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Cientos de asistentes, ayer, presenciando la procesión cívica del 9 d'Octubre en Valencia. jesús signes
«No entiendo que en un acto cívico haya banderas políticas»

«No entiendo que en un acto cívico haya banderas políticas»

Asistentes a la jornada resaltan el aumento de la tensión, pero insisten en que «hoy es un día para celebrar desde el respeto»

D. G.

VALENCIA.

Martes, 10 de octubre 2017, 00:20

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«Nunca había visto tantas banderas de España ni había escuchado tantos gritos de viva la Policía como hoy». Juan Carlos presenció ayer la procesión del 9 d'Octubre acompañado por su madre en la plaza de Alfonso el Magnánimo, en la esquina con la calle Pintor Sorolla. «Yo he venido varias veces y hay más tensión que otros años, con insultos y gritos, pero mientras se quede ahí y no vaya a mayores...». En ese momento, aparecía un grupo formado por simpatizantes de Podemos que, mientras esperaba que se reanudara la marcha, empezó a recibir abucheos de parte de los asistentes. En un momento dado, el dispositivo de la Policía Nacional optó que desviar a este grupo por la calle Barcelonina hasta la calle de la Universitat. Allí estuvieron acompañándoles, aunque no les permitían volver al recorrido oficial, que seguía por Pintor Sorolla, lo que generó el malestar entre los integrantes de esta comitiva.

Este hecho ejemplificó la tensión que vivió la procesión de ayer y que se apreciaba en los comentarios de los asistentes. Julia destacó que no entendía «por qué en un acto cívico hay gente con banderas de un partido político», algo que, en su opinión, «alimentan que la gente que no piensa como tú, te pite». Algunos, como Alberto, que había venido desde Manises a la procesión «y a la mascletà», y se encontraba en la calle San Vicente presenciando el acto, destacó que el 9 d'Octubre «es un día para celebrar que somos valencianos y olvidarnos de lo que pasa fuera, y desde el respeto a todos». Sin embargo, el conflicto catalán estuvo muy presente en buena parte de las conversaciones.

También huía de confrontaciones una familia que reside en Cortes Valencianas y que, desde San Vicente, atajaba por la calle Abadía de Sant Martí para llegar a la plaza Alfonso el Magnánimo. «Queremos enseñarles a los niños el sentimiento valenciano, pero hay demasiados abucheos», apuntó Fermín, el padre de los pequeños. Esta faceta didáctica también la empleó una asistente para aclara el motivo de la procesión a unos turistas que preguntaron si este acto «era por la paz». «Esto es por Valencia», les espetó Mari Carmen, vecina del entorno del mercado de Abastos. Jaime, por su parte, es estudiante de la Universitat de València y acaba de llegar a la capital: «Vengo a disfrutar del día porque esto no lo había vivido nunca. Creo que hay que abogar por el entendimiento, yo los pitos y la bronca la achaco a la extrema derecha», apuntó en el cruce entre San Vicente y la avenida María Cristina.

Al comienzo de la procesión, en la zona entre Barcelonina y la calle de las Barcas, algunos asistentes se quejaban de la falta de accesibilidad. «Este año se nota que se han puesto serios con las vallas, no se puede cruzar por ningún lado», espetó Maribel, que pretendía cruzar sin éxito hacia la calle En Llop.

También los vítores hacia la Policía Nacional tuvieron su interpretación entre parte del público. «Han conseguido que todo el mundo defienda a la Guardia Civil», destacó Paco, en la zona próxima a la fuente de la plaza del Ayuntamiento. «No recuerdo un año con tantos abucheos, aunque si les pitan por algo será», añadió. También generó cierto malestar la incorporación de un grupo de simpatizantes de Compromís (al menos la mayoría llevaba banderas del partido nacionalista) al recorrido. Una vez pasada la comitiva oficial, se abrió parte del recorrido para dejar pasar a este grupo. «Si defienden la igualdad, que nos dejen entrar a todos», apuntó una mujer que prefirió no dar su nombre de pila, pero que quiso destacar que es «nacida en Valencia».

Los ánimos se calmaban hacia el final del recorrido, el público buscaba posiciones para poder ver la mascletà y la zona de sombra entre Marqués de Sotelo y la calle Ribera era la más demandada. Allí estaban Alejandro y Noelia, dos jóvenes bien provistos de cerveza y patatas fritas que se mostraron indignados por lo que acababan de ver. «No puede ser que la gente venta aquí a insultar cuando esto debería ser una fiesta para todo el mundo», apuntaron.

Alguno como Roberto, vecino del entorno de la avenida del Puerto, quiso poner el acento en que durante la jornada de ayer «se celebra el día de la Comunitat, el día en que Jaime I entró en Valencia para reconquistarla. Es una pena que no seamos capaces de dejar de lado la política para celebrarlo en paz». Aún así, y pese a que este residente no recordaba tantos abucheos como los de ayer en una procesión del 9 d'Octubre, «al final parece que todo se ha relajado, ahora subirán la bandera y empezará la mascletà». También apuntó que «nosotros lo vamos a celebrar a nuestra manera, con una buena paella». Tras el disparo, el público se fue marchando de la zona, en un soleado día que, por la afluencia de público y el olor a pólvora, recordaba a las Fallas.

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