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P. MORENO
VALENCIA.
Miércoles, 28 de marzo 2018, 00:15
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La renovación de otro tramo de la tubería arterial de agua potable que discurre junto al viejo cauce ha obligado a cortar el paso del tráfico por el puente de la Trinidad y a permitir sólo la circulación de transporte público por el Pont de Fusta. Las obras se prolongarán durante seis meses, aunque su efecto en estos cruces dependerá de la excavación arqueológica y el desarrollo de la actuación, confirmaron ayer fuentes de la delegación del Ciclo Integral del Agua.
El tramo afectado irá desde las inmediaciones de las torres de Serranos hasta poco después del puente de la Trinidad, aguas abajo. La tubería que será sustituida está en servicio desde hace un siglo, por lo que las nuevas conducciones eliminarán filtraciones al subsuelo y otros problemas derivados de la antigüedad de esta infraestructura.
El cambio de la tubería se ha realizado ya en buena parte de la marginal derecha, con una primera fase realizada en el paseo de la Pechina hace más de un año. Desde entonces, la concejalía ha programado las obras para reducir el perjuicio a los conductores, aunque ayer mismo la zona de Blanquerías registró congestión de tráfico durante horas.
«Queremos aprovechar las vacaciones de Semana Santa», indicaron sobre esto último. La primera parte de las obras es un incógnita, dado que las catas determinarán los hallazgos arqueológicos. En el último tramo ejecutado, desde el puente de la Trinidad hasta el puente del Real, los técnicos se encontraron con el hallazgo de los cimientos de la puerta de Alí-Bufat, perteneciente a la muralla musulmana y desde donde la ciudad se rindió a Jaume I.
Al margen de esa circunstancia, la voluntad es que el plazo de ejecución se prolongue unos seis meses. La apertura de la zanja inutilizará un tramo del anillo ciclista y un carril para el resto del tráfico privado, mientras que uno de los lugares de más trabajo será en el entorno del Pont de Fusta, donde se construirá un arquetón de la tubería.
Para una segunda fase, seguramente a iniciar el próximo verano, se deja el tramo que pasa por delante de las torres de Serranos. Además del estrechamiento en la calzada, otro de los problemas para la ejecución de la obra es la presencia de un ficus enorme, junto a donde se situaba una gasolinera. Se trata de un árbol protegido por su carácter monumental, por lo que la zanja tendrá que dejar una distancia mínima de tres metros.
Este apartado está todavía por desarrollar, aunque augura más problemas de tráfico en la marginal derecha del viejo cauce. En el tramo anterior, los atascos fueron constantes en la salida del túnel de Blanquerías al estrecharse la calzada. También sigue en proyecto la última parte aguas abajo, desde el puente del Real hasta la plaza Tetuán.
De esta manera se renovará toda la tubería arterial desde su entrada a Valencia por Mislata hasta uno de los accesos principales al centro histórico. La apertura de las zanjas ha estado jalonada de hallazgos arqueológicos como restos de la muralla cristiana en Guillem de Castro o el arranque de un puente.
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