
Cuando un día de septiembre de hace tres años una rama de enormes dimensiones del ficus del Parterre cayó sobre la acera y dejó ... cuatro heridos leves, se encendieron todas las alarmas. El ejemplar, que ha cumplido este año 173 años, fue objeto de una revisión exhaustiva y ahora, tres años después, el Consistorio se ha puesto manos a la obra para rehabilitar los alrededores del mismo después de que las raíces del ejemplar hayan dado al traste con el cerramiento de la plaza Alfonso el Magnánimo: bancos y verjas cerca de su base están destruidas.
El Ayuntamiento de Valencia gastará ahora 110.000 euros en un proyecto que se plantea «para asegurar la supervivencia del ficus dado que en las condiciones actuales parece ser que su supervivencia está en peligro, como pudo comprobarse con la caída de la rama en el año 2022», tal como se desprende de la memoria del proyectos. El principal problema que sufre el árbol es «la constricción» de sus raíces, «producida por el muro de cerramiento del jardín del Parterre». «No es difícil llegar a la conclusión que la única forma de liberar el sistema radicular es desplazar, en lo posible, el muro de cerramiento del Parterre en la zona del ficus», indica el proyecto.
Sin embargo, la Comisión de Patrimonio ha planteado dudas al respecto de las obras que se querían hacer, porque tanto el Parterre como el mismo árbol están protegidos. La plaza Alfonso el Magnánimo es Bien de Relevancia Local y el ficus, árbol monumental, por lo que cualquier actuación tiene que tener el máximo respeto por los dos. Es por eso que el proyecto inicial, que modificaba mucho más el muro que rodeaba al ficus, tuvo que cambiarse. Ahora, «habrá que rehacer el muro, lo más similar posible y recuperar la mayor cantidad posible del material existente».
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«La ampliación del espacio vital necesario, debe comprender como mínimo tres cuartas partes de la zona de goteo del individuo. Este nuevo parterre, conformado en dos niveles, al ser inexcusable respetar los restos del murete antes mencionado, conlleva un tratamiento diferenciado de su pavimento», indica la memoria del proyecto. Así, se recuperará toda la verja perimetral posible a fin de instalarla en el nuevo cerramiento. Igualmente, se recuperará toda la piedra superior del murete, así como, la piedra de la escalera. «En cuanto al ladrillo existente en el muro, se recuperará el máximo posible ya que el tramo de murete embebido por el propio árbol se ha convertido en un elemento solidario con la peana que no debe ser removido», asegura la memoria.
Al quedar conformado el Parterre en dos niveles, mantener el acceso existente en las proximidades del ficus se hace inviable por lo que se propone cerrar dicho acceso pero manteniendo su diseño. La estabilidad estructural del ejemplar, así como, su correcto desarrollo y pervivencia, son cuestiones ineludibles que presuponen una serie de actuaciones que implican el máximo respeto al sistema y aparato radicular del ejemplar.
En relación con la accesibilidad se construirán dos rampas de acceso en la zona de la Junta Municipal. En la rampa más próxima al Ficus se utilizarán los peldaños existentes como inicio y final de la misma mientras que en la rampa más próxima a la Junta se iniciará con el peldaño existente. «En cuanto a la zona verde exterior se mantendrá con el mismo diseño y la misma plantación existente en la actualidad pero reduciendo su tamaño tal», explica la memoria. En realidad, lo que se hace es 'mover' el muro hacia el exterior y reducir la zona verde ubicada donde estaba la antigua gasolinera, a fin de mantener el espacio peatonal existente a día de hoy y dotar al ficus para que se desarrolle con normalidad.
Además se pondrá tierra alrededor del mismo para que algunas ramas que van a tierra, llamadas cimales, se conviertan en auténticos pilares en un plazo no superior a 20 años, lo que dotará de más estabilidad a un ejemplar que en 2027 cumplirá nada menos que 175 años como testigo mudo de la vida de Valencia.
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