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Varias embarcaciones abandonadas en el antiguo polideportivo.

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Varias embarcaciones abandonadas en el antiguo polideportivo. Consuelo Chambó

El eterno olvido de El Saler

Los vecinos siguen pidiendo la regeneración de las playas, la mejora de la circulación o nuevas instalaciones deportivas | Los proyectos de las administraciones se suceden, pero las obras no terminan de realizarse pese a las continuas reivindicaciones

Juan Sanchis

Valencia

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Domingo, 17 de febrero 2019, 20:18

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Poco antes de llegar al núcleo urbano de El Saler se encuentra el solar en el que se alzaba el polideportivo demolido por ubicarse dentro del dominio marítimo terrestre fijado por la Ley de Costas. Dos años después del derribo, el lugar está prácticamente abandonado.

En el extremo más alejado del mar sigue utilizándose una pequeña pista para coches teledirigidos. Junto a unos contenedores con material de la Fundación Deportiva Municipal, es lo único que da muestras de no haber sido olvidado. Siguen en pie unas gradas semiderruidas y los antiguos vestuarios que están llenos de grafitis y con suciedad acumulada. En las inmediaciones un depósito de gas oxidado se ha convertido en objetivo de los amantes del arte callejero.

A medida que uno se aproxima al núcleo urbano, a la izquierda de la carretera, los pinos son los que mandan. Abundantes y nutridas masas de árboles que los vecinos observan con prevención ante el temor de que las llamas prendan y los bomberos no puedan acceder para atajar el incendio.

La gola de Puchol está colmatada de arena cerca de las compuertas de la Albufera

Es otra demanda de las asociaciones vecinales. Las pinadas crecen densas y sin interrupción, sin cortafuegos ni vías de acceso para los bomberos, que en alguna ocasión han advertido de esta carencia.

Además, la espesa vegetación provoca, además, otros problemas. Por un lado, amenaza los edificios de la zona y, por otra, favorece la proliferación de los mosquitos que durante gran parte del año se convierten en un auténtico problema.

Ya en el núcleo urbano en algunas calles se acumula las hojas caídas de los árboles. Pasan los meses sin que nadie las recoja. Algunas vías, según denuncian por otro lado, no han sido asfaltadas desde hace años.

Estado de las playas

Los proyectos se suceden. Los políticos también. Pero los grandes problemas, las eternas reivindicaciones de los vecinos de El Saler, continúan siendo las mismas. LAS PROVINCIAS publicó esta misma semana que el Ministerio de Transición Ecológica ha impulsado la redacción del quinto proyecto para la regeneración de las playas de El Saler desde 2007. El objetivo es recuperar una franja de 5.000 metros de costa. Hasta ahora ninguno de los planes anteriores se ha ejecutado.

Precisamente la regeneración de las playas es una de esas eternas reivindicaciones vecinales que no terminan de ser satisfechas. En algunos puntos la franja de arena es tan estrecha, como el tramo que discurre a la altura de La Casbah, que la llegada de algún temporal termina provocando graves daños en la zona.

Mientras que en las playas la falta de arena es un problema especialmente grave desde que se hizo la ampliación del puerto de Valencia, en otros puntos, paradójicamente, el inconveniente es que se acumula sin control.

La entrada de la gola de Puchol ayer aparecía repleta de arena. Luis, uno de los paseantes que disfrutaba del sol en las inmediaciones, resaltó que «la retiran de vez en cuando, pero quizá lo tendrían que hacer con más frecuencia». La acumulación dificulta la entrada y salida del agua a la altura de las compuertas que dan a la laguna. Fuentes vecinales resaltaban que este hecho se repite y pedían a las administraciones que actuaran con más celeridad.

Ante este problema, los vecinos han pedido que aumenten los aportes de arena a las playas para evitar su degradación y, a la vez, la construcción de arrecifes para semisumergidos para paliar la acción de las corrientes que se lleva la arena de las playas del litoral sur de Valencia.

También hay quien no entiende que derribaran el anterior paseo marítimo y ahora se haya construido uno desde el que no se puede ver el mar. «Está rodeado de dunas. Parece más un desierto que una playa», señalaba un vecino.

Poco antes de llegar a al Gola de Puchol se encuentra otro de los puntos que refleja el olvido de El Saler. El antiguo hotel languidece en un estado de abandono a la espera de que se encuentre una solución. Está cercado, pero la valla ha sido asaltada en algunos puntos.

Las bicicletas pasan continuamente por la carretera y el carril bici. Precisamente el hecho de que este carril acabe abruptamente es motivo de las críticas vecinales que reclaman su finalización.

Pasan los años y las reivindicaciones siguen siendo las mismas. Signo, como señaló uno de los vecinos, de que no se están tomando en serio las reivindicaciones que se ponen encima de la mesa.

Opiniones de los vecinos

Ramón Casanova.
Ramón Casanova. C.Chambó.

Ramón Casanova

«Los mosquitos se nos comen cuando hay humedad»

No nació en El Saler, pero lo ha convertido en su lugar de residencia desde hace varias décadas. Ramón tiene 86 años y toma un café en la terraza de un bar a la entrada del casco urbano. Destaca que uno de los grandes inconvenientes es la gran cantidad de ciclistas. «No nos respetan», señala. «Tienen el carril bici, pero van de cualquier manera. Sin respetar nada y no tienen cuidado de que provocar un accidente». Otro de los inconvenientes es la abundancia de mosquitos en primavera y verano, un auténtica molestia. «Se nos comen cuando hay humedad», señaló y resaltó lo mucho que ha cambiado la zona durante los últimos años.

Ramón Moreno.
Ramón Moreno. Consuelo Chambó.

Ramón Moreno

«Por la noche no te puedes acercar al mar»

Ramón no nació en El Saler, pero lleva 38 años viviendo en la pedanía de Valencia. Trabaja como bedel en el colegio y se conoce perfectamente los problemas que presenta el casco urbano. «Las cosas han mejorado con los años. Pero hay muchos puntos que todavía se pueden mejorar», apunta. En concreto, no le gusta como ha quedado el paseo marítimo tras la reforma. Por un lado, no hay luz por las noches. «No costaría nada poner unas cuantas farolas, ya que cuando se pone oscuro da pánico acercarse al mar», recalca. Además, critica que desde el paseo marítimo no se ve el mar. «Es algo que no se entiende», indica. Además, señala que el mantenimiento de los parasoles y otras instalaciones que se encuentran en la playa no es la más adecuada.

Otro de los puntos sobre los que llama la atención es la plaga de mosquitos que se produce sobre todo en los meses de verano. «Mi mujer tenía cerca de doscientas picaduras en la pierna y tuve que llevarla a Urgencias», resalta. Señala que «han vuelto a plantar cañizo, que es muy bonito, pero favorece el aumento de estos insectos». Además destaca que la vegetación crece sin control. «No hay cortafuegos, ni caminos. No dejan recoger las ramas que caen y es un peligro si se produce un incendio. Los pinos están muy pegados a las viviendas», recalca. «Se podría también abrir caminos, instalar algunos bancos para sentarse...», sugiere. Moreno también indica que faltan instalaciones deportivas. «Derribaron el polideportivo y la gente se ha quedado sin poder ir a practicar deporte», recalca.

Pascual Juan Cantos.
Pascual Juan Cantos. C.Chambó.

Pascual Juan Cantos

«Tardan mucho en limpiar las hojas que caen»

Pascual es de Caudete y vive en El Saler sólo desde hace tres años, pero ha aprendido a valorar lo que tiene. Ayer a media mañana paseaba tranquilamente a su perro por un pequeño parque. «Creo que haría falta que podaran la vegetación con más frecuencia. En la calle se acumulan las hojas y pasan meses sin que nadie la recoja», señaló. Es una de las mejoras que el Ayuntamiento podría acometer en esta pedanía. También destacó la escasa luz que hay en el paseo marítimo. «Por la noche sabes que no te puedes acercar por la playa y tengo que ir por el pueblo», resaltó. También echó en falta instalaciones públicas para practicar deportes.

Vicente Sorribes, en la Devesa.
Vicente Sorribes, en la Devesa. Consuelo Chambó.

Vicente Sorribes

«Vivir aquí es un lujo, pero hay que cuidarlo»

Con una gorra y un bastón Vicente Sorribes recorre la zona de la Devesa. Lo suele hacer casi todos los días. Ahora, en la época de celo de los patos, lo hace con mayor frecuencia. «Vengo a verlos. Están disparados y es todo un espectáculo», explica y señala que poder vivir en El Saler «es un lujo. No entiendo como unos amigos se van a Canarias a pasar unos días. ¡Con lo bien que se está aquí!». Pero añade «estar aquí no tiene precio, pero tenemos que cuidarlo».

Vicente apunta que hay varios puntos en los que se podría mejorar. Uno de ellos es la terminación del carril bici que va paralelo a la carretera. «Está prácticamente acabado a falta de algo más de kilómetro. Creo que habría que hacer el esfuerzo para que se pudiera ir desde Nazaret hasta el parador nacional Luis Vives», apunta. También llama la atención sobre la poca luz que hay en el paseo marítimo por las noches, aunque «supongo que es para respetar a las aves. Esto es un parque natural». Para Sorribes, otro de los problemas es la falta de arena en las playas. «Las obras del puerto han dañado el litoral. Las corrientes han cambiado», considera y advierte de que un temporal enseguida «se lo lleva todo». Apunta que las administraciones también tendrían que hacer algo para combatir la proliferación de gatos que se está produciendo en la zona. «Parece que algunos los han abandonado y ahora su población ha crecido. Son una amenaza para los conejos que no están acostumbrados a la presencia de este depredador», recalca Sorribes.

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